‘La novia’ conquista los divertidos Premios Feroz 2016

Se veía venir desde San Sebastián, donde muchos eligieron La novia como mejor cinta española del certamen pese a que ser presentada demasiado tarde la dejara fuera de la Sección Oficial. Su fecha de estreno, posterior al 1 de diciembre, también le impidió participar en los Premios Forqué [comentario], que impulsaron a Truman ante la falta de alternativas potentes. Pero los Premios Feroz, los galardones entregados por la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE), por fin han puesto remedio a la situación, convirtiendo a esta cuidada adaptación de Bodas de sangre en la clara favorita para los próximos Goya.

"Me nominan, pero nunca gano", exclamó la emocionada
Inma Cuesta, mejor actriz por La novia

Así, La novia convirtió en estatuilla seis de las nueve nominaciones a las que optaba: mejor película dramática, mejor dirección (para Paula Ortiz, la primera mujer que se hace con el galardón y posiblemente la cuarta en alzarse con el Goya), mejor actriz (para la maravillosa Inma Cuesta), mejor actriz secundaria (para la veterana Luisa Gavasa, cuyo Goya está asegurado), mejor música (para el brillante compositor japonés Shigeru Umebayashi, autor de las memorables melodías de Deseando amar (Wong Kar-Wai, 2000) y La casa de las dagas voladoras (Zhang Yimou, 2004), ambas bellamente formalistas) y, para completar, mejor tráiler (para el joven Roberto Bra). Todos ellos merecidísimos, tanto por el mimo depositado en el proyecto como por la falta de competencia en un año relativamente flojo para nuestro cine. Aun así, resulta triste que las encomiables óperas primas Techo y comida, de Juan Miguel del Castillo —¡gran Natalia de Molina!—; A cambio de nada, de Daniel Guzmán, y El desconocido, de Dani de la Torre, se fueran de vacío. Esperemos que rasquen algo en los Goya [comentario de las nominaciones aquí].

Todo indica a que La novia también arrasará
en los Premios Goya, donde cuenta con 12 nominaciones

La principal contrincante de La novia no salió del todo mal parada. Así, Truman dio a Cesc Gay y Tomás Aragay el galardón a mejor guion (justo después de que un divertido vídeo mostrase a los guionistas nominados escuchando secretamente opiniones sobre sus películas) y a Ricardo Darín el concerniente a mejor actor protagonista. Irónicamente, el intérprete argentino (que probablemente se hará este año con su primer Goya) no pudo recoger el galardón, con lo que correspondió a su compañero Javier Cámara (nominado en las tres ediciones de estos galardones pero nunca ganador) hacerlo en su honor. Y es que, aunque Cámara es un buen actor, en este caso el trabajo de Darín da mil vueltas al suyo. De hecho, él mismo estaba convencido de no ganar, si bien su discurso dejó claro que era Pedro Casablanc quien debería haberse hecho con él por su fascinante transformación en Luis Bárcenas en B, de David Ilundain, cinta a la que correspondió un Premio Feroz Especial. Con él, los informadores reivindican la importancia de un film que, a pesar de contar una historia que alguien tenía que contar, fue tristemente ignorado por la taquilla. Con gracia y salero, la presentadora Silvia Abril afirmó que ya era hora de que se hiciera una película sobre corrupción en España, porque los políticos dan tanto juego que podría existir como género propio, igual que EE.UU. tiene el western, Inglaterra el cine social y Francia el cine pretencioso.

Está claro que Mario Casas triunfa entre
los votantes de los Feroz, ¿o es una provocación?

Todos los galardones recogidos por La novia y Truman eran previsibles, con lo que la sorpresa quedaba relegada a las otras tres categorías. Así, la notable Negociador, de Borja Cobeaga (tristemente relegada por los Goya a la insuficiente categoría de mejor guion original), se hizo con el galardón concerniente a mejor comedia por encima de Requisitos para ser una persona normal, de Leticia Dolera —la cuarta en discordia para un año de grandes óperas primas españolas—, que se hizo con el galardón concerniente a mejor cartel (para la simpática y colorida composición de Natalia Montes), y Mi gran noche, último delirio de Álex de la Iglesia, que dio a Mario Casas su segundo Premio Feroz a mejor actor de reparto pese a seguir sin haber sido nunca candidato a los más tradicionales Premios Goya. En estos momentos, el ídolo de adolescentes ha obtenido más Premios Feroz a mejor actor de reparto que todos los demás intérpretes juntos, ¿curioso, verdad? Vale, sólo ha habido tres ediciones, pero sigue siendo algo exagerado, sobre todo considerando la banal naturaleza de su último papel... Otra curiosidad: ninguno de los nominados en la categoría lo fue también por la Academia. ¿La explicación? Muchos buenos trabajos y ninguno verdaderamente memorable (algo extrapolable a todo el cine español del año).

Foto de ganadores de los III Premios Feroz

Indudablemente, el momento más emotivo de la noche fue, como cabía esperar, la entrega del Premio Feroz de honor a la gran Rosa María Sardà, quien afirmó que, pese a su carácter, estas cosas emocionan (y que ese tipo de premio no se obtiene con talento, sino sobreviviendo). Simpáticos toques cómicos muy acordes a toda la gala, marcada por la maravillosa labia de Silvia Abril, quien debería presentar todos los eventos del mundo para seguir regalándonos momentos tan geniales como el que protagonizó ayer junto a una elegante Penélope Cruz (indudablemente lo mejor de ma ma, de Julio Medem): “Uy Penélope, no sabes por dónde te voy a salir. Soy así cariño... ¿Pero qué pasa? ¿Tanto miedo doy, tan fea soy...? Claro que a tu lado lo es cualquiera. Gracias por asistir a esta humilde gala, ya sabemos que tú estás acostumbrada al glamour de los Óscar, aunque a veces se vea truncado porque alguna actriz berrea el nombre de algún ganador”. Sin olvidar su mención al cine Los premios Hollywood serán más glamurosos, pero los Feroz son indudablemente los más divertidos. Los Goya deberían tomar nota.

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