Romain Duris encarna al atormentado protagonista de Una nueva amiga, que debe afrontar la muerte de su esposa mientras se plantea su propia identidad |
Para
terminar esta ‘trilogía’ dedicada al Festival de San Sebastián (iniciada con
‘El palmarés’ y seguida por ‘Las estrellas’) hoy voy a dedicarme a la parte más
importante del mismo que, por supuesto, no es otra que las películas
presentadas. Son muchas las secciones de este festival, desde la Sección
Oficial hasta la retrospectiva de Dorothy Arzner. En total se proyectaron 194
películas distintas organizadas en distintas secciones. Muchas de ellas
llegarán a las salas durante las próximas semanas, así que espero que este
artículo sirva como introducción a las mismas.
SECCIÓN OFICIAL
La
Sección Oficial de este año se ha caracterizado por los contrastes. Por un
lado, ha presentado varias cintas que, de competir en ediciones pasadas,
habrían ganado todas ellas la Concha de Oro. Por otro, también ha contenido
obras por completo indignas de una sección que, en teoría, contiene los platos
fuertes del festival.
La cruda Silent heart muestra a una familia destrozada ante la decisión de la matriarca de poner fin a su vida |
Especialmente
mediocre ha sido la selección de los films de inauguración (el thriller estadounidense
El
protector, de Antoine Fuqua) y clausura (la comedia francesa Samba,
de Eric Toledano y Olivier Nakache), así como la de las cintas españolas
presentadas fuera de competición, Murieron por encima de sus posibilidades
(Isaki Lacuesta) y Lasa y Zabala (Pablo Malo). Sin embargo, lo verdaderamente
inexplicable es que cintas tan banales como la argentina Aire libre (cuya
directora, Anahí Berneri, fue acusada de fomentar la violencia machista), la
española Autómata (revisión fallida de la ciencia ficción dirigida por Gabe
Ibáñez y protagonizada por un Antonio Banderas salvable) y la chilena La
voz en off (aburrida comedia dramática familiar de Cristián Jiménez)
compitieran por los premios principales. Por su parte, la austriaca Casanova
Variations (interesante ejercicio operístico dirigido por Michael
Sturminger y protagonizado por John Malkovich), la canadiense Félix
y Meira (típica historia de amor con religión de por medio, de Maxime Giroux) y
la india Tigers (drama de Danis Tanovic), aún contando con algunos
defensores, también han sido mal recibidas.
En Phoenix una cantante vuelve de los campos de concentración transformada física y psicológicamente |
En la
otra cara de la moneda, encontramos cintas de gran calidad, empezando por las
triunfadoras del palmarés: la oscura cinta de intriga La isla mínima, de
Alberto Rodríguez y la sorprendentemente original Magical Girl, de Carlos
Vermut, dos éxitos del cine español del año que pelearán por los próximos
premios Goya (las opciones de la maravillosa Loreak, de Jon Garaño y Jose Mari
Goenaga, primera cinta presentada en el festival completamente en vasco, son
una incógnita). También excelentes son el thriller conspirativo La entrega, dirigido por
Michaël R. Roskam y protagonizado por los cada vez más populares Tom Hardy y Noomi
Rapace y el recién fallecido James Gandolfini, y los crudísimos dramas daneses Silent heart (Bille
August) y Una segunda oportunidad (Susanne Bier), así como la peculiar
comedia dramática Una nueva amiga, del siempre original François Ozon, quien vuelve
a regalarnos un ejercicio de revisión de género y sexualidad. Las
retrospectivas francesas Edén (Mia Hansen-Love) y Vida
salvaje (Cédric Khan) y el drama psicológico coreano Sea
Fog (Shim Sung-bo) también son bastante interesantes, aunque no tanto
como la espectacular transformación de Nina Hoss en Phoenix (Christian
Petzold), reflejo de la disyuntiva del pueblo judío entre recordar y pasar
página tras las atrocidades del Tercer Reich.
La poética pero cruda In her place muestra la soledad de tres mujeres sufridoras unidas por un embarazo |
NUEV@S DIRECTOR@S
En esta
importantísima sección se han presentado trece primeras o segundas obras de
cineastas entre los que, por qué no, podría encontrarse el nuevo Steven
Spielberg. En general, la falta de práctica y medios ha quedado de manifiesto
en irregulares cintas como la suiza Chrieg (Simon Jaquemet), sobre jóvenes
en guerra con el mundo; la rusa Name me (Nigina Sayfullaeva), sobre
dos amigas que deciden intercambiar los papeles a la hora de conocer al padre
de una de ellas; la letona Modris (Juris Kursietis), sobre un
joven con problemas para formar parte de la sociedad; la española No
todo es vigilia, sobre la lenta vida de dos ancianos (abuelos del
director, Hermes Paralluelo); la húngara Los hijos de Caín (Marcell Gerö),
documental sobre tres hombres que vivieron la juventud en la cárcel, y la
francesa Vincent (revisión de los superhéroes escrita, dirigida y
protagonizada por Thomas Salvador). Especial mención merece la recientemente
estrenada Los tontos y los estúpidos, cuyo realizador Roberto Castón ha
aprovechado la falta de medios para ofrecer un interesante ejercicio de guion
dentro de guion que, no obstante, se ve perjudicado por la banalidad del mismo.
La tierna y humana Toto y sus hermanas nos muestra una perspectiva distinta del pueblo gitano |
Sin
embargo, con la cinta coreana In her place, segundo trabajo de
Albert Shin, éste se ha posicionado como un director muy prometedor; en ella,
tres mujeres de tres generaciones tratan de reparar sus dañadas vidas. Por su
parte la greco-búlgara The Lesson, dirigida por la pareja
formada por Kristina Grozeva y Petar Valchanov, conforma una excelente crítica
de la burocracia a través de la odisea de una joven profesora (fantástica
Margita Gosheva, quien afirmó identificarse con el personaje nada más leer la
historia) que intenta poner fin a sus problemas económicos. También hay que
destacar el documental Toto y sus hermanas, reflejo de
Alexander Nanau de la sociedad gitana rumana a partir de los sueños y
aspiraciones de tres niños educados al margen de su encarcelada madre.
Aunque,
considerando las dificultades de levantar una película hoy en día, no merecen
ser menospreciadas, siento decir que la alemana Limbo (Anna Sofie
Hartmann), la chilena La madre del cordero (Rosario
Espinosa y Enrique Farías) y la uruguaya Una noche sin luna (Germán Tejeira)
son por completo prescindibles.
Una tierra legendaria de prosperidad da título a Jauja, bellísimamente filmada en la naturaleza argentina |
HORIZONTES LATINOS
Aunque
en esta sección, destinada a fomentar el cine latinoamericano, se han
presentado notables obras experimentadas de esencia metafísica como La
princesa de Francia (Matías Piñeiro), donde un joven trata de levantar
una serie con su compañía teatral; Refugiado (Diego Lerman), historia
de una mujer y su hijo que huyen del maltrato; Praia do futuro (Karim
Aïnouz), poético retrato de una pareja homosexual perdida entre naciones;
Vientos de agosto (Gabriel Mascaro), viaje espiritual de una pareja
brasileña, y Jauja (Lisandro Alsono), reflexión sobre el legado del
imperialismo protagonizada por un fantástico Viggo Mortensen, han sido precisamente las
óperas primas las que se han llevado los honores.
En Ciencias naturales una niña se embarca, junto a su comprensiva profesora, en la búsqueda de su padre |
A este
respecto destaca la premiada Güeros, un peculiar viaje
existencial de tres jóvenes por Ciudad de México; rodada en blanco y negro en
formato 4/3 y llena de diálogos tan divertidos como reivindicativos, se trata
sin duda de una de las grandes películas del festival. La falta de figuras
paternales da lugar a las tiernas Ciencias naturales (Matías Lucchesi)
y Gente
de bien (Franco Lolli), mientras que la cuidada Casa Grande (Fellipe
Barbosa) ofrece una interesante visión de la familia y las clases sociales en
Brasil. En contraposición, La Salada (Juan Martín-Hsu) nos deja
fríos e Historia del miedo (Benjamín Naishat) sencillamente indignados.
Al
margen de las óperas prima, Dos disparos (Martín Rejtman), Matar
a un hombre (Alejandro Fernández Almendras) y La tercera orilla (Celina
Murga) suponen tres polémicos reflejos de la juventud atormentada a la que
los países recién desarrollados apenas tienen tiempo de atender. Con ellas se pone el
broche de oro a una sección de sorprendente calidad artística.
Bellamente animada como si de una obra pictórica se tratase, La princesa Kaguya es mágicamente legendaria |
PERLAS
Como su
propio nombre indica, esta sección acoge auténticas joyas cinematográficas:
películas destacables del año, a menudo premiadas en festivales internacionales
y aclamadas en sus países de origen. Es esta la ocasión de ver antes que nadie
grandes films como Aguas tranquilas (Still the Water) (Naomi Kawase), donde dos
jóvenes aprenden a madurar tras hallar un cadáver en el mar; Love
is strange (Ira Sachs), emotiva historia sobre una pareja madura gay
que sigue sufriendo a raíz de la homofobia pero afronta la vida con optimismo; Regreso
a Ítaca (Laurent Cantet), nostálgica y crítica conversación de cinco amigos sobre
los tiempos vividos; Relatos salvajes (Damián Scifrón),
conformada de varias historias sobre personas que explotan ante las
dificultades de la sociedad moderna; La princesa Kaguya (Isao Takahata),
nueva poesía animada del estudio Ghibli, o Mommy, trabajo de maduración del
jovencísimo Xavier Dolan sobre una viuda que debe hacerse cargo de su problemático
hijo.
El jovencísimo Xavier Dolan vuelve a sorprendernos con Mommy, Gran Premio del Jurado en Cannes |
Dos
importantes figuras del mundo del arte han dado origen a dos magistrales
documentales que parten del músico Nick Cave y el fotógrafo Sebastião Salgado,
respectivamente, para ofrecer poéticas y originales reflexiones sobre la vida y
el ser humano: 20.000 días en la Tierra (Iain Forsyth y Jane Pollard) y La
sal de la Tierra (Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado). Conviene
destacar también tres poderosos reflejos del mundo femenino y la violencia
machista: Girlhood (Céline Sciamma), retrato de chicas adolescentes
educadas en la calle; Gett. El proceso de Vivianne Amsalem
(Ronit Elkabetz), sobre una mujer israelí que lucha por conseguir el divorcio
en un país donde sólo el marido tiene tal derecho, y Difret (dirigida por
Zeresnay Berhane Mehari y producida por Angelina Jolie), sobre una joven que
trata de luchar contra las machistas tradiciones etíopes, que permiten el rapto
como proposición matrimonial.
Mientras
que la Palma de Oro de Cannes, la turca Sueño de invierno (Nuri Bilge
Ceylan), demostró ser digna de tal honor al sumir al espectador en tres horas
de grandes diálogos y atmosféricos paisajes, el Oso de Oro de Berlín, el ejercicio
de cine negro moderno chino Black Coal (Yinan Diao), causó
indignación por la confusión de sus poéticas imágenes y la falta de cohesión de
la trama. Ambas obras, innegablemente interesantes, acaban de llegar a la
cartelera española, así que el público tendrá la oportunidad de juzgar por sí
mismo.
Sueño de invierno muestra un bello refugio natural donde afloran los resentimientos |
La
crítica también se ha dividido ante la francesa La chambre bleue (amor
secreto que desemboca en crimen, de Mathieu Amalric), la británica Catch
me daddy (oscura huida de dos jóvenes, de Daniel Wolfe), la
estadounidense La desaparición de Eleanor Rigby (intento de Jessica Chastain y
James McAvoy por resucitar su amor, de Ned Benson) y la ucraniana La
tribu (polémica lucha por la supervivencia rodada en lenguaje de signos,
de Myroslav Slaboshpytskiy), sin duda porque el riesgo siempre dificulta el
contentar a todos, siendo quizá César Chávez (Diego Luna), Pasolini
(Abel Ferrara) y Escobar: Paraíso Perdido (Andrea Di Stefano) las cintas menos
destacables de una sección donde ninguna obra carece de interés.
En la poética Little Forest la comida y la vida se conectan a través de las cuatro estaciones |
OTRAS SECCIONES
Las
demás secciones del festival son Zabaltegui
(“un poco de todo”, desde Negociador, de Borja Cobeaga, hasta My
Man, de Kazuyoshi Kumakiri), Culinary
Zinema (fusión de cine y comida con obras culinarias como Little
Forest, de Junichi Mori, o Un viaje de diez metros, de Lasse
Hallström), Savage Cinema (documentales
de aventuras como The Greasy Hands Preachers, de Arthur de Kersauson y Clément
Beauvais, o Valley Uprising, de Nick Rosen y Peter Mortimer), Made in Spain (joyas españolas del año
como 10.000 km, de Carlos Marques-Marcet, o Carmina y amén., de Paco León), Zinemira (interesantes documentales
españoles como Notas en movimiento, de Oskar Tejedor, o I am Haiti, de Raúl de la
Fuente) y Cine Infantil (oferta para los más pequeños que incluye la tierna obra francesa Ernest
& Celestine, de Benjamin Renner y Stéphane Aubier, y la cinta de
aventuras noruega Kon-Tiki, de Joaquim Rønning y Espen Sandberg, todas ellas dobladas al euskera).
La impresionante Boyhood es, sencillamente, un canto de amor al séptimo arte |
Además,
tuvieron lugar dos interesantes retrospectivas: Easter Promises, repaso a las películas de Europa del Este más
sorprendentes de los últimos años, como En tierra de nadie (Danis Tanovic,
2001), Grbavica (Jasmila Zbanic, 2006) o Klass (Ilmar Raag, 2007),
y Dorothy Arzner, dedicada a una de
las primeras y más influyentes mujeres directoras de Hollywood, donde rodó
clásicos tristemente desconocidos como The wild party (1929), Working
girls (1931) o Dance, girl, dance (1940). Asimismo,
la fascinante película Boyhood, hermosa saga familiar
filmada a lo largo de doce años por el gran Richard Linklater (artífice de la
trilogía iniciada por Antes del amanecer
en 1995), gozó de un pase especial por ser considerada la mejor del año por la
FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica), galardón que
tradicionalmente se entrega en este festival. La película fue proyectada el
primer día y puede considerarse como el verdadero film inaugural de una edición
absolutamente fascinante donde la magia del cine nunca ha dejado de brillar con
fuerza.
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
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¡Qué ganas de ver todas estas películas!
ResponderEliminarSi tuvieras que elegir sólo una, ¿con cual te quedarías?
Un saludo!
Hay muchas que quiero ver: La isla mínima,Magical girl.. y todas las perlas que destacas.
ResponderEliminarExpectación con Xavier Dolan o Susanne Bier.
Saludoss