'El Niño' (o los ojos de Jesús Castro)

¡Qué alegría da ver las salas de cine llenas de nuevo con una película española! Nuestro cine no veía un triunfo así desde la divertidísima Ocho apellidos vascos, de Emilio Martínez-Lázaro, a la que El Niño acaba de superar como mejor estreno español del año, al ser vista por 420 000 espectadores en su primer fin de semana.

Jesús Castro es el rostro revelación de la temporada,
en la línea de Martiño Rivas o Miguel Ángel Silvestre

Y no es para menos: se trata de la nueva película de Daniel Monzón, quien, la última vez que se puso tras las cámaras, ganó ocho merecidísimos premios Goya para Celda 211 (por encima, nada más y nada menos, del gran Alejandro Amenábar y su épica Ágora, a los que arrebató los galardones a mejor director y película). Entre investigación, escritura, planificación y búsqueda de financiación (algo que habría sido más sencillo rodando el film en inglés, a lo que Monzón se negó en rotundo), han pasado seis años desde entonces, pero el cineasta mallorquín ha vuelto a contar con el protagonismo de Luis Tosar, triple ganador del Goya —por Los lunes al sol (Fernando León de Aranoa, 2002), Te doy mis ojos (Icíar Bollaín, 2003) y la mencionada Celda 211—. Curiosamente, la tara de nacimiento que siempre ha acompañado a su oreja derecha ha llamado por primera vez la atención de todos, quizá debido al gran número de primeros planos que recibe encarnando al agente de policía obsesionado con desmantelar una red de drogas en el estrecho de Gibraltar.

Daniel Monzón dirige a los interpretes de
El Niño, proyecto al que ha dedicado seis años

Sin embargo, la verdadera estrella del film es el gaditano de 21 años Jesús Castro, quien nunca había contado con actuar y recibió el papel que da nombre el film acompañando al casting a un amigo (¿os suena?). De hecho, su penetrante mirada azul ha tenido sin duda mucho que ver en el éxito de la campaña promocional de la película y en el buen recibimiento de la misma por parte del público joven. Castro palia sus carencias interpretativas con una fuerte presencia escénica y una perfecta mezcla de dureza y vulnerabilidad que ganan al personaje la empatía del espectador pese a tratarse de un personaje inspirado en la figura de El Nene, traficante conocido por grabarse a sí mismo cruzando el estrello de Gibraltar en lancha cargado de droga. De todos modos, al margen de eso, hay poca relación entre El Nene y El Niño, a quien se añade una relación amorosa bastante poco elaborada con la bella actriz Marian Bachir, quien también obtuvo el papel por casualidad tras quedarse en paro y apuntarse a una agencia gratuita.

Los ojos de Jesús Castro son los
protagonistas del póster de El Niño

Los compañeros de fatigas de Castro son el divertido Jesús Carroza, ganador del Goya a mejor actor revelación por 7 vírgenes (Alberto Rodríguez, 2005) a quien veremos de nuevo junto a Castro en la esperadísima La isla mínima, de Alberto Rodríguez, y el tierno Saed Chatiby, que también se estrena con este film. Ellos son el alma de la película, pese a que el póster prefiera destacar los nombres siempre efectivos de Eduard Fernández —ganador de sendos Goyas por Fausto 5.0 (Isidro Ortiz, Allex Ollé y Carlos Padrissa, 2001) y En la ciudad (Cesc Gay, 2003)—, Sergi López —aún sin Goya pese a poseer el César y el Premio de Cine Europeo por Harry, un amigo que os quiere (Domink Moll, 2000)—, Bárbara Lennie —nominada al Goya como actriz revelación por Obaba (Montxo Armendáriz, 2005)— y el británico Ian McShane —nominado al Annie por la voz del personaje antagonista de Kung Fu Panda (Mark Osborne y John Stevenson, 2008)—. Vamos, que premios no faltan en un reparto que funciona bien en conjunto pese a que nadie destaque en exceso.

Gracias a la fantástica fotografía de Carles Gusi, el icónico estrecho de Gibraltar se convierte en un personaje más del film: la bella quietud exótica reflejada en los planos generales del día a día de las dos orillas contrasta con la inquietud derivada de los poderosos movimientos de cámara que acompañan a las escenas de acción. Y no podría haber mejor acompañante para ello que la fascinante banda sonora de Roque Baños, quien ya posee tres Goyas y podría ganar el cuarto.

Luis Tosar es ya el actor fetiche de Danie Monzón

Y es que, aunque cuenta con un rítmico e interesante guion —firmado, al igual que el de Celda 211, por Monzón y Jorge Guerricaechevarría, quienes obtuvieron el Goya entonces y probablemente volverán a optar este año— donde verdaderamente sobresale la obra es en el apartado técnico: pese a algunos problemas de montaje derivados de la gran cantidad de personajes y situaciones, éste funciona de maravilla gracias a la gran calidad visual y sonora, que soporta escenas bastante complicadas con un presupuesto relativamente reducido (seis millones de euros que dejaron a los compradores de las distribuidoras internacionales boquiabiertos en Cannes). Así, las escenas de acción brillan sin llegar a cansar, gracias a la alternancia con otras de profundización en los personajes (que podrían ser más interesantes si Monzón hubiera renunciado a un par de personajes…, pero esa sería otra película).

Son muchos los elementos que garantizaban el éxito a una obra que combina el drama, el thriller, el romance y hasta la comedia con gran acierto, alejándose del tipo de cine social que, por desgracia, ha alejado a muchos de nuestra rica cinematografía. Menos impactante e innovadora que Celda 211 pero igualmente cargada de fuerza y entretenimiento, El Niño es una película perfecta para reconciliar a los escépticos con el cine español que sin duda tendrá gran presencia en unos premios Goya cargados de calidad. Y es que el 2014 tiene pinta de convertirse en el mejor de la historia del cine español pese a los duros golpes que ha sufrido debido a los recortes, demostrándose que la creatividad de nuestros directores, guionistas, actores y técnicos cinematográficos no tiene fin.

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