Hay actrices que se bastan por sí solas para
engrandecer un proyecto. A sus 81 años, la británica Maggie Smith, oscarizada por Los
mejores años de Miss Brodie (Ronald Neame, 1969) y California Suite (Herbert Ross, 1978), eternamente unida al drama de época a
raíz de películas como Una habitación con
vistas (James Ivory, 1985) y series como Downton Abbey (2010-2015) e inmortalizada por las nuevas
generaciones como la sabia profesora McGonagall de la saga Harry Potter (2001-2011), es indudablemente una de ellas. Por
consiguiente, oír hablar de una película hilarantemente denominada The Lady in the Van (2015) y saber que
ella la protagoniza es todo un aliciente para visitar las salas. Por suerte, la
cinta no decepciona.
La gran Maggie Smith tiene en su haber el Óscar cinematográfico, el Emmy televisivo y el Tony teatral |
The Lady in the
Van es la nueva
comedia dramática del infravalorado realizador británico Nicholas Hytner, a quien debemos cintas tan variadas e interesantes
como el apabullante drama histórico La
locura del rey Jorge (1994), candidata a catorce BAFTA (incluyendo mejor
dirección); el sugerente drama de brujería El
crisol (1998), interesante metáfora de la “caza de brujas” de McCarthy, y
la simpática comedia romántica Mucho más
que amigos (1998), en la que Jennifer Aniston se enamora de su mejor amigo
gay (adorable Paul Rudd al que conoció en la serie Friends). Su última película cuenta la historia real de Mary
Shepherd, una anciana que vivió durante quince años en una caravana en la entrada
del garaje del escritor Alan Bennett
(candidato al Óscar por la mencionada La
locura del rey Jorge), quien firma el guion a partir de la producción
teatral de 1999. En dicha obra, que sería adaptada en 2009 por la BBC Radio 4,
ya participaron los tres responsables de The
Lady in the Van: Hytner, Bennett y Smith.
Esta simpática imagen promocional de The Lady in the Van capta bien el espíritu y el tema de la cinta |
Presentada en el último Festival de Toronto,
esta ingeniosa comedia negra fue todo un éxito en Reino Unido, granjeando a
Maggie Smith sendas candidaturas al BAFTA y el Globo de Oro, pero pasó bastante
desapercibida a nivel internacional, lo que explica su tardía llegada a la
cartelera española. Una pena, porque nos encontramos ante una película
muy entretenida que plantea temas tan complicados como la vejez y la
indigencia con respetuoso humor evitando en todo momento aleccionar a un
espectador libre así de sacar sus propias conclusiones. Al apacible ritmo de
conocidas piezas musicales de Franz
Schubert y Frédérick Chopin y la
música original de George Fenton, la
cinta se mueve entre la fresca valentía y la indolora cortesía, alternando el
irónico presente y el sombrío pasado de un modo algo brusco que rompe
ligeramente con el tono desenfadado para darle una dimensión más reflexiva
(aunque también convencional). No nos encontramos ante una cinta inolvidable,
pero ver a la dama británica por excelencia transformada en una mendiga
cascarrabias no tiene precio.
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