Que Lady Bird convirtiera a Greta Gerwig en la quinta mujer nominada al Oscar a mejor dirección (así como la primera desde que Kathryn Bigelow lo ganara por fin por la brillante En tierra hostil, 2009) desvió la atención sobre las cualidades de una cinta fácil de infravalor por su fresco contexto juvenil y su carácter aparentemente liviano. Mas no nos despistemos: si Lady Bird obtuvo cinco nominaciones al Oscar (película, actriz, actriz de reparto, guion original y dirección, estas dos últimas para la polifacética creadora californiana) no fue por beneficiarse del impulso del movimiento #MeToo, sino sencilla y llanamente porque así lo merecía.
Lady Bird ofrece una mirada cálida pero sincera a la amistad femenina en los tiempos estudiantiles |