Los cuatro "mejores actores" del 2012: Day-Lewis, Lawrence, Hathaway y Waltz |
La 85ª edición de premios Oscar a lo mejor del 2012 prometía ser emocionante y divertida y no decepcionó. Seth MacFarlane condujo la gala con gracia y musicalidad gracias en gran parte al lujo de las colaboraciones: desde el maravilloso baile inicial de Charlize Theron y Channing Tatum supimos que, más que ante una entrega de premios, nos encontrábamos frente a todo un espectáculo.
Las quinielas se cumplieron y Argo se alzó con la estatuilla a la mejor película del año pese a no estar su director, Ben Affleck, siquiera nominado. La sorpresa no fue esa, sino quien anuncio el premio en directo desde la Casa Blanca: la magnífica Michelle Obama. Con anterioridad, tan sólo Gran Hotel (1932) y Paseando a Miss Daisy (1989) han conseguido tal empujón de última hora. Además, se trata de la primera película que gana el galardón principal pese a partir de la quinta posición en número de nominaciones (siete) y de una de las ganadoras con menos estatuillas. Como ya hizo Crash en 2005 y tal y como predije ayer, la película triunfó gracias a solo dos categorías más: montaje y guión adaptado, este último por encima del excelente libreto de El lado bueno de las cosas, que podría haberse ido de vacío de no ser por el merecido premio a mejor actriz para Jennifer Lawrence, quien terminó imponiéndose a Emmanuelle Riva y Jessica Chastain en una de las categorías más emocionantes de la noche. Su voluminoso vestido le jugó una mala pasada al hacerla caer por las escaleras camino del premio, pero ella lo sobrellevó con el buen humor que la caracteriza.
Michelle Obama anuncia la ganadora |
Con ello se fue la única posibilidad de un film español de rascar algo anoche, pues Naomi Watts fue, como era previsible, olvidada por su brillante trabajo en Lo imposible. Tampoco el diseñador de vestuario canario Paco Delgado logró imponerse al bellísimo trabajo de Ana Karenina en la categoría con mayor competencia de la noche pese a su aparente banalidad: Lincoln, Mirror Mirror y Blancanieves y la leyenda del cazador eran todas ellas fuertes contrincantes. Ésta última se fue justamente de vacío, pero sus dos nominaciones nos maldijeron con la presencia de su protagonista, Kristen Stewart, quien, más fea que nunca y con apariencia estreñida (quizá por el merecido Razzie a peor actriz del año que acababa de recibir), entregó el premio de mejor diseño de producción junto al “mago” Daniel Radcliffe (quien también protagonizó un divertido número musical junto a MacFarlene y Joseph Gordon-Levitt) a la aburrida pero artísticamente impecable Lincoln.
El educado Ang Lee recoge su segundo Oscar de manos de Michael Douglas |
Catherine Zeta-Jones recupera su papel de Chicago en el escenario |
Era esto, no obstante, previsible considerando los malos ojos con que ha visto Hollywood la última superproducción de Peter Jackson y su exagerado cariño hacia La vida de Pi y Los miserables. Ésta, de hecho, fue la gran protagonista de una noche dedicada a los musicales en su honor, algo que quizá ayudó a Searching for Sugar Man, fantástico documental musical sobre el olvidado rockero Rodríguez, a alzarse con el Oscar a mejor película documental del año. Para celebrar todo esto, tuvo lugar un magnífico número musical con actuaciones de una Catherine Zeta-Jones que cambió su disfraz de Cleopatra por el atuendo de Chicago (varias tallas más que cuando lo lució en 2002, eso sí), una impresionante Jennifer Hudson de la que nadie ha oído hablar desde su Oscar por Dreamgirls (2006), y todo el irregular elenco de Los Miserables demostrando que, en efecto, pueden cantar sin necesidad de retoques.
Los Miserables se convirtió en la protagonista de la noche gracias al impresionante número musical |
Entre estos últimos, brilló una vez más con luz propia Anne Hathaway, quien, pese a llevar un vestido que no dejaba lugar a la imaginación con respecto a sus pezones, recogió el Oscar más cantado de la noche (nunca mejor dicho) por una magnífica actuación que, de hecho, salva el mediocre film. No obstante, éste aun obtuvo un premio más: el correspondiente a mejor sonido, sin duda debido a lo impresionada que ha quedado la Academia ante el primer musical rodado sin playback (sí, los actores cantan de verdad, y sólo un sonido excelente puede evitar que ello parezca una actuación de fin de curso).
Channing Tatum y Charlize Theron sorprenden a todos marcándose un baile |
Curiosamente, fue la normalmente insustancial categoría de mejor montaje de sonido la que dio el puntazo de la noche al alcanzar el tercer empate de la historia de estos premios en apartados de largometrajes tras los alcanzados por Fredric March y Wallace Beery en 1932 en la categoría de actor y Barbra Streissand y Katherine Hepburn en 1968 en la de mejor actriz. Fue un empate muy oportuno, pues ayudó a que la polémica La noche más oscura no se fuera con las manos vacías y a que la brillante Skyfall (quizá la mejor película de todos los tiempos de James Bond, saga a la que también se rindió homenaje en la gala) fuera premiada al margen de su canción. Sí, la excelente “Skyfall” fue la mejor canción de la noche, algo previsible considerando lo mucho que se había anunciado el hecho de que Adele la cantaría en la ceremonia.
Tarantino recibe su segundo Oscar por guión original (aun no tiene ninguno como director) |
Mientras ambos films se peleaban por una categoría que pocos distinguen de la de mejor sonido, la notable Django desencadenado obtenía, como quien no quiere la cosa, los importantes premios a mejor guión original y mejor actor secundario. El primero fue a parar a un siempre extraño Quentin Tarantino, quien ya lo obtuvo en 1994 por Pulp Fiction, y el segundo a las del genial Christopher Waltz, quien hace solo tres años se llevó su primera estatuilla por su impresionante trabajo en Malditos bastardos (2009), un papel muy distinto al de esta ocasión pero también dirigido por Tarantino. En sólo cuatro años, Waltz ha pasado de completo desconocido a rostro imprescindible del cine contemporáneo, algo similar a lo vivido por Jennifer Lawrence y Jessica Chastain, quien sin duda obtendrá su estatuilla antes o después.
Adele interpreta la canción que le dio el Oscar |
Como curiosidad, es la tercera vez en la historia que los seis premios principales (película, director e interpretaciones) recaen en seis películas distintas (las otras dos ocasiones fueron 1952 y 2005). La que no obtuvo nada fue Bestias del sur salvaje, pero, considerando que ya sus nominaciones han sido bastante discutidas, no puede quejarse. Y no porque no sea un film notable, sino porque jugaba en categorías de un altísimo nivel. Eso sí, menos mal que la niña de nueve años e impronunciable nombre Quvenzhané Wallis no se alzó con la estatuilla, porque, si sólo estando nominada alcanza tal grado de repelencia, no quiero ni pensar lo que haría con un Oscar en su haber… Por otro lado, una graciosa parodia con calcetines en un avión fue lo único que se llevó El vuelo, que en realidad ni siquiera debería haber optado a mejor guión y actor, por mucho que la imprescindible Meryl Streep (la cual, por una vez, no estaba nominada, todo un honor para las que sí lo estaban, en palabras del presentador) se empeñara en decir que cualquiera de los nominados en esta última categoría habría destacado en un año sin tan grado de competencia.
Haneke recibe el Oscar más previsible de la noche |
Ante el bombazo que estaba recibiendo la austriaca Amor, de Michael Haneke, se llegó a pensar que el film podía dar la nota y coronarse como el primer vencedor de la historia de estos premios en lengua no inglesa (The Artist ganó por Francia, pero recordemos que era un film mudo). Sin embargo, todo quedó en una ilusión y al final la película fue relegada a la categoría de mejor película extranjera, la más previsible de la noche. Eso sí, no por ello debe estar descontenta, ya que los otros cuatro films nominados en dicha categoría (la noruega Kon-Tiki, la danesa Un asunto real, la chilena No –representada en la gala por un Gael García Bernal que se negó a hablar en inglés con los medios para recordar que iba en representación de la primera película de Chile nominada– y la canadiense Rebelle) son excelentes.
El presentador Seth MacFarlene se rodea de Joseph Gordon-Levitt y Daniel Radcliffe |
Fue una noche en la que casi todo salió bien, pero que dejó un horrible sabor de boca en la categoría de mejor película de animación, que fue a parar a un film tan brillante artísticamente como mediocre narrativamente: Brave. Ésta se impuso a Frankenweenie y ¡Rompe Ralph! demostrando que a la Academia le importa más el prestigio del estudio que la calidad del film en sí. Se esfumó así la ocasión de Disney de conseguir su primer Oscar en esta categoría, aunque por suerte fue compensado en el apartado de cortometraje animado con la deliciosa Paperman, por encima de las también excelentes Fresh Guacamole y Head Over Heels en una categoría con mayor calidad que la principal.
Ben Afflect y George Clooney, oscarizados productores de Argo |
Y hablando de cortos, el mejor cortometraje de ficción fue Hora límite (Curfew) y el mejor cortometraje documental, Inocente. Lo que no fue nada corto fue el discurso de alguno de los premiados, convenientemente interrumpido por la orquesta, logrando así que la ceremonia fuera bastante más corta que la de los premios Goya… pese a que sucedieran muchas más cosas.
Pero, claro, en España no tenemos presentadores como MacFarlane, que emuló al genial Hugh Jackman de la ceremonia de 2008 combinando el humor y las dotes musicales a la perfección. Eso sí, con algo menos de gusto que el galán mencionado, pues incluso canturreó una canción sobre las actrices que habían enseñado los pechos alguna vez, algo que llevó un buen rato a la hora de hablar de Kate Winslet. Mientras escuchaban la pegadiza canción, Charlize Theron no pudo evitar sonrojarse al escuchar su nombre, mientras que la genial (si no lo creéis, ved su ronda de preguntas posterior a ganar) Jennifer Lawrence hizo un gesto de satisfacción al comprobar que era la única que no ha enseñado carne todavía. ¡Bien por ella!
Pero, claro, en España no tenemos presentadores como MacFarlane, que emuló al genial Hugh Jackman de la ceremonia de 2008 combinando el humor y las dotes musicales a la perfección. Eso sí, con algo menos de gusto que el galán mencionado, pues incluso canturreó una canción sobre las actrices que habían enseñado los pechos alguna vez, algo que llevó un buen rato a la hora de hablar de Kate Winslet. Mientras escuchaban la pegadiza canción, Charlize Theron no pudo evitar sonrojarse al escuchar su nombre, mientras que la genial (si no lo creéis, ved su ronda de preguntas posterior a ganar) Jennifer Lawrence hizo un gesto de satisfacción al comprobar que era la única que no ha enseñado carne todavía. ¡Bien por ella!
Barbra Streissand nos emociona con "The way we were" |
Ambas fueron, por cierto, las más elegantes de una noche que demostró que Amy Adams, Nicole Kidman, Naomi Watts, Catherine Zeta-Jones y Kristen Stewart deberían cambiar de estilista (bueno, en el caso de la última, habría que cambiar otras cosas también). La octogenaria Emmannuelle Riva les dio una lección de elegancia francesa a todas ellas, mientras que Jennifer Aniston demostró que el hecho de que ninguno de sus films haya sido jamás nominado a nada no le impide lucir despampanante.
Entre tanto chiste y momentazo, hubo menos espacio para reivindicar la magia del cine como en la maravillosa gala pasada, pero quedó espacio para la nostalgia cuando Barbra Streissand acompañó el “In Memorian” con su canción “The way we were” de la sobrevalorada aunque mítica película Tal como éramos (1973). Un momento mágico que demuestra que los Oscars, aun comerciales y a menudo equivocados, consiguen que, por una noche, olvidemos nuestros problemas y nos adentremos en un mundo de glamour y magia cinematográfica donde el sueño americano parece más posible que nunca.
Entre tanto chiste y momentazo, hubo menos espacio para reivindicar la magia del cine como en la maravillosa gala pasada, pero quedó espacio para la nostalgia cuando Barbra Streissand acompañó el “In Memorian” con su canción “The way we were” de la sobrevalorada aunque mítica película Tal como éramos (1973). Un momento mágico que demuestra que los Oscars, aun comerciales y a menudo equivocados, consiguen que, por una noche, olvidemos nuestros problemas y nos adentremos en un mundo de glamour y magia cinematográfica donde el sueño americano parece más posible que nunca.
Las más (y prácticamente únicas) elegantes de la noche: Charlize Theron, Jennifer Aniston, la oscarizada Jennifer Lawrence y las nominadas Emmanuelle Riva y Jessica Chastain |
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