Los organizadores de las parrillas televisivas lo tienen muy fácil en Semana Santa: historias religiosas que satisfagan la curiosidad de los ateos y las ansias de los creyentes por celebrar su religiosidad. Mañana y tarde. Este año, la idea ganadora la ha tenido Antena 3, cuyo estreno de la miniserie La Biblia (Crispin Reece, Tony Mitchell y Christopher Spencer, 2013) el pasado lunes fue líder de audiencia. Ésta cuenta con cinco episodios sobre acontecimientos varios del libro sagrado, de los cuales Antena 3 emitió ayer el segundo, de nuevo con gran éxito debido quizá a las personas que hayan oído hablar de ella y quieran averiguar si es en efecto tan mala.
Adán y Eva apenas disponen de unos segundos en La Biblia (incluso esta sensual escena es cortada) |
Y no quedarán decepcionados. Admito que sé poco de La Biblia, pero si algo sé es que no
había chinos luchando con espadas ni hechiceros propagando el poder de Dios. Todo
carece de credibilidad, desde el vestuario de tienda de disfraces hasta los
escenarios de cartón piedra, pasando por unos efectos visuales indignos de este
siglo y una representación de personajes míticos como Abraham o Moisés más
propia de un film de aventuras de Ridley Scott que de las sagradas escrituras.
Y encima se quiere contar tanto que al final no se cuenta nada. Y es que hay
demasiado que contar.
Pero esto no evitó que La Biblia fuera todo un éxito en EE.UU.,
donde la polémica levantada por las claras similitudes entre el diablo y el
presidente Obama no han hecho sino arrastrar más público a verla. Y es que, nos
guste o no, las historias bíblicas venden. Bien por religiosidad, bien por
cultura, bien por morbo, al final hacer una historia bíblica es casi siempre clave
de éxito.
Rita Hayworth es una atractiva y excesivamente bondadosa Salomé |
Y Hollywood lo sabe bien. De hecho,
cuando en plenos años 50 la televisión empezó a alejar a los espectadores de
las salas, los productores estadounidenses descubrieron que había dos formas
clave de mantener al público: majestuosas pantallas panorámicas e historias
bíblicas. De hecho, la primera producción estrenada en CinemaScope (clásico
formato entre 2,66 y 2,39 veces más ancho que alto) fue La túnica sagrada (Henry Koster, 1953), sobre un tribuno romano
que, tras supervisar la crucifixión de Jesús, recibe su túnica en una apuesta y
empieza a escuchar la palabra de Dios. Todo un sinsentido mediocremente interpretado
y ambientado que ganó el Globo de Oro a mejor película del año de todos modos.
Aunque en general eran recibidas
con poco interés por parte de la crítica, películas como Sansón y Dalila (Cecil B. DeMille, 1949), David y Betsabé (Henry King, 1951), Salomé (Williuam Dieterle, 1953), Salomón y la reina de Saba (King Vidor, 1959) y Sodoma y Gomorra (Robert Aldrich, 1962)
atrajeron al público a las salas a menudo con mayor entusiasmo que las
ganadoras del Oscar gracias a tratar fragmentos conocidos de La Biblia ambientados con todo lujo de
detalles (la mayoría obtenía premios por vestuario y dirección artística aun
siendo olvidada por las principales categorías), dirigidas por maestros del
cine épico y con estrellas que llenaban de glamour a los personajes bíblicos.
¿Qué mejor que un David/Gregory Peck o una Salomé/Rita Hayworth? El truco, por supuesto, era tomar la historia bíblica y fomentar el romance; así lo describió el magnate Darryl F. Zanuck: “Cuando tienes una historia de sexo con atuendos bíblicos, ya puedes montar tu propia fábrica de dinero”.
Ben-Hur es una de las 3 películas con más Oscars: 11 |
Sin embargo, la culminación del
género vino de la mano de Ben-Hur
(William Wyler, 1959), que compartía dos puntos con Los diez mandamientos: ser un remake de un film de los años 20 (la prestigiosa
versión de 1925, de Fred Niblo) y contar con el protagonismo de Charlon Heston,
que obtuvo uno de los 11 premios Oscar del film (y probablemente el más
inmerecido de todos). El film épico por excelencia contaba la historia del
maldecido tribuno Ben-Hur, quien sobrevive a esclavitud y carreras de cuadrigas
y vive paralelamente a Jesús de Nazaret, quien siempre está presente pese a no
ser nunca mostrado de frente. Todo un mensaje de esperanza religiosa que hoy
resulta ridículo pero en su día hizo las delicias de crítica y público. En
cualquier caso, es todo un espectáculo.
La película La Biblia es lenta y pesada, pero dispone de una portentosa fotografía y una cuidada banda sonora (su única nominación al Oscar) |
Al comprobar el éxito que este tipo
de producciones tenía entre el gran público, en 1966 la 20th Century Fox
decidió pasarse una vez más –tres años atrás habían protagonizado el mayor
resbalón de la historia del cine con la desastrosa y colosal Cleopatra (Joseph L. Mankievietz, 1963)–
de lista y realizar la “película bíblica definitiva”. Su nombre era sencillamente
La Biblia, su director el gran John
Huston y su trama los 22 primeros capítulos del génesis. El resultado son tres
horas de narración desligada que nos muestra a un ritmo insufriblemente pausado
las historias de la Creación, el Arca de Noé, la Torre de Babel, Sodoma y
Gomorra y Abraham. Salvo por el entretenimiento de ver a numerosos animales
acceder al Arca de Noé (algo que, por cierto, debió costar al estudio una
fortuna que no creo que recuperara) y la transformación de los míticos George
C. Scott, Ava Gardner, Peter O'Toole y el propio Huston en Abraham, Sara, el
Ángel Exterminador y Noé, respectivamente, la película era demasiado lenta para
el gran público y demasiado estática para la crítica especializada y fue todo
un fracaso. De hecho, su título original era The Bible: In the Beginning…, probablemente con la intención de
realizar más capítulos más adelante, pero nadie quiso tomar el relevo. Eso sí, al
contrario de la miniserie que mencioné al principio, por lo menos esta versión
nos permite comprender algo de los pocos acontecimientos que trata y ofrece de
ellos una imagen aproximada de lo que imaginamos.
Uno de los primeros papeles de Gregory Peck es el del mítico protagonista de David y Betsabé |
A esta película no le dio tiempo a
llegar a Jesús, pero lo cierto es que no hacía ninguna falta, porque un año
antes se había estrenado La historia más
grande jamás contada (George Stevens, David Lean y Jean Negulesco, 1965), una
superproducción enormemente publicitada que tuvo la mala suerte de coincidir en
cartelera con Sonrisas y lágrimas, de
Robert Wise, y Doctor Zhivago, de David
Lean, dos de las películas más taquilleras de todos los tiempos. Al mal recibimiento
que dio la crítica a esta interminable historia de Jesús se unió un resultado
de taquilla muy pobre que ni siquiera recuperó los 20 millones de dólares de
inversión. De hecho, no recaudó ni la mitad que la historia de Jesús por
excelencia, Rey de reyes (Nicholas
Ray, 1961), con la diferencia de que el presupuesto de esta apenas pasaba de
los 5 millones. Esta película es una de las más amenas que se han realizado
sobre la figura de Jesús, quien es prácticamente un personaje más entre discípulos y romanos, y cuenta nada más y nada menos que con Carmen Sevilla
en el papel de María Magdalena.
Sansón y Dalila fue todo un éxito de público y obtuvo Oscars a vestuario y decoración |
Y, hablando de cine extranjero,
EE.UU. no fue el único país que trató de sacar partido del auge de historias
religiosas de los años 50 y 60. España recurrió a una de las historias más
intrigantes en El beso de Judas
(Rafael Gil, 1954), México dio a María el protagonismo que se merece en Reina de reinas: La Virgen María (Miguel
Contreras Torreras, 1945) e Italia retrató La
pasión según San Mateo (1964) al estilo neorrealista pero sin apartarse del
texto bíblico. Esta última era obra del cristiano y polémico Pier Paolo
Pasolini y una de las pocas producciones bíblicas no estadounidenses que ha conseguido un
estatus internacional.
Una de las mejores escenas de La vida de Brian presenta a unos religiosos con muchas ganas de apedrear |
Los fracasos de las producciones
sesenteras dejaron claro que el público había tenido suficiente y dieron paso a
un cine más violento y social en el que los mensajes evangélicos tenían poca
cabida. Sin embargo, esta etapa tendría gran influencia en el tratamiento
posterior de las escrituras bíblicas.
De hecho, tan solo unos años antes,
una película como La vida de Brian (Terry
Jones, 1979) habría sido impensable. Y su estreno en EE.UU. literalmente imposible, pues el Código Hays,
publicado por los productores estadounidenses en 1934, prohibía (entre otras
muchas cosas absurdas) todo tipo de tratamiento negativo, vulgar o irreverente
de la religión y tuvo validez hasta 1967. Eso explica (en parte) porqué todas
las superproducciones hollywoodienses de los años 30, 40 y 50 son tan increíblemente
puritanas. Pero con el movimiento hippy de telón de fondo, la parodia La vida de Brian fue posible. Se trataba
de la historia de un joven que, por un cúmulo de equívocos y casualidades, termina
confundiendo su vida con la del propio Cristo, hasta el punto de no saberse
quién es quién. Aunque por momentos roza la vulgaridad, se trata de toda una
sátira llena de memorables gags de manos de los divertidos Monty Python.
El humano Jesús de La última tentación de Cristo no gustó demasiado pese a ser fiel a su destino |
Así, en 1988 Martin Scorsese
estrenó La última tentación de Cristo
y en esta ocasión el problema no era el humor ni la irreverencia, sino todo lo
contrario. El Jesús de Scorsese era sencillamente demasiado humano. Tanto siglo
vendiéndonos al hijo de Dios como la persona pura por excelencia y aquí
encontramos a un hombre martirizado y con dudas cuya última tentación es una
mujer. Sin duda, se trata del Jesús más creíble que ha presentado el cine, pero
también del más odiado por el Vaticano. Personalidades como Juan Pablo II y la
Madre Teresa de Calcuta tacharon la película de blasfema y miembros del Opus
Dei acudieron a las salas para apedrear a los espectadores. ¿A qué tenían tanto
miedo?, me pregunto.
El príncipe de Egipto es la primera película de animación del prestigioso estudio DreamWorks |
Una técnica similar fue empleada
para Joseph: Rey de los Sueños (Rob
LaDuca y Robert C. Ramírez, 2000), sobre el don para leer los sueños del hijo
de Jacob, José. Pero esta vez DreamWorks se permitió más concesiones y a la vez
menos originalidad. El mismo año se estrenó El
hombre que hacía milagros (Derek W. Hayes y Stanislav Sokolov, 2000), una
acertada versión británica en stop-motion de la vida de Jesús. Incluso Argentina
se atrevió con su alegre aunque tonta versión de El arca de Noé (Juan Pablo Buscarini, 2007).
Los diez mandamientos es la película bíblica más querida de todas las creadas durante los 50 y 60 |
Aunque el mundo es cada vez menos
religioso, está claro que La Biblia vende.
Y así ha sido siempre. De hecho, una de las primeras obras que se recuerdan es
la francesa Vida y pasión de Jesucristo
(Lucien Nonguet y Ferdinand Zecca, 1903),
una serie de estampas que fue utilizada en la evangelización por África y Asia a
principios de siglo. De todos modos, los éxitos religiosos de las últimas
décadas han dejado claro que el cine no es lugar de evangelización, pues las
obras religiosas obtienen su éxito por el entretenimiento, la polémica y la
morbosidad más que por su carácter religioso. Yo me quedo con El príncipe de Egipto que logra convertir
a la religión en un mensaje positivo de amor y esperanza, es decir, justo lo
que los eclesiásticos deberían haber hecho siempre.
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
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Yo también me quedo con el Príncipe de Egipto, y de hecho me han entrado ganas de volver a verla. El resto de películas son en general desagradables, aburridas y absurdas, aunque tras la descripción que has dado de la serie: La Biblia me entran ganas de verla solo por reírme un rato; me pregunto a quien se le ocurriría la idea de hacer a Satán negro y encima igual al presidente... en fin...XD
ResponderEliminarNo te pierdas al chino jugando con espaditas: es un ángel xD
EliminarNo sólo las cadenas de televisión completan estos días sus parrillas con cine religioso y bíblico,sino que comercios especializados en cine, música y literatura como FNAC han dispuesto stanterías con recopilaciones del género peplum-religioso. En la trayectoria que has diseñado en tu post se ve con claridad que lo que menos ha importado hasta el momento en este tipo de películas es la rigurosidad histórica o la ambientación socio-cultural. En 'La caída del imperio romano', un film realizado ad usum de Sofía Loren, la protagonista viste 'según los usos, también deformados' de la Edad Media,los que más la favorecen, y estremece pensar en los intereses que guiaban al productor Samuel Bronston cuando llegó a España en busca de un lugar barato para realizar su gran superproducción. En esta obra no se cortan al colocar un 'mozo perchero' entre el mobiliario de la estancia. Las persecuciones de cristianos han sido muy manipuladas, pero los mismos a quienes les encanta este tipo de realizaciones, osan hacer un minucioso examen de los errores de Ridley Scott en 'Gladiator', que incorpora bellísima imágenes del perro como protector, acompañante de los Dioses Penates, y una arenga muy romana, frente a la griega de Alejandro Magno de Oliver Stone. Voy a frenarme, porque me encanta este tema.
ResponderEliminar'La vida de Brian' es otro historia. Es una metáfora del funcionamiento político y social de los pueblos como se han hecho pocas. La secuencia de los suicidas, que indignaba a sectores muy radicales del público no tiene precio, y el canto de los crucificados, perdida toda esperanza, es impagable. Todavía no se ha creado el caldo de cultivo para que hoy se hagan cosas así.
Un saludo, y gracias por permitir que los demás hagamos estas reflexiones, inspiradas en las tuyas.
Muchas gracias a ti por tus siempre interesantes aportaciones :)
Eliminary Zefirelli?
ResponderEliminarLa verdad es que su "Jesús de Nazaret" (1977) es bastante icónico, pero tan solo fue pasado por televisión y es excesivamente larga. Eso sí, Zeffirelli levantó su voz para criticar, tanto "La última tentación de Cristo", como "La pasión de Cristo", por motivos distintos, claro, siempre desde su perspectiva ultra-religiosa, que también muestra el telefilm que dirigió.
EliminarNo he visto 'La Biblia' y es que en este caso me quedo con los clásicos aunque 'Jesús de Nazaret' no es tan tan clásica. La que más me ha impactado por su crueldad es 'La Pasión de Cristo' de Gibson.
ResponderEliminar'Quo vadis', 'Los Diez Mandamientos', 'Ben Hur'... no me canso de verlas!! Luego hay otras que aunque mucho menores tienen grandes estrellas en su reparto y merecen su momento para disfrutarlas y poco más.
Saludos.
Buena página de cine. Mi nuevo blog: http://todocinemaniacos.com.
ResponderEliminarDesconozco si miniseria de Antena 3 de la Biblia no es buena, pero Adam se deja ver muy bien. Gran artículo. FRC
ResponderEliminarCreo que todos coincidimos en que los Adán y Eva de la imagen de La Biblia son muy sexys. Lo raro es que esa imagen no fue utilizada en la miniserie, que apenas dedica unos planos a ambos protagonistas y ni siquiera les enfoca al rostro, así que decidí darles el protagonismo que merecen poniendo su foto. Gracias por el comentario.
Eliminar¡Hola Juan! Nosotros nos quedamos, sobre todo, con 'La vida de Brian' (absolutamente deternillante) y 'El príncipe de Egipto' -qué canción!-.
ResponderEliminar¡Muchos saludos y felicidades de nuevo por tu trabajo, nos encantan estas retrospectivas que haces!
Sin dudarlo, yo también me quedo con El príncipe de Egipto, qué peli tan genial! Por cierto.......... qué fuerte lo de la gente del Opus Dei que iba a tirar piedras.... jajajaja es difícil de creer, dónde está su respeto y amor al prójimo! jajaja
ResponderEliminarJESUSCHRIST SUPERSTAR, IRREGULAR???...Lo que pasa aquí es que huele a que gusta más Broadway que el West End londinense :P Pero creo que en esos tiempos era una apuesta muy buena: estaban empezando a salir los musicales no-clásicos (entiéndase, musical en que todo es música orquestal, bailes bonitos y mucha sonrisa) y también alejado de los cabaret-like que también estaban poniéndose de moda...de hecho, yo lo veo además como uno de los primeros hits del musical europeo frente al americano, porque las influencias eran sobre todo de grupos como The Who, Pink Floyd y cia. Y el tema, creo que pega de lo mejor en la época también: empieza a haber mucha más libertad religiosa en el mundo anglosajón, se empiezan a hacer cosas como esta que liberan a "Jesús" de la presencia obligatoria en la iglesia (otro ejemplo es "Godspell" estrenado también en el mismo año). De hecho, aunque trata la historia de Jesús en sus últimos días, el final del musical deja claro la intención de los autores para con la historia de Jesús, y la música es bastante original para la época ("Gethsemane", que canta Jesús en el huerto de los olivos, es perfectamente un reto para un buen cantante de rock). Yo lo veo una vuelta de tuerca a todo lo que había, pero también creo, que no se puede comparar con grandes películas o superproducciones, porque esto era un musical que debido al éxito se llevo al escenario, no una Gibsonada XD
ResponderEliminarjeje, no se trata de mí; en general esa película no tiene buena fama y de todos modos "irregular" no es un adjetivo tan malo! Algunas canciones son buenas, pero en general sencillamente es una película que me da mal rollo (al igual que la obra original), porque mezclar a Jesucristo con el musical no me convence en absoluto. Por supuesto es una opinión personal, pero no me habría lanzado a categorizarla de "irregular" si no fuera por los muchos críticos que me avalan. Eso sí, tu opinión es bienvenida, por supuesto; ¡gracias por compartirla! :)
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