Cada nuevo estreno de Ang Lee es todo un evento cinematográfico. Su última película es La vida de Pi, nominada a 11 premios Oscars, con la que el director taiwanés ha dado un nuevo paso en su carrera. El reconocimiento de la crítica sólo es importante para él si va ligado a un respaldo del público, que es al fin y al cabo, quien disfrutará de sus films. Su vida ha sido tan compleja como lo son sus películas y, aunque el final de este artículo está dedicado a la original La vida de Pi, antes me interesa repasar la interesantísima trayectoria cinematográfica de este excepcional director.
El poderío de La vida de Pi está en sus imágenes |
Ang Lee nació en 1954 en Pingtung, Taiwan, a donde
sus padres se habían trasladado tras abandonar China con la llegada de Mao al
poder. La terrible Revolución Cultural china (1966-1976) supuso el asesinato de
casi toda su familia y dejó en Lee una sensación de inseguridad que nunca desaparecería
y estaría presente en sus films. Él nunca fue un buen estudiante y suspendió dos
veces el examen de acceso a la universidad, frustrando el deseo de su padre (director
de su propio colegio) de ver a su hijo convertido en profesor. En su lugar,
asistió a la escuela de arte de Taiwán y, tras completar el servicio militar
obligatorio, se mudó a Illinois, EE.UU., donde estudio cine y teatro, que
perfeccionó con un Master en la Tisch School of Arts de Nueva York. Allí
coincidió con el famoso director Spike Lee, al que ayudó como asistente de
dirección en su película para la tesis en 1983.
El título de Manos que empujan hace referencia a una técnica de Tai Chi y es una metáfora de la historia |
Tras escribir varios guiones, Lee consiguió crear su
primera película en 1992. Se trataba de Manos
que empujan, un drama sobre un anciano maestro de Tai Chi que viaja a
EE.UU. desde Taiwán para vivir con su hijo y nuera americana. La historia gira
en torno al choque generacional y a las dificultades de este hombre para
adaptarse a una cultura tan distinta, lo que la convierte en claro precedente
de varios de sus films. Pocos fueron quienes tuvieron la suerte de verla, pero la película, aunque algo melodramática y exagerada, tuvo buena acogida y permitió a Lee
seguir trabajando en un proyecto bastante más arriesgado e interesante.
En El banquete de boda el gay occidental es más femenino que el asiático y se juega con las ideas de "contagio gay" y "occidentalización gay" |
El banquete de
boda
(1993) contaba la historia de una pareja homosexual de Manhattan. Uno de ellos
es estadounidense y lleva la situación con normalidad, pero el otro es taiwanés
y cree que sus padres le matarían si supieran qué tipo de vida lleva. Por eso,
ante la visita sorpresa de éstos, decide fingir una boda con una mujer en busca
de permiso de residencia, lo que da lugar a todo tipo de conflictos divertidos
y a otros que no lo son tanto al tocar la diferencia de culturas y
generaciones. Lee fue pionero en el tratamiento de la homosexualidad asiática y
experimentó serias dificultades, entre ellas, la de encontrar un buen actor que
hablase inglés y mandarín y no tuviera problema en interpretar a un personaje
gay. En aquella época, la homosexualidad suponía un descenso de clase social en
el Taiwán, donde se veía como “una mala influencia de occidente”. La solución
fue Winston Chao, un modelo que nunca había actuado en una película y hubo de
recibir clases de interpretación del propio Lee, quien volvería a contar con él
en su siguiente trabajo. El film supuso la primera colaboración entre Lee y el
productor y guionista James Schamus, que se convertiría en su fiel colaborador,
y recibió varias distinciones internacionales, destacando un merecidísimo Oso
de Oro en el Festival de Berlín y una nominación al Oscar a Mejor Película
Extranjera.
Lee concluyó lo que sería percibido como una
trilogía del cruce generacional y cultural con Comer, beber, amar (1994), uno de sus mejores films y el único del
director grabado en su país natal, por el que fue de nuevo candidato al Oscar.
En esta ocasión la historia no salía de Taiwán, donde un viudo convivía con sus
tres hijas, pero la relación de éstas con la cultura occidental hacía el choque
más fuerte que nunca. Cada una de las hijas estaba ligada a un símbolo del
cambio cultural y la influencia de occidente: la mayor es una devota cristiana
(frente al clásico confucionismo y la idea de respeto por los mayores), la
segunda es una azafata de vuelos (en relación a un mundo cada vez más global) y
la tercera trabaja en un restaurante de comida rápida (en contraposición a la
tranquilidad oriental). Esta última contraposición es además irónica porque el
padre es un cocinero experimentado de comida tradicional china que está
perdiendo el sentido del gusto y ve cómo las nuevas generaciones desprecian su
trabajo.
Comer, beber, amar juega con la comida y abre el apetito |
Las tres primeras películas de Ang Lee tienen mucho
en común. Todas ellas cuentan con un padre autoritario (siempre interpretado
por Sihung Lung) que prefiere observar a hablar y es símbolo de sabiduría pero
también de reticencia al cambio y unos hijos poco comprensivos menos
preocupados por la tradición y la felicidad de sus padres que por sí mismos. Se
trata de la crisis del patriarcado y el sistema de valores impuesto tradicionalmente
por el Confucionismo: “La gente necesita aferrarse a algo, pero todo cambia”,
afirma Lee. Sin embargo, al contrario que otras obras asiáticas como Cuentos de Tokio (Ozu, 1953), los films
de Ang Lee son objetivos y empáticos hacia todos sus personajes, contemplando
los cambios y las ansias de vivir sus propias vidas de los hijos con triste
nostalgia pero aceptación. Es una trilogía de dualidades: viejo y nuevo,
masculino y femenino, oriente y occidente…, pero que busca el equilibrio entre
ellas y mantiene un mensaje realista pero esperanzador. El propio Lee era un
mal estudiante que decepcionó a su padre al no convertirse en profesor, con lo
que este tema sin duda le toca de cerca.
Del mismo modo, Lee se siente especialmente
identificado con el sentimiento de diáspora, de estar fuera de lugar y de
choque de culturas debido a su experiencia personal: “No sé donde estoy, pero
nunca lo sé. Mis padres se mudaron a Taiwán, donde éramos extraños, luego a
EE.UU., luego a China, luego a Taiwán de nuevo. Creo en el mundo de las
películas más que en ninguna otra cosa. Vivo al otro lado de la pantalla”.
Lee dirige a Thompson en Sentido y Sensibilidad; la actriz obtuvo el Oscar por el guión del film |
Sin embargo, nadie esperaba que el siguiente trabajo
Lee fuera la primera adaptación cinematográfica de una obra de Jane Austen en
cincuenta años. De hecho, cuando Lee recibió el guión de Sentido y Sensibilidad (1995) escrito por la actriz Emma Thompson,
ni siquiera había leído la obra original. “¿Qué sé yo de la Inglaterra del
siglo XIX?”, se preguntó extrañado. Sin embargo, pronto comprendió lo que los
productores habían visto en él: la mezcla de sátira social y drama familiar de
su trilogía era muy apropiada para Austen. Y no se equivocaron: la película fue
un éxito y obtuvo el Oso de Oro de Berlín y siete nominaciones a los Oscar. Y,
aunque Lee se quedó sin la suya, fue su aportación lo que lanzó a Jane Austen a
la fama cinematográfica, que se transformaría en multitud de adaptaciones de
todas sus obras. Para sorpresa de muchos, Lee había sido la mejor opción
porque, a fin de cuentas, Comer, beber,
amar y Sentido y sensibilidad tienen
una base común: un padre exigente, preocupación por las convenciones sociales e
hijas dudosas entre hacer caso a la tradición o seguir sus propios instintos
pasionales. Lee sí obtuvo los galardones de mejor dirección del año de la
National Board of Review y el Círculo de Críticos de Nueva York, algo insólito
en un cineasta asiático.
La tormenta de hielo muestra la crisis de la familia moderna y tiene, de nuevo, un título metafórico |
Hollywood había puesto el ojo en Ang Lee, quien,
para bien o para mal, no volvería a ser el mismo. Su habilidad para mostrar las
relaciones humanas le valió la oferta de dirigir La tormenta de hielo (1997), un crudo drama sobre la liberalización
sexual de los setenta en los barrios residenciales. Una vez más, Lee reflejaba
la crisis del modelo tradicional, aunque en esta ocasión se trataba de la
cultura estadounidense que tan bien le había acogido. Un reparto de ensueño que
incluía a Kevin Kline, Sigourney Weaver, Tobey Maguire, Elijah Wood, Christina
Ricci y Joan Allen dio lo mejor de sí gracias a la ganada experiencia de este
cada vez más aclamado director.
Su siguiente trabajo, el western Cabalgata con el diablo (1999), resultó
demasiado largo para los pocos que lo vieron, pero el gran éxito de Ang Lee no
tardó en llegar. Lee se propuso realizar la mejor película de artes marciales
posible y sorprendió a occidente con un tipo de cine que llevaba décadas triunfando
en el este asiático. Aunque Tigre y
dragón (2000) era un film de acción, la estética se ponía por delante: las luchas
estabas coreografiadas como danzas por el brillante Lee Wu-ping, que acababa de
trabajar para Matrix (Andy y Lana Wachowski,
1999), y resultaban especialmente bellas en los majestuosos parajes de China,
donde Lee (amante del rodaje en exteriores) obtuvo derechos para rodar. La
planificación es tan perfecta que resulta sorprendente descubrir que Lee no
realizó storyboard alguno.
Tigre y dragón recaudó más de 100 millones sólo en EE.UU., todo un récord para un film extranjero |
Pero la clave del film fue no dejar de lado la
fuerza interior de los personajes, que había sido el punto débil de este tipo
de producciones hasta el momento. El reparto incluía a Chow Yun-Fat, Michelle
Yeoh y Zhang Ziyi, quienes dotaron de gran profundidad psicológica a sus
personajes. Además, los clásicos temas de Lee están presentes: el choque
generacional se refleja en el enfrentamiento entre una pareja experimentada y
una joven y el feminismo está presente en mujeres fuertes que luchan por
hacerse un lugar en un mundo de hombres. Ellas siguen el consejo de la cita de
la mitología china “Crouching tiger, hidden dragon”, sobre la habilidad de
esconder las fortalezas al enemigo, que da el título original al film.
Tigre y dragón se convirtió en el film
extranjero más exitoso de todos los tiempos y obtuvo diez nominaciones a los
Oscar, incluida la imprescindible para Lee, y cuatro merecidas estatuillas, las
máximas otorgadas a un film extranjero desde Fanny y Alexander (Ingmar Bergman, 1982). Además, las asociaciones de
críticos se rindieron ante Lee, quien obtuvo el Globo de Oro, el Bafta y otros
muchos galardones por su magnífico trabajo. A él se debe también el
renacimiento del género de artes marciales en occidente, con brillantes films
como Kill Bill (Quentin Tarantino, 2001) y Hero (Zhang Yimou, 2002). De hecho, el
agradecimiento por estas obras hacia él fue tal que incluso le perdonamos su
espantoso encuentro con el cine de superhéroes en Hulk (2003), que desde luego no parecía la película ideal para él.
Los productores de Terminator 3 (2003)
no debían de pensar lo mismo y le ofrecieron su dirección, pero, por suerte,
Lee la rechazó.
Bellos acordes de guitarra del argentino Gustavo Santaolalla acompañan a Brokeback Mountain |
A todos sus previos films debe Lee su mejor película
hasta la fecha y una de las grandes maravillas del séptimo arte. Brokeback Mountain
(2005) mezcló la aceptación de la homosexualidad de El banquete de boda, la profundidad psicológica de La tormenta de hielo y la fuerza visual
de Tigre y dragón y revolucionó al
mundo. Al principio, en un mundo todavía homófobo, fue el sexo gay lo que más
llamó la atención, escandalizando a muchos pese a que imágenes mucho más explícitas (aunque de sexo heterosexual, claro) habían tenido lugar
en multitud de películas comerciales años atrás (Monster´s ball (Forster, 2001), por poner un ejemplo). Sin embargo, público y crítica
de todo el mundo terminaron descubriendo un film profundo y hermoso sobre el
amor, la pérdida y la identidad. Sus protagonistas (maravillosos Heath Ledger y
Jake Gyllenhaal) son dos vaqueros aislados del mundo con su ganado en la
montaña de Brokeback en el verano de 1963. Sólo se tienen el uno al otro, y
poco a poco descubren cómo su amistad inicial se transforma en amor. Pero ese
bello sentimiento no tiene cabida en la sociedad de la América profunda y ambos
deben reprimir sus impulsos e iniciar vidas separadas casados con dos bellas
mujeres (también maravillosas Michelle Williams y Anne Hathaway, a la que Lee
instó a tomar el papel principal de La
joven Jane Austen (Julian Jarrold, 2007) por su experiencia en el tema) que nunca
podrán ocupar un lugar que ya ha sido ocupado.
Al mezclar la homosexualidad y el western, género
clásico por excelencia, Lee ataca de lleno a la sociedad estadounidense y al
mundo entero, incapaz de darse cuenta de sus propios prejuicios. El efecto que
este bello film tuvo en la normalización de la homosexualidad es incalculable
y, aunque finalmente perdió el Oscar principal frente a Crash (Paul Haggis, 2005), su influencia no tiene límites. El
maravilloso trabajo de Ang Lee fue reconocido por la práctica totalidad de
entidades cinematográficas, incluyendo el primer Oscar a mejor director
entregado a alguien no caucásico. Pero lo más importante es que el film llegó
al corazón de los espectadores; hay una bella cita del director que explica
porqué: “Creo que todo el mundo tiene
un Brokeback Mountain dentro. Alguien cuyo regreso esperas. Y, claro, hay
personas que nunca regresan”.
Deseo, peligro es el segundo y último film de Lee ambientado en el este asiático |
La sexualidad fue más explícita aún en Deseo, peligro (2007), donde además se combinaba
con violencia. Era una larga historia sobre la traición y el deseo en el
Shanghai de los años 40, explorada a través de la relación entre una joven
patriota y un colaborador de los japoneses al que la primera busca seducir para
después asesinar. Lee transmite con fuerza y sutileza cómo, conforme la
relación entre ambos se desarrolla, la ideología de la joven pierde valor
frente a la atracción que va desarrollando por el villano. Tan envolvente como
impactante, el film unía a Lee con Tony Leung, toda una entidad en China, y
obtuvo el León de Oro del festival de Venecia.
El siguiente trabajo del director tenía poco que ver
con su predecesora. Era una simpática versión libre sobre el nacimiento del
famoso festival de Woodstock. Con mucho aroma sesentero pero poca “esencia
Lee”, Destino: Woodstcok (2009) fue
nominada a la Palma de Oro en Cannes, pero pasó bastante desapercibida. Pese a
que Lee es heterosexual y es un padre de familia felizmente casado con Jane Lin
desde 1983, éste su tercer film protagonizado por personajes homosexuales, lo
que muestra su bella apertura de mente.
Destino: Woodstock es su trabajo más desenfrenado |
Y así es cómo llegamos a La vida de Pi (2012), su trabajo más comercial hasta el momento.
Esta película cuenta la historia de un joven hindú (referente a que vive en la
India, no a que practique el hinduismo… solamente) que se convierte en el único
superviviente de un naufragio y debe pasar meses en un bote salvavidas que deberá
compartir con un intrigante pero peligroso tigre. Se trata de una aventura muy
espiritual, pues su protagonista decidió abrazar tres religiones (cristianismo,
hinduismo e islam), lo que, según su padre, es sinónimo de no creer en ninguna.
Atraído por el hipnótico poder del tigre, el joven deberá idear modos de
supervivencia que a menudo choquen con su propia forma de pensar y, a la vez,
tratará de conectar con el tigre, consciente de que sólo se tienen el uno al
otro. Poco a poco nos adentramos en mundo de fantasía y empezamos a dudar sobre los propios conceptos de realidad y ficción: ¿es realmente tan importante la diferencia?
Ang Lee es el primer director no caucásico (ni europeo, ni norteamericano) premiado con el Oscar |
Como espectador, es fácil entusiasmarse ante esta
emocionante película, bellamente grabada y envolventemente sonorizada, pero
como incondicional de Lee es más complicado. La profundidad de personajes que
ha caracterizado siempre al director no está presente aquí con la misma fuerza:
pese a que pasamos casi dos horas con el mismo protagonista, no llegamos a
adentrarnos en su alma como la hicimos con los protagonistas de Comer, beber, amar o Brokeback Mountain. En parte se debe a
que Suraj Sharma no es Sihung Lung ni Heath Ledger (al margen del talento, es
su primer trabajo cinematográfico), pero lo cierto es que Lee, maravillado por
la fuerza de la historia y las imágenes, no ha dedicado tanto tiempo a sus
personajes. Pese a todo, es un film original, envolvente, emocionante y
divertido, con algunos momentos de puro misticismo gracias a unos
impresionantes efectos visuales; toda una experiencia cinematográfica.
La
influencia de Ang Lee en el cine contemporáneo es incalculable. Sus films estadounidenses
han revolucionado la idea de “autor minimalista” y acercado el cine asiático a
occidente, mientras que sus obras taiwanesas han ayudado a comprender mejor la
cultura asiática, a la par que reflejaban una situación que nos afecta a todos:
un mundo cada vez más pequeño en el que, pese a todo, aun nos sentimos extraños
al salir de casa. Además, sus películas han ayudado a normalizar la
homosexualidad, y a defender importantes valores como el feminismo, la
honestidad o el amor incondicional, sin olvidarnos de la influencia de Tigre y dragón en el cine de artes
marciales. Lee afirma que el cine le sirve para mostrar lo que oculta en su
vida real y que cree en el mundo de las películas más que en cualquier otra
cosa porque es lo que le hace feliz. Quizá por ello lo que caracteriza al cine
de este director imprescindible es la más pura honestidad, lo que convierte a
cada visionado de sus obras en un viaje al corazón de uno mismo.
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras
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Me gusta mucho el cine de Ang Lee y con 'La vida de Pi' me ha vuelto a sorprender por la espectacularidad de sus imágenes en 3D.
ResponderEliminarHe visto la mayoría de las películas d eAng Lee y me han gustado mucho: Sentido y sensibilidad, Deseo, Peligro...
Tengo pendiente 'El banquete de boda'.
Saludos.
Pues tienes pendiente una de las mejores y más divertidas. No te la pierdas. ¡Gracias por el comentario!
EliminarLa tormenta de hielo es una de mis pendientes desde hacemucho, a ver si me la veo en estos días
ResponderEliminarEn cuanto a destino Woodstock cuando me entere que era de Lee me quede un poco wtf? es verdad que no tiene su toque por ninguna parte
A Tigre y Dragon la tengo que dar una oportunidad, porque la vi de teenager pensando que sería una fiesta de las tortas y ni mucho menos
Y en cuanto a Brokeback mountain tarde mucho en verla, no por prejuicios, sino porque pense que buscaba el exito mediante el uso de un tema controvertido, pero que seguro que la pelicula no era para tanto, y he de admitir que es la relacion homosexual mas bellamente plasmada que he visto en el cine, es una historia de amor que no tiene que envidiar a otras heterosexuales como el paciente ingles por ejemplo
Reconozco que es un gran director, no esta entre misfavoritos porque me sigue pareciendo demasiado irregular, pero me parece bueno, aun asi la vida de Pi me parece que la vere en formato domestico quiera o no quiera
Lee es sin duda irregular, pero en realidad la mayoría de directores lo son, sólo que sus peores trabajos no se dan a conocer. A mi me parece muy completo y variado, sin necesidad de hacer nada extraño para forjarse una personalidad.
EliminarMuchas gracias por tus comentarios, tienes mucha razón en cuanto a Brokeback Mountain, es realmente bella y una pena que mucha gente no la vea por temor a que sea cursi o demasiado sexual cuando no es ni una cosa ni la otra.
Me parece una buen viaje por al películas de Ang Lee pero no comparto que en life of pi se pierda su fuerza en el personaje, una característica del joven, no solo saber de su pasado y un contexto, es que es emocional su aventura, espiritual y requiere una sensibilidad, la imágenes y esos cambios y audacias en el naufragio nos lo desnudan, nos lo acerca, no necesariamente debe ser algo complejo, el filme no lo es pero es valiente Ang Lee, es una historia sobre un muchacho y un tigre, algo que no atrapa mucho en realidad en sentido de unanimidad que ha cierto punto lo ha conseguido y sin actores famosos, visto de lejos no parece trascender y lo logra, no queda en solo entretenimiento si bien es una reflexión amable. A mi me gusta el filme, es un buen trabajo, Ang Lee es bueno pero tampoco es alguien demasiado atrapante en mi parecer, claro que visto bien uno se da cuenta de su talento, y life of pi es otra raya más al tigre, sin embargo mi apuesta está en the master y django que me eatren más por ahora. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación sobre "La vida de Pi". A mí Ang Lee me encanta y quizá por ello soy más crítico. Aún así, no quiero que parezca que no es una buena película. Es interesante, emocionante e incluso profunda en muchos aspectos, pero yo echo de menos el modo en que Lee se adentra en la mente humana de otros de sus films. Aun así tiene escenas realmente bellas y casi trascendentales que transmiten mucho, aunque yo esperaba que fueran la mayoría y desde mi punto de vista no lo son. Un abrazo!
EliminarMe encantó el informe, pero quiero remarcar un error. Gustavo Santaolalla, compositor de la música de Brokeback Mountain que le valió su primer Oscar en 2006 (al año siguiente repetiría su triunfo por a música de Babel), es argentino y no mexicano como reza la nota al pie de una de las fotografías. Pero excelente informe!!
ResponderEliminarHola. Confusión mía, ya está arreglado. ¡Muchas gracias por el aviso! Eso sí, si puedes, ponte algún nombre para que sepa con quien hablo. ¡Gracias!
EliminarConcuerdo con lo que dices de la Vida de Pi..., yo también hubiera cambiado cositas de guión que no me agradaron demasiado, pero está chida! Me encanta que un taiwanés tenga tantas nominaciones a los Oscar!!
ResponderEliminarEl artículo me parece muy interesante, especialmente el dato de que Ang Lee dirigiese Sentido y Sensibilidad con tal maestría teniendo en cuenta la poca relación que él tendría con la Inglaterra del siglo XIX.
ResponderEliminarPor otro lado, como ya sabes, no opino igual de la Vida de Pi, quizás no sea la mejor película de todos los tiempos o sus personajes no son demasiado profundos, pero no creo que sea eso lo que busca esta película. (Los que no habéis visto la Vida de Pi, no debéis leer esto).
Todo lo que ocurre con tanta belleza en la barca, todas esas cosas maravillosas e increíbles no son más que una contraposición frente al horror que la verdadera historia supuso. Por otro lado por mucho que algunos digan que esos colores y esos espectáculos no se dan en la Naturaleza tengo que decir que no estoy de acuerdo, hay cosas increíbles en este mundo y el Océano Pacífico donde Pi pasa la mayor parte de la película es una de las más increíble y salvajes.
No hay que buscarle una explicación a una isla carnívora, es todo imaginación. Una vez la historia ha pasado, si solo hay una persona que la ha vivido y esa persona decide recordar a un tigre, a miles de suricatas arbóreos y bananas que flotan (tal y como dicen en la película: “las bananas no flotan”) nadie puede probar que no ocurrió así. A pesar de que algunos hechos no tengan mucho sentido, nunca se sabe lo que puede pasar y de hecho, las bananas flotan.
Y todo esto consigue una historia sobre lo bello de la religión desde un punto de vista totalmente no religioso: como es el creer en varias religiones a la vez, en varios dioses, o quizás la explicación a la frase: Una historia que te va a hacer creer en dios: todos esperábamos algo muy trascendental sobre dios y la religión, pero la explicación simplemente es que si tienes las mismas razones para creer o para no creer, simplemente debes elegir la historia más bella, la mejor.
Todo eso es cierto. Realmente "La vida de Pi" es una película única y es muy probable que la hubiera visto con otros ojos de no ser por Lee. Además, mis expectativas eran bestiales y tan sólo quería ver al joven y al tigre en el mar y sentir algo trascendental del estilo de "El árbol de la vida", una experiencia más profunda. Y tan sólo sentí esa sensación en la isla de los suricatos. Muy buenas observaciones sobre el film, de todos modos; ahora tengo ganas de verlo de nuevo.
EliminarHe pasado por aquí un ratito (Dani me lo recomendó hace tiempo), buen artículo y buen análisis cinematográfico, quizás convendría tener en cuenta que Life of Pi es un libro antes que una película. El libro se ha puesto en relación con algunas teorías filosóficas y estéticas a lo largo de la historia, y parece que es lo que el autor (el canadiense Yann Martel) intentaba, sin embargo desde este punto de vista la historia es bastante decepcionante, la perspectiva que da de las religiones es pobre y falta de argumentación, está lleno de ideas preconcebidas y falacias... en fin, un superventas para pasar el rato, poca cosa para pensar en ello realmente.
EliminarY ya que hoy me ha dado por escribir, querría comparar La Vida de Pi con Kon-tiki: Em ambas películas vemos tiburones, tiburones ballena, ballenas, peces voladores que se quedan atascados en la barca, el mismo pez verde que Pi consigue pescar, celentéreos (medusas) brillando gracias al plancton… Y tal igualdad de sucesos me hace preguntarme ¿qué historia se escribió antes? La de kon-tiki, ¿verdad?.
ResponderEliminarYo también vi muchas similitudes con "Kon-Tiki". Efectivamente, esta historia es anterior, pues se basa en un documental de 1950 que a su vez mostraba la verdadera experiencia de esos hombres. Ambos guiones se han desarrollado más o menos a la vez, pero mientras que el de "Kon-Tiki" se basa en esa vivencia, "La vida de Pi" parte de la novela homónima de 2001. No obstante, creo que las similitudes se deben sencillamente a que pasando tanto tiempo en el Océano Pacífico, es muy probable encontrarse con tiburones ballenas y probablemente el caso de los peces voladores sea una típica anécdota marina. Las similitudes son grandes, sobre todo en el enfoque (casi documental frente a completamente digital). Aun así es muy curioso que ambos films hayan surgido a la vez.
EliminarBuen repaso a la trayectoria de Lee, muy completo. No he visto todas sus películas, todavía me faltan unas cuantas por ver, pero las que he visto me han gustado bastante y me parecen muy interesantes.
ResponderEliminar¡Saludos!
Creo que La vida de Pi es una película fallida,la forma de establecer la narración en un diálogo aburrido es fatal, Gerard de Pardieu, el caballero de la Legión de Honor, es totalmente desaprovechado, reducido a un cocinero sin más interpretación. Hay momentos absurdos e infantiles; la manera de anclar la lancha a la isla nadie se la cree; salvo la lluvia de peces, las imágenes son réplicas de National Geographic. Un fiasco total, comienza con muchas expectativas porque la imagen de un tigre en una lancha con un chico es subyugante y atractiva, el circo nos atrapa, el zoológico, pero no hay drama, no existe una sola escena que me estremezca... Parece un comercial chafa de la isla de Honolulu.
ResponderEliminarLo que Yann Martel, en la novela, y Ang Lee en la película han querido contar es tan profundo y tan poco digerible para el público medio que se pasa rápidamente sobre ello y nadie parece haber reparado en esa parte. Se trata de la segunda versión que da Pi Pattel después de que la compañía de seguros del barco no crea toda esa historia fantástica de un niño y un tigre solos en el mar durante meses. Es un cuento chino. Quizá puedan coexistir varias religiones en una sola persona pero en este caso tener varias es como no tener ninguna, su padre tenía razón, Pi no tiene religión ni ética ni nada. No quiero destripar nada, así que no sigo. ¿Será posible que en el doblaje se hallan comido las palabras clave? Los subtítulos de la V.O. aparecen blanco sobre blanco y apenas se lee. Se trata de unas pocas palabras, para entender mejor lo que quiero decir habría que leerse la última parte del libro (muy corta pero suficiente). Y, ya puestos, os recomiendo el libro entero, donde la aventura aparece llena de magia, son páginas escalofriantes que merecen la pena más todavía que las imágenes.
ResponderEliminarSi queréis conocer mi versión, pasáos por mi blog, pero aviso que contiene "spoilers".
Perdón "hayan comido" (lapsus)
ResponderEliminarA mi me parece un director intersante y muy bueno técnicamente, pero con una filmografía demasiado irregular.
ResponderEliminarMe quedaría con las estuepndas "Sentido y sensibilidad", "La tormenta de hielo" y "Deseo, peligro", sobre todo, y añadiría "La vida de Pi", "Destino: Woodstock" y "Brokeback mountain" en un nivel inferior.
No me gustaron "Cabalga con el diablo" ni "Tigre y dragón", y me parecieron regulares "Hulk" y "El banquete de boda".
El resto no las he visto.
De todas formas destaco que es un director que se atreve con casi cualquier género y que me suele interesar bastante.
Saludos!.
Gracias por el comentario.
EliminarNo sé si leerás este, pero ¿por qué no te gustó "Tigre y dragón"? La verdad es que es una película difícil, porque, pese a ser un blockbuster, está creada desde la perspectiva oriental, que no siempre es la misma que la nuestra, pero creo que es un logro cinematográfico, pues acercó a occidente un tipo de cine muy distinto.
Y ¿qué es lo regular de "El banquete de boda"? Yo la encuentro muy acertada en su tratamiento del conflicto entre padres e hijos y entre culturas la considero una de las mejores representaciones de la homosexualidad en el cine, gracias a la justa mezcla de humor y seriedad. De "Hulk" y "Cabalgata con el diablo" no digo nada.
Me alegro de que te gusten las demás, de todos modos, y tienes razón en que es un director muy versátil e interesante.
Muy buen artículo Juan, estoy coordinando un club de lectura y nos hemos leído La vida de Pi y he vuelto a ver la adaptación. Me parece tan bueno que voy a pasarle a mis alumnos este post para quien quiera adentrarse a la obra de Ang Lee :D.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Muchísimas gracias! Me alegra mucho que te guste; la verdad es que le dediqué mucho tiempo a este artículo porque no se puede tratar el cine de Ang Lee a la ligera. Un abrazo :)
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