En lo que al género fantástico respecta, tanto los libros de El señor de los anillos, escritos por J. R. R. Tolkien, como las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson se antojan imposibles de superar. Considerando que durante medio siglo se creyó que el salto al cine era imposible, las películas son más que fieles, pero algún que otro cambio resulta inevitable. Veamos cómo afecta esto a sus héroes y villanos.
● Frodo (Elijah Wood). El protagonista de la trilogía es, pese a su aparente sencillez, uno de sus personajes más complejos y, por consiguiente, difíciles de adaptar. Frodo Bolsón es un pequeño hobbit, claro, pero también mucho más que eso: por un lado, es tremendamente reflexivo y autoconsciente; por otro, se deja inevitablemente llevar poco a poco por la oscuridad del anillo. Esto último puede llevarnos a pensar que es débil y ambiguo, cuando realmente es gracias a su fuerza y su bondad que la misión resulta exitosa. Elijah Wood tenía poca experiencia cuando recibió el papel de su vida y cumplió su cometido, si bien parte de la sabiduría que el personaje desprende en el libro se perdió en la adaptación, que concede mayor importancia a los momentos más dramáticos y desesperanzados, incluso llevándolo en un momento a renegar de Sam en una escena muy dolorosa que Tolkien nunca escribió.