La 13ª Muestra Syfy de Cine Fantástico de Madrid
ha concluido dejándonos un buen puñado de títulos dispuestos a convertirse en
obras de culto (al menos, de cara a aderezar divertidas tardes frikis entre
amigos). En esta segunda parte de mi crónica del festival, hablo de Absolutamente todo, High-Rise y el capítulo musical de Buffy cazavampiros, completando así la cobertura de seis de las piezas
más destacables de este icónico evento cinematográfico.
High-Rise optó a 4 British Independente Film Awards: actor, secundaria (Miller), secundario (Evans) y guion |
“¿Os acordáis de Snowpiercer? Pues esto es igual pero en vertical”. Así presentó
Leticia Dolera una de esas películas que no dejan indiferente: High-Rise
(2015). Y es que, si la coreana Rompenieves
(Snowpiercer) (Bong Joon-ho, 2013) ofrecía un metafórico retrato social
en forma de un tren forzado a dar vueltas y vueltas a un mundo congelado para
evitar enfriarse, la última película de Ben
Wheatley (a quien debemos la interesante Turistas, mejor guion y mejor actriz en Sitges, 2012) parte de la
novela de J.G. Ballard para ofrecer una reflexión sobre la sociedad moderna a
través de un rascacielos convertido en un mundo propio. Tom Hiddleston —el Loki de Marvel— y Luke Evans —el Bardo de El
Hobbit— encabezan con carisma un perfecto reparto donde también brillan Elizabeth Moss (recién salida de la
serie Mad Men), Jeremy Irons y, sobre todo, una explosiva Sienna Miller. Ellos y la imaginativa puesta en escena (que juega
excitantemente con los colores, las texturas, los sonidos, los movimientos y
los reflejos), salvan un enrevesado guion que empieza bien pero desemboca poco
a poco en desconcertante locura (firmado, por cierto, por Amy Jump, esposa del realizador). Presentada sin pena ni gloria en el
pasado Festival de San Sebastián, la obra tiene innegablemente su público, pero
podría resultar mucho más satisfactoria de haber medido mejor sus pretensiones.
Robin Williams puso voz al perro Dennis, clave del humor alocado de Absolutamente todo |
Dos décadas se ha tomado Terry Jones para dirigir su primer largometraje desde Viento en los sauces (1996). Y, aunque a
sus 74 años la creatividad del director de Los
caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores (1975), La vida de Brian (1979) y El sentido de la vida (1983) ya no es lo
que era, Absolutamente todo (Absolutely Anything, 2015) es una comedia
más que digna. En ella, Simon Pegg (muy
querido por el público de la muestra por protagonizar la genial Zombies Party (Edgar Wright, 2004) y
estar presente en las revisiones, tanto de Star
Trek, como de Star Wars) recibe
el poder de hacer absolutamente todo lo que desee de parte de un grupo de
extraterrestres (a los que ponen voz todos los Monty Python) que planean acabar con la Tierra. Como partenaire, el
simpático Pegg cuenta con la bella Kate
Beckinsale —protagonista de placeres culpables muy del Syfy como Van Helsing (Stephen Sommers, 2003) y Underworld (Len Wiseman, 2003)—, quien lamentablemente ha perdido bastante expresividad a
causa de la cirugía estética. Ambos forman una pareja poco creíble pero
perfecta para una agradable cinta sin mayores pretensiones más allá del
entretenimiento ligero a base de pequeños gags. ¿Su principal traba? Que Como Dios (Tom Shadyac, 2003) y otras películas
similares ya han explotado antes exactamente las mismas fórmulas.
Christophe Beck, compositor de Frozen (2013), firma la genial música del capítulo musical de Buffy |
Habiendo hablado ya en el artículo anterior de La invitación, de Karyn Kusama; Bone Tomahawk, de S.
Craig Zahle, y The Piper, de Kim
Kwang-tae, no quiero despedirme sin mencionar otro triunfo de esta edición, que
no es otro que el estreno de Buffy,
cazavampiros: Otra vez con más sentimiento (Buffy the Vampire Slayer: Once More, with Feeling, 2001), el
genial capítulo musical de una de las series más queridas de todos los tiempos (“lo mejor que se ha hecho nunca en ficción televisiva”, según Dolera).
En él, Sarah Michelle Gellar, Nicholas Brendon, Alyson
Hannigan y el resto de estrellas de la serie se enfrentan a un día en que
todo el mundo entona en lugar de hablar, ofreciendo un irónicamente ingenioso
homenaje al cine musical del que deberían aprender mucho bastantes musicales de
los últimos años. Y es que, gracias a los hilarantes diálogos y las cuidadas
canciones, este capítulo especial de la serie creada por Joss Whedon
(quien tiempo después dirigiría la popular Los
vengadores, 2012) puede verse como una obra en sí misma, no siendo en
absoluto necesario haber visto capitulo alguno más para disfrutarla (aunque su
visionado indudablemente da ganas de hacerlo). Con esta pequeña locura me
despido de una Muestra Syfy de Cine Fantástico a la que el número de la mala
suerte ha sentado —nunca mejor dicho— fantásticamente.
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
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