30 noviembre 2014

De ‘Viaje a la luna’ a ‘Interstellar’: el cine y el espacio exterior

Desde que el hombre puso por primera vez el pie en la luna, la fascinación por los misterios del firmamento ha crecido a ritmo exponencial. Así, el universo se ha convertido en una gigantesca incógnita que nos aterra y atrae a partes iguales, y nos insta a hacernos preguntas sobre el mundo que habitamos y la propia vida humana. ¿Por qué estamos aquí?, ¿somos los únicos habitantes del universo?, ¿es real nuestra existencia? Múltiples son las cuestiones e infinitas las respuestas, pero pocas las verdades absolutas. Por eso, el espacio exterior se ha convertido en un tema ideal para el cine, tanto en la vertiente de fantasía y ciencia ficción, como en los dramas más realistas. Y es que, ante la falta de respuestas, la única solución es hacer volar la imaginación. Y para eso no hay mejor medio que el séptimo arte.

Viaje a la luna (George Méliès, 1902)
El aterrizaje del cohete en la luna de Viaje a la luna
es una de las imágenes más icónicas del séptimo arte
De hecho, el propio género fantástico nació gracias al espacio. El pionero George Méliès homenajeado por Martin Scorsese en La invención de Hugo (2011) creó en 1902 una de las obras audiovisuales más míticas de la historia: Viaje a la luna. En ella se narraba la llegada de seis astrónomos al satélite de la Tierra. Innovando con las disoluciones, las superposiciones y, por supuesto, el montaje, el genio francés revolucionó el cine, dominado hasta entonces por el corte realista de los hermanos Lumière. Así, combinando su experiencia teatral con un poco de magia y mucha imaginación, surgió la primera obra maestra del séptimo arte. Por desgracia, los tiempos posteriores a dicha cinta estuvieron marcados por dos guerras mundiales que hicieron desaparecer los sueños de muchos de viajar al espacio. Y es que, mientras familiares, amigos y conocidos caen ante las balas, ¿quién tiene tiempo para preocuparse por el resto del universo? Aún así, hay que destacar a la alemana La mujer en la luna (1929), del gran cineasta vienés Fritz Lang, primer largometraje sobre un viaje espacial que se vio perjudicado por tratarse de una pieza de cine mudo estrenada justo ante la irrupción del sonido.

26 noviembre 2014

'Trash': joyas entre la basura

Hay películas cuyos personajes actúan con perfecta credibilidad. Y otras en las que, sencillamente, parecen saberse el guion y seguirlo ciegamente sin temor a la falta de coherencia. Este vienes se estrena una de las segundas: Trash, ladrones de esperanza, coproducción británico-brasileña ambientada en las favelas de Río de Janeiro. Una cinta que, pese al dramatismo de su historia, no debe tomarse demasiado en serio, sino como un cuento de aventuras destinado al divertimento. De hecho, la elección de Richard Curtis (creador de Love Actually, 2003) como guionista y Stephen Daldry —nominado al Óscar por las notables Billy Elliot (2000), Las horas (2002) y The reader (2008)— como realizador es pista clara de que la obra se acerca más a la oscarizada Slumdog Millionaire (Danny Boyle, 2008) que a la crudísima Ciudad de Dios (Fernando Meirelles, 2002).

Póster anglosajón de Trash, ladrones de esperanza (Stephen Daldry, 2014)
El colorido póster anglosajón de Trash
emula el de Slumdog Millionaire
Basada en la novela de Andy Mulligan de 2010, Trash es un thriller dramático sobre las aventuras de tres niños cuyas vidas parecían destinadas a la basura eterna (al ostracismo eterno). Ellos son Raphael (Rickson Teves), Gardo (Eduardo Luis) y Rato (Gabriel Weinstein), involucrados en la cruda realidad política de Brasil al encontrar una misteriosa cartera que los hace poseedores de una información privilegiada. Ayudados por un cura (adorable Martin Sheen en su madurez) y una trabajadora de una ONG (Rooney Mara en un papel opuesto al de Los hombres que no amaban a las mujeres, thriller de David Fincher que le dio la fama en 2011), los tres se enfrentan a una sociedad que se les hace grande, dominada por la corrupción de todas sus esferas. Aún así, no pierden nunca la esperanza, tema clave de la cinta, que también nos enseña que el miedo no debe ser jamás una barrera a la hora de hacer lo correcto. El reparto se completa con los brasileños Wagner Moura, como el bondadoso José Ángelo, y Selton Mello, como el malvado jefe policial; como curiosidad, los carteles brasileños enfatizan la presencia de éstos, mientras que los pósters anglosajones se centran en Sheen y Mara (pese a que el noventa por ciento de los planos pertenece a los niños). 

22 noviembre 2014

Mike Nichols: eterno graduado de cine, teatro, música y televisión

El pasado 19 de noviembre un ataque al corazón puso fin a la vida de uno de los mejores directores de la historia del cine, creador de joyas como ¿Quién teme a Virginia Wolf?, El graduado, Armas de mujer o Closer al que espero permitiros conocer mejor con este tributo, que, por supuesto, empezará por el principio: Mike Nichols nació en Berlín (Alemania) el 6 de noviembre de 1931 bajo el nombre de Mikhail Pavlovich Peschkowsky en una familia de ascendencia judía. En abril de 1939, su hermano pequeño y él fueron enviados a los Estados Unidos al encuentro de su padre, que había huido del país unos meses antes (su madre se uniría a ellos un año después, tras escapar por Italia). Toda la familia se cambió el nombre y se mudó a Nueva York, donde Nichols vivió una infancia difícil a raíz de la calvicie derivada de la tos ferina, que le obligaría a llevar pelucas toda su vida.

Mike Nichols dirige a Dustin Hoffman en El graduado (1967)
Mike Nichols dirige al debutante Dustin Hoffman
en su obra maestra: El graduado
Nacionalizado estadounidense, el joven estudió en la Universidad de Chicago, donde su vida empezó a florecer. Sin embargo, comenzó a faltar a clase para formar parte de actividades teatrales y terminó dejando la carrera de medicina para entrar en el Actors Studio. Fue así cómo conoció a la ensayista Susan Sontag, una de sus mejores amigas, así como a Elaine May, con quien formó un dúo cómico que le abrió las puertas de Broadway y granjeó a ambos el Grammy a mejor álbum cómico (An Evening with Mike Nichols and Elaine May). Se inició entonces en la dirección teatral, probando desde el principio una gran habilidad para extraer lo mejor de sus intérpretes, sin duda ayudado por su experiencia como actor y su conocimiento del Método de Lee Strasberg. En 1963 fue elegido para dirigir Descalzos en el parque, que le sirvió para confirmar que la dirección era su camino: “el primer día de rodaje, pensé ‘esto es lo que estoy destinado a hacer’. Supe instantáneamente que estaba en casa”. La exitosa producción teatral le granjearía el primero de nueve premios Tony y le abriría las puertas de obras como La extraña pareja (1965) y Plaza Suite (1968); y, por supuesto, de Hollywood.

17 noviembre 2014

21 películas que conocemos por el título original

El mundo es cada vez más global y los idiomas que conforman la Torre de Babel cada vez están más interrelacionados. En España, no sólo doblamos las películas, sino también sus títulos. Algunas traducciones resultan tan horribles que fueron incluidas en mi top 25 de ‘Peores traducciones de títulos de películas al castellano’, pero otras son sencillamente olvidadas en detrimento de los títulos originales. Este artículo contiene veintiuna películas (todas ellas recomendables, por cierto, porque ¿para qué dedicar tiempo a malas obras?) que conocemos por su título original pese a contar con un título en castellano. Antes de leer… ¿se os ocurre alguna?:

Parque Jurásico (Jurassic Park, de Steven Spielberg, 1993)
Jurassic Park es una de las películas
más taquilleras de la historia
Amor (Amour, de Michael Haneke, 2012). Aunque sólo una letra distingue al título original del traducido, todo el mundo la conserva para referirse a este potente drama sobre la vejez, la enfermedad y la vida en pareja.

Brillantina (Grease, de Randal Kleiser, 1978). Sí, aunque no lo creáis, este mítico musical cuenta con título en castellano. Sin embargo, es un título tan rematadamente idiota, que lo mejor es quedarse con la versión original, ¿no creéis?

El amor está en el aire (Strictly ballroom, de Baz Luhrmann, 1992). El éxito de Moulin Rouge llevó a todo el mundo a revisar la filmografía de su director en busca de más musicales. Fue así como la mayoría descubrió esta pequeña joya de baile cuyo título original recordaba mucho más al del popular musical de 2001 (dos palabras en lengua extranjera, en ambos casos).

10 noviembre 2014

LesGaiCineMad: buen cine lésbico, gay y transexual en la 19ª edición

El LesGaiCineMad es un festival hecho por y para la comunidad LGTB, que puede así disfrutar de obras audiovisuales que, por desgracia, no suelen llegar a la cartelera pese a reflejar una realidad tan importante como es la lucha por la propia identidad. Se trata también de una ocasión única para que los espectadores de cualquier identidad de género aprendan a ver la vida a través de los ojos de personas diferentes… y aprender a verlas como iguales. La 19ª edición de este certamen, uno de los más importantes del mundo sobre temática LGTB, ha sido rescatada por los colaboradores —desde los organizadores del evento hasta los contribuidores económicos, pasando por los voluntarios entre los que yo me encontraba—, ya que la crisis ha diezmado a los patrocinadores.

Reaching for the Moon (Flores raras) (Bruno Barreto, 2014)
Miranda Otto obtiene el protagonismo que
merece en la poética Reaching for the moon
De no celebrarse, habríamos perdido una de las ediciones más especiales que se recuerdan, con películas tan destacables como Anita’s Last Cha Cha, Girltrash: all night long, Helicopter Mom o Test. En una edición menos reñida, todas ellas habrían tenido posibilidades de cara al palmarés, finalmente dominado por tres notables títulos. Así, la nostálgica Tiger Orange, se ha alzado con los premios a Mejor Película y Mejor Actor para la estrella del porno Frankie Valenti —menciones excesivas pero no desacertadas—, mientras que la australiana 52 Tuesdays, ganadora del premio a Mejor Dirección (World Cinema) en Sundance, ha triunfado en las categorías de Dirección y Guion (ambas para la debutante Sophie Hyde, quien comparte el segundo premio con Matthew Cormack); por último, la brasileña Reaching for the moon se ha llevado el Premio del Público y el de Mejor Actriz (ex-aequo para Gloria Pires, Tracy Middenforf y Miranda Otto, quien debería haberse llevado el galardón en solitario). Cada una de las triunfadoras refleja una identidad distinta: homosexualidad masculina, transexualidad masculina y homosexualidad femenina, respectivamente. Quizá con intención de redondear el palmarés, una pequeña película italiana sobre transexualidad femenina ha recibido una inesperada Mención Especial: Più buio de mezzanotte. A continuación, dedicaré unas palabras a éstos y el resto de largometrajes de ficción presentados en el festival, ordenados del más flojo al más destacable.

02 noviembre 2014

'Relatos salvajes': la película perfecta para tiempos de crisis

“La difusa frontera que separa la civilización de la barbarie, el vértigo de perder los estribos y el innegable placer de perder el control” es, en palabras de su guionista y director, Daniel Szifron, la base de Relatos salvajes, película que, no sólo se ha convertida en la más taquillera de Argentina en 2014 (con más de 3 millones de espectadores), sino también en la más vista internacionalmente de la historia del país (y eso que sigue en cartelera). Además, ha sido una de las más vistas durante la pasada Fiesta del Cine.

Imagen promocional de Relatos salvajes
Imagen promocional de Relatos salvajes
Siguiendo con las declaraciones del director, la cinta consta de seis historias autoconclusivas sobre “situaciones conflictivas de la cotidianeidad (…) que como ciudadanos comunes reprimimos tras medir el costo-beneficio de una acción, optando por ser menos impulsivos y no responder a las agresiones externas”. La combinación de violencia exagerada y humor negro da lugar a múltiples momentos memorables sobre personajes obligados a traspasar sus propios límites por motivos tan comunes como multas injustas, peleas de carretera y bodas estropeadas por las mentiras. La popularidad de cintas como Oldboy (Park Chan-wook, 2003) y Malditos bastardos (Quentin Tarantino, 2009) puso de manifiesto el atractivo que la venganza despierta entre los espectadores, pero la clave de Relatos salvajes radica en su capacidad de transformar esos impulsos en momentos desternillantes, pudiendo así llegar a un tipo de público mucho más amplio.
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