Tres años después de que el Tsunami más devastador que se recuerda arrasara el sureste asiático, Belén Atienza escuchó en la radio la historia de una familia española que lo había sufrido en primera persona. Ella acababa de producir El orfanato, brillante ópera prima de Juan Antonio Bayona, quien enseguida se interesó por el emocionante relato: “Nunca pensé en hacer un film sobre el Tsunami, pero desde aquel momento contar esta historia se convirtió para mí en una necesidad”, comentaría tiempo después un Bayona emocionado con el proyecto.
Las escenas de madre e hijo luchando por la vida son el corazón y la fuerza de Lo imposible |
Más de cien
días de rodaje y medio millar de personas fueron requeridas para lograr lo
imposible. Y lo lograron: Lo imposible (2012) ya es la película más taquillera de la historia del cine español y una de
nuestras producciones con mayor proyección internacional. Y el secreto ha sido
encontrar una historia de supervivencia humana con la que todos podemos
identificarnos.
Aunque su
estilo y reparto le dan una imagen completamente americana, la mayoría del
equipo técnico pertenece a nuestro país, lo que evita que el inevitable
“americanismo” de este tipo de films se vaya de las manos. Aún así, hay
síntomas de éste en la extremada fotogenia del reparto, el uso excesivo y
melodramático de la banda sonora y, sobre todo, la utilización de actores
estadounidenses para encarnar a los miembros de una familia española. Pero no
podemos culpar a Bayona por esta decisión, sino a los propios espectadores
españoles, mucho más propensos a ver una película protagonizada por Ewan
McGregor y Naomi Watts que por cualquier de nuestros excelentes intérpretes.
De todos modos,
la pareja protagonista está impecable, especialmente ella, quien junto al joven
Tom Holland, protagoniza la parte más dramática y conseguida del film: sin
esperanzas y ante un total desasosiego, una madre y su hijo afrontan, primero
el impacto de la terrible ola gigante y, después, la desesperación de
encontrarse solos en medio de la desolación. En esos momentos solo existen
ellos dos; lo demás es una incógnita. Se trata de los momentos más duros del
film, pues los protagonistas desconocen el destino del resto de su familia y
prefieren no planteárselo. La misma perspectiva por parte del resto de
personajes se echa en falta.
La emocionante Aeropuerto marcó un antes y un después en el cine de catástrofes |
La lucha por la
supervivencia y la unión familiar son las claves de un film que se enfrenta a
una situación límite y mantiene al espectador con la mirada fija en la pantalla
durante sus casi dos horas de duración. Hay sin duda una búsqueda de la emoción
fácil por parte del realizador, pero, ¿no es esto inevitable al tratar la
situación más dura que ha enfrentado una familia, la sensación de que la vida
pende de un hilo? La lucha por la supervivencia lleva a situaciones de impacto
en el que los sentimientos se disparan. Así lo ha demostrado el cine de
catástrofes a lo largo de la historia: lo importante no es la catástrofe en sí,
sino su impacto en las personas que tienen la mala suerte de vivirla.
El cine de desastres
es uno de los que más tarde se desarrolló, pero lo hizo con fuerza y para
quedarse. Todo comenzó con Aeropuerto
(George Seaton, 1970), que enfrenta a los pasajeros de un avión transoceánico a un
temporal y la presencia a bordo de un polizonte (la divertida anciana Helen
Hayes, quien lleva años colándose en los aviones para visitar a su familia) y
un hombre menos gracioso que porta un maletín sospechoso. El guión del film era
digno de telenovela en cuanto a las historias personales, pero el resultado era
a la vez humorístico y emocionante y el éxito fue abrumador.
La aventura del Poseidón explota con acierto la idea de unión ante la adversidad y confianza en un líder |
Se originó así
una serie de películas que enfrentaban a impresionantes elencos a las peores
tragedias. Gene Hackman, Ernest Borgnine y Shelley Winters trataban de salir
con vida de un barco volcado por una ola gigante en La aventura del Poseidón (Ronald Neame, 1972), uno de los mejores films
del género, mientras que Steve McQueen, Paul Newman, Faye Dunaway, William
Holden y Fred Astaire quedaban atrapados en un edificio gigante azotado por un
incendio en El coloso en llamas
(John Guillermin y Irwin Allen, 1974), que invirtió tanto en estrellas y efectos
especiales que quedó poco para el guión. Ambas fueron producidas por Irvin
Allen, “el maestro del desastre”, triunfaron en taquilla y obtuvieron la
atención de los Oscar. Mientras tanto, Charlton Heston y Ava Gardner agonizaban
en Terremoto (Mark Robson, 1974), mediocre
film oscarizado por su sonido Sensurround, que daba a la audiencia la sensación
del propio temblor gracias a una
banda sonora extra inaudible al oído humano que se sentía en forma de
vibraciones. Varios cines sufrieron daños y hubo casos de hemorragias nasales,
con lo que la innovación fue descartada para próximas producciones.
No fue la acción lo que ganó 11 Oscars a Titanic |
Estas películas
sentaron la base de las posteriores películas sobre catástrofes, pero ya con
anterioridad se habían tomado éstos para dotar al cine de espectacularidad.
Algunas de las primeras fueron San
Francisco (W.S. Van Dyke, 1936) y Chicago
(Henry King 1937) en las que la tragedia era el clímax pero no el tema central. Pero las
colosalistas Quo vadis (Mervin LeRoy, 1951),
Los diez mandamientos (Cecil DeMille, 1956)
o Los últimos días de Pompeya
(Mario Bonnard y Sergio Leone, 1959) demuestran que no hay mejor fuente de catástrofes que
la Biblia. ¿Alguien lo dudaba?
El título de El día de mañana apunta directamente a los espectadores: el cambio climático es una realidad |
La empatía
hacia los personajes es crucial. Por ello, los avances en efectos especiales no
deben ponerse nunca por delante de las historias personales reflejadas por el
guión. Éstas suelen exponerse rápidamente para que el espectador, consciente de
que el desastre es inminente, sea consciente de lo mucho que está en juego.
Pero hay que tener cuidado con quiénes mueren, no sea que el film sea acusado de
racista como en el caso de Poseidón
(Wolfgang Petersen, 2006), bochornoso remake del clásico original. Lo único que aportan
éste y otros muchos films recientes son unos efectos especiales impactantes
gracias a los avances en tecnología digital.
Toda excusa es buena para mostrar al mundo ante el Armageddon y a EE.UU. como salvador |
La creciente
preocupación por el futuro de nuestro planeta ha llevado este tipo de films a
una nueva dimensión. Ya no se trata de contemplar a famosos en peligro, sino de
un recordatorio sobre los peligros que conlleva descuidar la naturaleza y de lo
minúsculos que somos frente a la grandeza del universo. Roland Emmerich
advertía de los peligros del calentamiento global con la entretenida El día de mañana (2004) y creaba la
americanada del siglo con 2012
(2009), donde todos los desastres posibles eran combinados con impresionantes
efectos especiales y un guión impresionantemente malo. Claro que americanadas
ha habido de sobra: en La tormenta
perfecta (Wolfgang Peterson, 2000) George Clooney y Mark Wahlberg se enfrentan al
mar enfurecido y en la científicamente risible Armageddon (Michael Bay, 1998) Liv Tyler, Bruce Willes y Ben Affleck ven como
un meteorito gigante se acerca a la Tierra. Algo más interesante es la sobria ¡Viven! (Frank Marshall, 1993), basada en la
historia real de un equipo de rugby cuyo avión se estrelló en los Andes y hubo
de recurrir al canibalismo para sobrevivir. Se trata de historias impactantes
al más puro estilo estadounidense, cinematografía que prácticamente se ha
apropiado de este subgénero, con pequeños excepciones como la interesante Aftershock (Feng Xiaogang, 2010), emotivo homenaje
a las víctimas del terremoto acaecido en Tagshan (China) en 1976.
Aftershock es consciente de que un buen homenaje viene de las vidas implicadas y no del desastre en sí |
Muchos de estos
films juegan con la idea del sacrificio personal como clave para la salvación
general. El héroe es quien termina muriendo en un acto de valentía y
generosidad que permite a los demás seguir viviendo. Las situaciones extremas
llevan a acciones extremas, así como a lo peor y lo mejor del hombre: egoísmo y
cobardía por tratar de salvarse, pero también mucho calor humano y la idea de
que todos estamos unidos ante la adversidad (la cual es a menudo fruto de la inutilidad humana). Frente al desastre, todas las
rencillas son olvidadas y los sentimientos de amor, amistad y unión familiar florecen
en los parajes más sombríos. Lo imposible
es heredera de una tradición que refleja lo mucho que el ser humano puede
sufrir sin rendirse, porque lo único más importante que luchar por la vida es
hacerlo por las personas que queremos.
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
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Desde luego este no es mi género y concuerdo contigo en que muuuuuuuuchas de estas películas se centran en los efectos especiales olvidándose un poco de la trama y de los personajes, pero a mi los efectos me dejan con la boca abierta, así que disfruto con ellos.
ResponderEliminarAhora quiero ver Lo imposible... mi lista de pelis para visionar crece! ajajaj
Juan,
ResponderEliminarenhorabuena por la entrada.Menudo repaso te has marcado del género.
A mí siempre me han gustado las películas de catástrofes naturales precisamente por lo que tu señalas,por el impacto que éstas tienen en la vida de las personas,y por ser testigo de sus reacciones ante las situaciones límites.
A "Lo imposible" se le ha atribuido "manipulación sensiblera" pero yo creo que sus méritos superan sus puntos flacos.Creo que ha sido una película decisiva para resucitar la taquilla española,el cine es ante todo espectáculo y ·"Lo imposible" lo ofrece.Los actores lo bordan,para mí en especia Naomi y el ñiño que hace el papel de Lucas y es un historia de supervivencia en la que como bien dices,todos nos vemos reflejados.
La empatía es decisiva en estas películas y Juan Antonio Bayona la logra,por eso,en parte,sigue arrasando en los cines.
Me ha gustado mucho la entrada,de las películas anteriores a "LO imposible" me quedo con "Poseidón","El coloso en llamas","Titanic" y toda la saga de "Aeropuertos".
Te dejo enlace a la entrada que le he dedicado a "LO imposible" por si te quieres pasar:
http://historias-troyanas.blogspot.com.es/2012/10/lo-imposible.html
saludos!!!!
Tienes mucha razón en que muchos se han centrado en los defectos. Sin duda los tiene, pero ¿qué película carece realmente de ninguno? Muchas gracias por pasarte.
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