18 diciembre 2014

Extraordinario Xavier Dolan: joven promesa del cine canadiense

“Desde mi primera película, he hablado del amor. He hablado de la adolescencia, de la inadaptación, de la transexualidad. He hablado de Jackson Pollock y de los 90, de la alineación y la homofobia. He hablado también de internados, de la palabra ‘especial’, de ordeñar vacas, de la cristalización de Stendhal y del síndrome de Estocolmo. He hablado argot, he hablado de forma sucia. He hablado en inglés a menudo y otras muchas veces he hablado sin ton ni son. Cuando ‘hablas’ de cosas, existe un riesgo inevitable a decir muchas tonterías. Por eso decidí ceñirme a lo que conocía (…) Pero debería haber un tema que conociera mejor que nadie y que me gustara más que ningún otro. Y desde luego es mi madre; o, mejor dicho, la figura que representa”. Inicio este artículo con esta declaración del jovencísimo cineasta Xavier Dolan porque la considero clave, no sólo de su impresionante Mommy, sino de toda su fascinante y prometedora carrera.

Yo maté a mi madre (2009)
Xavier Dolan escribió, dirigió y protagonizó su increíble
ópera prima, Yo maté a mi madre, con sólo 20 años
Hijo de una profesora (Geneviève Dolan) y un cantante y actor de ascendencia egipcia (Manuel Tadros), el gran Xavier Dolan-Tadros nació en Montreal (Quebec, Canadá) el 20 de marzo de 1989 —sí, hace sólo 25 años, pero no repetiré la edad porque, si algo detesta el realizador, es que se le analice en base a ella— e inició su carrera cinematográfica como estrella infantil en películas canadienses como J’en suis (Claude Fournier, 1997) o La forteresse suspendue (Roger Cantin, 2001), además de diversos anuncios y series de televisión. Su primer papel adulto tuvo lugar en la controvertida cinta de terror Martyrs (Mártires) (Pascal Laugier, 2007), tras la que decidió dar el salto al otro lado de la pantalla. Y, desde entonces, no ha dejado de superarse a sí mismo, siendo el  talento (y no precisamente la humildad) su fiel compañero de viaje.

Yo maté a mi madre (2009)
El amor y la sexualidad estás presentes en la filmografía
de Xavier Dolan de forma original, y, sobre todo, libre
Con apenas dieciocho años, Dolan decidió aprender sobre producción cinematográfica de manera autodidacta para dirigir su fascinante primer largometraje: Yo maté a mi madre (2009), basada en El matricidio (Le matricide), una novela autobiográfica que había escrito tres años antes. Se trata de un duro pero emocional drama sobre el odio desarrollado por un adolescente hacia su pasiva madre, cuya vulgaridad e indiferencia resultan harto irritantes. Los innumerables gritos entre ambos personajes son bastante molestos, pero es tal la honestidad de Dolan —quien, además de escribir y dirigir, encarna al protagonista— que se trata de una auténtica joya como ópera prima. Así, la obra trata muchos de los temas clave de la cinematografía del cineasta canadiense, como la alienación del diferente, las dificultades de la adolescencia, la incomprensión entre padres e hijos y, por supuesto, la homosexualidad, que, de hecho, es principal detonante de todos los anteriores. Además, contó por primera vez con varios de los intérpretes fetiche de su cinematografía, como Anne Dorval (fantástica en el importante papel de la madre), Suzanne Clément, Patricia Tulasne, Monique Spaziani, Niels Schneider y su propio padre, Manuel Tadros.

Los amores imaginarios
es ya una obra de culto
Yo maté a mi madre fue seleccionada para formar parte de la prestigiosa Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, donde ganó tres galardones: el premio Arte y Ensayo de la CICAE, el premio de la SACD al mejor guion y el premio Jóvenes Miradas. El jurado alabó el carácter único y realista de la realización y la violencia poética del lenguaje, así como el encanto de Dolan y su fuerte fe en el proyecto. Tras ello, la película fue seleccionada por Canadá para competir por el Óscar a mejor película extranjera, pero no logró la nominación. Sí la obtuvo en los César franceses junto a pesos pesados de la talla del Avatar de James Cameron y el Gran Torino de Clint Eastwood, quien se haría finalmente con el galardón.

La popular Los amores imaginarios conforma una
atmósfera colorida y onírica muy atractiva
Se embarcó entonces Dolan en la escritura de la maravillosa Los amores imaginarios (2010), en la que ejerció las labores de productor, director, guionista, montador y actor, además de supervisar el vestuario y la dirección artística. Se trata, por tanto, de la película “más Dolan” de todas, aunque lo cierto es que el joven realizador siempre abarca lo máximo que puede, confirmándose como un absoluto autor —auteur— cinematográfico. En esta poética cinta bellamente fotografiada, dos amigos íntimos (Monia Chokri y Dolan) se ven involucrados en un triángulo amoroso ante la aparición de un irresistible joven (Niels Schneider) llegado del campo. La obra es una divertida reflexión sobre los límites de la amistad, los celos y las relaciones amorosas modernas que evita caer en el melodrama almodovariano pero juega con la exageración y el choque de sentimientos extremos. Los amores imaginarios fue nominada a cuatro premios Genie del cine canadiense, incluyendo mejor película y dirección, y optó de nuevo al César a mejor film extranjero. Además, Dolan fue nominado a mejor ópera prima en el Festival de Chicago. De hecho, la colorida película se convirtió en obra de culto desde su estreno en la sección Una cierta mirada (Un certain regard) del Festival de Cannes, donde Thierre Frémaux, delegado general del evento, la presentó hablando de “una nueva generación muy emocionante”.

Laurence Anyways (2012)
Las tres horas de Laurence Anyways la convierten en
una obra intensa donde incluso hay lugar para la magia
Tras ella, Dolan desarrolló un proyecto más ambicioso que por fin daría plena visibilidad a su carrera pese a ser el primero que no cuenta con su dulce rostro entre el reparto. Se trata de Laurence Anyways (2012), la dramática historia de un profesor de literatura (Melvil Poupaud) que decide cambiarse de sexo pese a mantener una relación seria con una mujer (Suzanne Clément, mejor actriz de la sección Un certain regard de Cannes, certamen donde Dolan presentó la cinta equipado con un cuadrado rojo en apoyo a al conflicto de los estudiantes contra el gobierno en la provincia de Quebec). De este modo, tras tratar la homosexualidad y la bisexualidad, Dolan se atrevió con un tema tan ignorado como la transexualidad, regalándonos casi tres horas dominadas por las excelentes interpretaciones principales y la original presentación de la imagen en formato cuadrado, que confina a sus personajes en sus mundos privados de sueños y decepciones. De hecho, pese a presentar la crisis de identidad de las personas transexuales con acierto y recordarnos que la transexualidad tiene más de necesidad que de deseo, la cinta es en última instancia una inusual historia de amor. Potente y original, Laurence Anyways obtuvo el premio a mejor película canadiense en el Festival de Toronto por decisión unánime del jurado, pero volvió a quedarse a las puertas del César. Todos los críticos se hacían la misma pregunta: ¿es posible tal grado de madurez en la obra de un veinteañero? 

Póster de Tom à la ferme (2013)
Tom á la ferme significa "Tom en la granja",
pero todavía carece de título oficial en España
Pese a no ser necesariamente superior a sus predecesoras, Laurence Anyway permitió a Yo maté a mi madre y Los amores imaginarios llegar a España en formato DVD. Fue estrenada en Madrid en el LesGaiCineMad de 2013, donde se alzó con el galardón a mejor cinta LGTB del año, e incluso disfrutó de un estreno limitado. Hace casi un año, la incluí en mi top de 'Las mejores películas del 2013'Sin embargo, nada de esto fue suficiente para que su cuarta cinta recibiera la merecida atención. Ésta era Tom à la ferme (2013), basada en la obra de Michel Marc Bouchard (lo que la convierte en la única cinta del cineasta que no parte de una idea original del mismo). Pese a ser definida como su obra más redonda y aplaudida por la crítica en la Mostra de Venecia (donde obtuvo el premio FIPRESCI) se trata de la película menos conocida del autor, quizá a raíz de una oscura esencia que la aleja del público de los filmes anteriores. En ella, un joven publicitario (Dolan) asiste al funeral de su novio, fallecido en un accidente de tráfico, y entabla relación con su confusa madre (Lise Roy) y violento hermano (Pierre-Yves Cardinal), a la par que descubre una extraña relación entre su amante y... ¡una mujer! (Evelyne Brochu). Así, el joven cineasta vuelve a romper las normas establecidas sobre la sexualidad y el amor, presentando una potente historia de superación en la que, una vez más, la figura paternal está ausente y es la maternal la que representa el desestructurado núcleo familiar.

Videoclip de College boy (2013)
College Boy tiene un mensaje
claro: no al acaso escolar
Ése mismo año, Dolan dirigió uno de los videoclips más impactantes que se recuerdan. Se trata de College Boy, del grupo Indochine, una durísima crítica al acoso escolar que presenta a un joven (Antoine Olivier Pilon) crucificado por algunos de sus compañeros mientras el resto se tapa los ojos. Rodado en blanco y negro con el formato cuadrado de Laurence anyways, se trata de una obra tan hermosa como terrible, cargada de violencia explícita justificada por ser empleada como lucha contra sí misma. De hecho, nos encontramos ante un necesario ataque contra el bullying por parte del genial cineasta, no siendo el horror representado superior al sufrido por millones de adolescentes de todo el mundo. Por suerte, la polémica no hizo sino encumbrar su trabajo.

Mommy (2014)
Anne Durval, Antoine Olivier Pilon y Suzanne Clément
tratan de inmortalizar la felicidad en Mommy
Y así es como llegamos a Mommy (2014), una cinta en la que Dolan mezcla el planteamiento de Yo maté a mi madre, la poesía de Los amores imaginarios, la visualidad de Laurence Anyways, la oscuridad de Tom à la ferme y la crudeza de College Boy, confeccionando su gran obra maestra. La cita que dio comienzo a este artículo continúa así: “es a mi madre a quien siempre regreso, a quien quiero ver ganar todas las batallas; para la que quiero investigar problemas y ver cómo los resuelve. A través de ella me hago todas las preguntas”. La fascinación del cineasta por su madre queda de manifiesto más que nunca en Mommy, donde un adolescente problemático (Antoine Olivier Pilon, protagonista de videoclip recién mencionado) y su madre (Anne Dorval, presente en casi todos sus films) se encuentran entre la espada y la pared: entre el amor que sienten y las ganas de liberarse el uno del otro, situación que parece relajarse cuando una profesora con problemas de comunicación (Suzanne Clément, la matriarca de Yo maté a mi madre cambiando de papel) entra en sus vidas. Todo un canto de amor y libertad, la cinta hace uso de la fotografía cuadrada de Laurence Anyways y College Boy, pero, como si de un acordeón se tratase, amplia el plano en los momentos de felicidad.

Xavier Dolan en el Festival de Cannes
Dolan agradeció el Premio del Jurado de Cannes, pero
afirmó que iba a por la Palma de Oro (y la merecía)
Mommy no es sólo la mejor película del cineasta, sino una de las mejores del año, como prueban el Gran Premio del Jurado de Cannes (compartido nada más y nada menos que con el Adiós al lenguaje de Jean-Luc Godard, a quien el joven no admira en exceso) y sus nominaciones a los premios Spirit y Satellite, que, esperemos, se complementen con la esperada nominación al Óscar a mejor película extranjera, para el que ya se encuentra entre las 83 excelentes preseleccionadas [más al respecto en 'Las 83 representantes para el Óscar a mejor película extranjera']. De todos modos, Xavier Dolan es una caja de sorpresas. ¿Sabíais que dio su voz a las versiones dobladas al francés de las sagas de Harry Potter, Crepúsculo y Los juegos del hambre? Pues sí: ¡no es otro que Ron Weasley, Jacob Black y Peeta Mellark! ¿Os imagináis a Ruper Grint, Taylor Lautner y Josh Hutcherson con la misma voz? Si algo probó su discurso de aceptación del galardón en Cannes, es que su carismático don de palabra sólo es superado por su adorable presencia, así que Dolan podría perfectamente competir con estas estrellas adolescentes…

De todos modos, el joven no parece interesado en forrar carpetas con su foto, sino que ya está embarcado en su nuevo proyecto, The Death and Life of John F. Donovan, prevista para 2016, que contará con un reparto de lujo encabezado por Jessica Chastain, Kit Harrington, Kathy Bates y Susan Sarandon. Se trata de la historia de una gran estrella del cine cuya correspondencia con un niño actor de 11 años hace despertar acusaciones plagadas de prejuicios. Aún se sabe poco sobre esta cinta, pero podría suponer la internacionalización definitiva de una de las personalidades más extraordinarias de la historia del cine. Si a sus veinticinco años Dolan es capaz de confeccionar un proyecto como Mommy, toda exageración es poca a la hora de imaginar su futuro. Y eso él lo sabe mejor que nadie.


© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras

5 comentarios:

  1. Un genial artículo!
    Es un análisis detallado de la obra de este genial autor.
    La verdad es que el cine canadiense nunca me ha gustado mucho, pero Dolan es la excepción, con su visión única y sus originales historias.
    Me falta sólo una película suya por ver, pero tras este artículo la veré cuanto antes!
    Enhorabuena!

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  2. En mi caso solamente he visto Les amours imaginaires ( http://cdecine.blogspot.com.es/2011/06/les-amours-imaginaries-2010-xavier.html ) y aunque no me convenció del todo, tengo ganas de ver más películas de este director.

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  3. Te agradezco la información acerca de este joven realizador canadiense que no conocía. Pero, sobre todo, te agradezco la magnífica y emotiva introducción al tema, que explica por qué todo lo que escribes tiene tanto interés para quien tenga la capacidad de ver que, detrás de un buen contador de historias, reside un alma sensible, que yo ya intuía. Gracias Juan.

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  4. Solo me queda x ver, Los amores imaginarios, desde luego este joven director me ha conquistado totalmente, como actor no tanto, estaré pendiente de lo próximo que haga x supuesto.

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