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"¿Puedes prometerme que voy a volver?", pregunta Bilbo. "No, y si lo haces no serás el mismo", contesta Gandalf |
El Hobbit: un viaje inesperado fue probablemente el estreno más esperado de la
historia del cine. Y así lo ha demostrado batiendo todos los récords de estreno
y siguiendo a la cabeza de la cartelera de todo el mundo dos semanas después.
Ya sabéis que éste no es un blog convencional de críticas de películas, pero
ante el éxito de los dos artículos de El
Señor de los Anillos (“La historia” y “El secreto”, los cuales recomiendo
leer como base) y las muchas peticiones, hoy dedico, por primera vez en la
historia de este blog, la entrada en exclusiva a una película. Espero que sirva
como introducción para quienes aún no se hayan enfrentado a ella, como
aclaración para quienes no la hayan entendido del todo y como información para
quienes quieran saber más de ella. Empecemos.
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McKellen vuelve como Gandalf y Weaving como Elrond |
Durante años, las únicas
adaptaciones cinematográficas de El
Hobbit, la clásica novela fantástica de J. R. R. Tolkien, fueron un extraño cortometraje checoslovaco de 1966 y un mediocre film animado de 1977, con lo
que superar esto era fácil. Pero cuando Gillermo del Toro anunció que dirigiría
la adaptación cinematográfica definitiva de El
Hobbit miles de fans de todo el mundo se pusieron alerta: el director de El laberinto del fauno (2006) no parecía
el ideal de fidelidad al autor inglés. Sin embargo, el estudio MGM quebró, el
rodaje se postergó y del Toro se retiró de la dirección tras tres años de
preproducción. Para alivio de todos, Peter Jackson (que, de hecho, había
pensado en rodar El Hobbit antes que El Señor de los Anillos pero no pudo por
problemas de derechos) tomó el relevo. Además, Frank Walsh y Philippa Boyens se
unirían a ambos en la escritura del guión, Alan Lee y John Howe sería los
artistas conceptuales, Andrew Lesnie el director de fotografía y Howard Shore
el compositor. Todos habían realizado trabajos sublimes en la trilogía de El Señor de los Anillos (2001-2003) y su
nueva colaboración era un éxito seguro.
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El Hobbit incluye un prólogo con Ian Holm como Bilbo |
Pero no todo era tan fácil. El Hobbit es una obra que precede a El Señor de los Anillos tanto fuera como
dentro de la historia y consta de una historia bastante simple: un reino por recuperar
y trece Enanos con la misión de hacerlo. Tolkien la escribió veintidós años
antes que su famosa trilogía pensando fundamentalmente en los niños y sin tener
en mente toda la mitología que avalaría ésta. Y el resultado cinematográfico
depende mucho de esto: El Hobbit es
más infantil y menos trascendental que El
Señor de los Anillos, pero, aún así, todo un espectáculo inolvidable.
Y los productores lo sabían bien.
Por eso anunciaron que el libro daría lugar a dos películas, lo que permitiría
explorar historias de la Tierra Media que no aparecen en el libro y alcanzar
una mayor conexión con El Señor de los
Anillos. Lo que nadie esperaba era una nueva trilogía a partir de un libro
de unas trescientas páginas. Los motivos fueron, tanto las obvias ventajas
económicas, como el hecho de que Jackson había rodado mucho material y no
quería dejar nada de lado. Viendo el montaje de este primer film, aun no estoy
seguro de que fuera la decisión más correcta, pero confío en Jackson.
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Dwalin (Graham McTavish) y Balin (Ken Scott) son primos de Gimli, quien descubrirá la tumba del segundo en Moria en La comunidad del anillo |
Al igual que El Señor de los Anillos, la trilogía de El Hobbit fue rodada a la vez durante 266 días de rodaje (del 21 marzo de 2011 al 6 julio de 2012)
principalmente en Nueva Zelanda, donde se reconstruyeron viejos decorados y se
crearon otros nuevos. El rodaje fue postergado varias veces por los problemas
de derechos entre Jackson, los herederos de Tolkien y New Line Cinema y porque
Martin Freeman, actor escogido para encarnar al protagonista, Bilbo Bolsón, se
encontraba rodando la serie británica Sherlock
(2010). Jackson tenía tan claro que quería a Freeman que reestructuró todo el
rodaje para contar con él. Una vez más, se contó con actores desconocidos para
los papeles de los trece Enanos protagonistas, pero esta vez el glamur estaba
asegurado con el retorno de Christopher Lee, Ian Holm (quienes rodaron sus
escenas en los estudios de London Pinewood por problemas de salud que les
impedían volar a Nueva Zelanda), Cate Blanchett, Elijah Wood, Hugo Weaving e
Ian McKellen como Saruman, el anciano Bilbo, Galadriel, Frodo, Elrond y
Gandalf, pese a que tan sólo estos dos últimos personajes aparezcan en la
novela.
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El Concilio Blanco reúne a los más poderosos y
sabios de la Tierra Media para debatir sobre ella |
Con
esto Jackson buscaba una conexión mayor entre las dos trilogías, al alternar la
aventura de Bilbo, Gandalf y los trece Enanos liderados por Thorin Escudo de
Roble para recuperar la Montaña Solitaria con acontecimientos que preceden a El Señor de los Anillos. Así, somos
testigos de la reunión de Gandalf con el Concilio Blanco en Rivendel, en la que se trata el futuro de la Tierra Media, lo que explica la ausencia de
Gandalf por un tiempo, algo que el libro omite. En esta reunión vemos los
primeros síntomas de maldad en Saruman, quien empieza a considerar utilizar el
mal para sí en lugar de enfrentarse a él, así como la preocupación de los Elfos
Elrond y Galadriel por el destino del mundo. Mucho tiempo hace desde que éstos pisaron
este mundo por primera vez, con lo que su amor por él es mayor de lo
imaginable. Esta escena ha sido muy criticada por interrumpir la historia y
alterar su ritmo, pero yo la considero primordial para entender que, en la
Tierra Media, ningún asunto es simple y toda acción altera al resto (por
ejemplo, Gandalf curó en el pasado al Señor de los Vientos, el águila Gwaihir,
y ahora ésta acude en su ayuda cuando lo necesita, al igual que hace en la
anterior trilogía). Se trata además de una bella conexión entre el pasado
(Galadriel convivió con los propios Valar –Dioses– cuando éstos aún vagaban por
la Tierra) y el futuro (como ya se ha dicho, la conversación es clave precedente
de los acontecimientos de El Señor de los
Anillos).
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Elijah Wood retoma su papel diez años después, con lo que los retoques digitales faciales fueron necesarios |
Menos
fiel es la aventura del mago Radagast el Pardo (interpretado por Sylvester
McCoy, quien, por cierto, fue considerado para interpretar a Bilbo en El Señor de los Anillos). Éste, tal y
como explica Gandalf, fue enviado a la Tierra Media junto a él, Saruman y otros
dos magos cuyos nombres no recuerda (en realidad, sí los recuerda, son Alatar y
Pallando, pero estos nombres aparecen en la obra Cuentos inconclusos y Jackson carece de derechos sobre ella) para
ayudar a sus habitantes a enfrentarse al creciente mal. Los cinco magos tienen
apariencia de ancianos, pero son en realidad Istari y forman parte de los
Maiar, semidioses de la creación. Tienen un inmenso poder, pero deben controlar
su uso para no inmiscuirse demasiado en los asuntos de la Tierra Media. Esto
explica por qué Gandalf sólo recurre a ellos en situaciones límite.
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La aparición de Radagast el Pardo es toda una sorpresa |
Pero,
volviendo a Radagast, el film le muestra como un personaje clave que descubre
el mal en el Bosqueverde (renombrado Bosque Negro) y ayuda a la compañía a
seguir en su aventura. En realidad, Radagast, amante de animales y plantas,
apenas se preocupó por los asuntos de Hombres y Elfos, y no realizó ninguna de estas
hazañas. Fue Gandalf quien avistó el mal en el Bosqueverde por primera vez,
pero lo hizo 100 años antes de los acontecimientos de El Hobbit. El propio bosque llevaba más de 2000 años sumido en la
oscuridad a causa del establecimiento allí de la nueva fortaleza de Sauron (el
Nigromante) y los Espectros del Anillo. La película reduce 2000 años de
historia a unos pocos minutos, pero el placer de ver estos acontecimientos
recreados es tan grande que le perdonamos la inexactitud histórica.
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En El Hobbit descubrimos dónde encontraron Bilbo y Gandalf las espadas que portan en El Señor de los Anillos |
De
todos modos, dar hazañas de unos personajes a otros no es solo propio de El Hobbit: en el libro de La comunidad del anillo, por ejemplo, es
Merry quien da la pista a Gandalf sobre la contraseña de la entrada a Moria y
Glorfindel quien lleva a Frodo a Rivendel, pero el guión del film entregó estas
heroicidades a Frodo y Arwen. Tampoco el personaje de Azog, el gran Orco que
persigue a Bilbo y compañía, es igual en la mitología de Tolkien. Azog sí mató
al abuelo de Thorin, Thrór, tal y como muestra la película, pero fue después
decapitado por los Enanos en la batalla contra los Orcos. Sin duda Thorin le
tendría resquemor, pero probablemente ni le conoció. El film inventa que Azog
fuera dejado manco por Thorin y ahora busca venganza, lo que ayuda a dar una
explicación a la persecución de los Enanos por este malvado grupo de Orcos y, a
la vez, concibe un villano al que poner rostro y nombre, lo que lo hace más temible.
Esto ya lo hizo La comunidad del anillo
con la invención del personaje de Lurtz, cuyas flechas dan muerte a Boromir y El retorno del rey con el repugnante
Gothmog, que debe su nombre a un antiguo Balrog.
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La cueva de Gollum es triste, hipnótica y claustrofóbica |
Pero
que los fans no se asusten porque no todo es deslealtad al libro. El encuentro
entre Bilbo y Gollum es tal y como todos imaginábamos y constituye una de las
escenas más brillantes del film. En ella apreciamos la mente perturbada de
Gollum, que lleva mucho tiempo en la oscuridad junto a su “precioso” Anillo, y
la mezcla de desagrado, curiosidad y pena de Bilbo al contemplarle. El éxito se
debe en gran parte al regreso de Andy Serkis, que volvió a convertirse
digitalmente en Gollum con gran maestría y mejoras tecnológicas en la captura
de movimiento. Serkis, por cierto, rodó esta escena el primer día para centrarse
en ser el director de la segunda unidad, es decir, el encargado de dirigir las
escenas en las que Jackson no esté presente.
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Serkis dirige a Freeman vestido con las ropas que le transformarán digitalmente en Gollum |
De
todos modos, el film también ha mejorado partes del libro, haciéndolas más
entretenidas y asequibles para el gran público sin por ello descontentar a los
fans. Los Enanos se vuelven más atléticos, activos y poderosos de lo que los
mostraba Tolkien, mientras que los Elfos son menos repelentes que en el libro y
más acordes a la idea de ellos que transmiten El Señor de los Anillos y la mitología tolkiana en general. Menos
acertada es la estética de videojuego de algunas escenas y la busca de
efectismo de otras. De modo más sutil y cuidado, El Señor de los Anillos lograba ser más impactante y emotiva.
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Thorin (Richard Armitage) lidera la compañía y no entiende por qué un Hobbit puede serle de ayuda en una misión que lo es todo para él |
De
hecho, el principal bache de El Hobbit:
un viaje inesperado es su guión y, considerando que el único nuevo es del
Toro, no puedo evitar mirarle con malos ojos. Algunas escenas son demasiado
largas y carentes de contenido (como la introducción con los Enanos en la casa
de Bilbo), otras incluyen conversaciones poco acertadas (como el primer
encuentro entre Gandalf y Bilbo) y otras son directamente pésimas,
especialmente al intentar introducir el humor por todas partes rompiendo a
menudo con el tono de la obra. Esto se debe sin duda a la idea de hacer un film
más entretenido y apropiado para los niños, aunque, pese a todo, no es
recomendable para menores de trece años.
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Gloin (Peter Hampleton) y Oin (John Callen) son padre y tío de Gimli |
Ante
la temporada de premios, también juega en contra de El Hobbit la reutilización de escenarios y vestuario de la trilogía
anterior, algo por otra parte necesario considerando que muchas localizaciones
se repiten. Menos perdón tiene la poca renovación de la banda sonora, que
apenas introduce un nuevo tema (precioso, eso sí). Ya que la música de El Señor de los Anillos siempre ha
estado ligada a los personajes, localizaciones e ideas, es comprensible que
ésta se repita al visitar de nuevo la Comarca o Rivendel, pero encontrarse con
el tema del Rey Brujo acompañando al ataque de Thorin a Azog es un sacrilegio.
Por suerte para Howard Shore, casi nadie se dará cuenta de esto e incluso se
alabará el poderío de la escena con esa potente música, pero realmente debería
avergonzarse.
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Galadriel aporta el toque femenino inexistente en el libro |
Al
igual que le ocurrió a Las dos torres
en su momento, El Hobbit perderá
varias nominaciones a los Oscar por estos motivos, aunque podría hacerse con otras tan merecidas como: mejor canción (maravillosa “Song of the Lonely Mountain”, que sigue la tradición de canciones del libro), efectos sonoros, dirección artística, fotografía (El Hobbit
es el primer film rodado a 48 fotogramas por segundo, lo que supone contemplar
48 imágenes en un segundo en lugar de 24 como es habitual), efectos visuales
(por supuesto, recordemos que los tres films de la trilogía se hicieron con
este premio) y maquillaje. Éste último es un premio seguro, pues no hay
personaje sin un maquillaje específico y cuidado, recibiendo cada Enano horas
de maquillaje diario para conseguir la imagen que vemos en pantalla. Este fue,
por cierto, uno de los motivos por los que Jackson se sentía perezoso ante la
idea de volver a “rodar la Tierra Media”. Por suerte, los pies de Hobbit fueron
mejorados para llegar hasta la rodilla y ser más resistentes al uso y en
general todo fue más rápido que la primera vez. La escala volvió a ser clave y todos
los actores tenían sus dobles para lograr las proporciones adecuadas en
pantalla. La gran novedad es el 3D, pero no creo que aporte demasiado.
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Fili (Dean O´Gorman) y Kili (Aidan Turner) demuestran que los Enanos también pueden ser atractivos |
De
todos modos, lo que realmente conecta a El
Hobbit con El Señor de los Anillos
es el empleo de una aventura fantástica para llegar al corazón de los
espectadores con una historia que, en realidad, nos es muy cercana: el amor al
hogar y la necesidad de tener un lugar al que volver pese a las muchas
aventuras que vivamos. Bilbo lo tiene, pero los Enanos no. Hace tiempo que su
hogar les fue arrebatado de las manos cuando el Dragón Smaug invadió la Montaña
Solitaria y desde entonces han vagado sin rumbo. Los Enanos saben lo que es
sentirse desplazados: ya en su creación, fueron obligados a permanecer bajo
tierra para que fueran los Elfos quienes pisaran la Tierra Media por primera
vez. A fin de cuentas, fueron creados en secreto por el Valar (Dios) Aüle el
Herrero y eso no entraba en los planes del Dios supremo Ilúvatar. Quizá desde
entonces han estado malditos por asuntos superiores a ellos mismos: sus dos
grandes emplazamientos, Moria y Erebor, están en manos de un Balrog y un
Dragón, semidioses Maiar (al igual que los Magos). Sólo cuando Bilbo entiende
esto, descubre que el éxito de Thorin y compañía le incumbe más de lo que
imaginaba.
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Jackson y Freeman en el set de Bolsón Cerrado |
Los
trece Enanos (la mala suerte de esta raza les acompaña incluso en el número)
recibirán la ayuda del gran mago Galdalf, tan sabio como poderoso y siempre
repleto de enigmas, y el escurridizo Bilbo, que demuestra que las apariencias
engañan y que la fuerza no lo es todo. Además, el Anillo hace su aparición... La aventura continuará en los cines las
próximas navidades y finalizará en verano de 2014. La Tierra Media sigue viva.
Gracias Jackson.
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
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