Sólo Baz Luhrmann podría coger la novela clave de la
decadencia del “sueño americano” y convertirla en un espectacular romance en
3D. Por supuesto, hablo de El Gran Gatsby
(2013), una de las películas más sonadas del año, la cual no ha dejado a nadie
indiferente. Y es que el director de éxitos como El amor está en el aire (1992) y Moulin Rouge (2001) se ha forjado un estilo cinematográfico tan
único que es difícil de ignorar. Con sólo cinco títulos, Luhrmann se ha
convertido en uno de los directores más inconfundibles del panorama
cinematográfico actual. Aprovechando que nos encontramos en uno de los raros
años en que estrena obra, hoy he decidido sumergirme en la trayectoria de este
extravagante director.
Luhrmann dirige a Leonardo DiCaprio y Carey Mulligan en su peculiar versión de El Gran Gatsby |
Luhrmann nació en el estado de Nueva Gales del Sur
(Australia) el 17 de septiembre de 1962 y asistió al St. Joseph´s Hasting
Regional School, al Port Macquarie y al Sydney Grammar School. Aunque su nombre
de nacimiento es Mark Anthony, pronto adoptó el apodo de “Baz” a raíz de su
parecido con Basil Brush, un zorrillo alocado protagonista de “El show de Basil
Brush”. Los empleos de sus progenitores fueron clave en su vocación, ya que su
madre era maestra de baile y su padre un granjero que, además de trabajar en
una gasolinera, poseía un cine.
El futuro cineasta empezó probando suerte en el campo de la
interpretación y entró en el National Institute of Dramatic Art (NIDA) de
Sídney en 1983, tras haber sido rechazado tres años antes. Se graduó en
1985 junto a Sonia Todd, Justin Monjo y Catherine McClements, futuros actores
de reparto de la cinematografía australiana.
Luhrmann rodeado de los bailarines de la versión teatral de Strictly Ballroom, éxito australiano |
Trabajó entonces Luhrmann en el teatro, en la obra musical Strictly Ballroom que él y sus
compañeros del NIDA habían desarrollado durante sus estudios a partir de sus
propias vivencias. La trama de la misma se centraba en una pareja de
bailarines, profesional él y primeriza ella, pero ambos muy talentosos. El
éxito fue tal, que Luhrmann fue contratado para dirigir una producción
expandida de la misma para el Czechoslovakian Youth Drama Festival en 1986.
Para ello, él extendió el guión junto a su amigo Craig Pearce, quien ha
co-escrito junto a él cuatro de sus cinco películas (la excepción es Australia, 2008). Tras triunfar en el
festival, donde la obra obtuvo los premios a mejor dirección y mejor
producción, Luhrmann siguió trabajando en el teatro.
En 1988, como parte de las celebraciones del bicentenario
australiano, la Sydney Theatre Company le instó a crear el teatro experimental
Six Years Old en el Teatro Wharf. La nueva compañía incluyó, además de a
Luhrmann y su amigo Pearce, a la actriz Catherine McClements, la diseñadora de
producción Catherine Martin y el diseñador de vestuario Angus Strathie. Todos
ellos trabajaron en varias reposiciones de Strictly
Ballroom y una de éstas llamó la atención del influyente productor musical
Ted Albert, quien quedó apasionado por la energía, el color y la musicalidad de
la obra. Decidió entonces Albert fundar la productora cinematográfica M&A
Productions e instar a Luhrmann a trasladar su obra al cine. La participación
del guionista Andre Bovell (escritor de Lantana,
de Ray Lawrence, 2001) llevó la historia a un terreno más serio, pero Luhrmann
se resistió a tal naturalismo y, junto a su amigo Criag Pearce, elaboró un
guión fiel al original.
El amor está en el aire lanzó a Luhrmann a la fama |
El presupuesto original de 5 millones de dólares hubo de ser
reducido a 3,3 millones por carecerse de rostros conocidos entre el reparto (los
protagonistas eran los bailarines Paul Mercurio y Tara Morice), ya que la exigencia
de cambiar a Luhrmann por un director más experimentado no fue bien recibida.
Un ataque al corazón puso fin a la vida de Ted Albert (a quien sería dedicado
el film), pero la viuda de éste se hizo cargo de la producción. No obstante, la
tragedia no abandonó a la película y la actriz Pat Thompson (madre del
protagonista) murió de cáncer dos meses después de que ésta fuera estrenada en
Cannes en la sección “Un Certain Regard”, donde fue premiada con el Premio de
la Juventud después de que el equipo recibiera una ovación de quince minutos.
Sólo así surgieron los distribuidores, ya que hasta entonces nadie había
apostado por el film (Luhrmann incluso recuerda a un exhibidor que abandonó la
película a la mitad afirmando que el director novel no volvería a trabajar).
Strictly Ballroom, traducida como El amor está en el aire (1992),
se convirtió en uno de los mayores éxitos de la historia de Australia, donde
fue premiada con ocho premios del Australian Film Institute, incluidos los de
mejor película, dirección, guión (Luhrmann y Pearce) y diseño de producción
para la futura esposa del cineasta Catherine Martin. Ésta última también
obtendría uno de los tres premios BAFTA del film (los otros dos fueron en las
categorías de banda sonora y vestuario) y, aunque los Oscars ignoraron la
producción, los Globos de Oro la nominaron en la categoría de mejor
comedia/musical del año.
Baz Luhrmann es un auténtico auteur de éxitos de taquilla |
La entretenida película es una perfecta ópera prima y su
ritmo trepidante, sus colores extravagantes, su inclusión de temas pop
conocidos y la pasión de sus interpretaciones establecieron las bases del
estilo de Luhrmann. Su canción final, “Love is in the air”, remake del hit de
John Paul Young, alcanzó un gran éxito y sentó la tradición de añadir canciones
a todos los films de Luhrmann. El recuerdo de la obra perdura, ya que en mayo
de 2011 se anunció una nueva adaptación musical de la misma prevista para
principios de 2014.
A continuación, Luhrmann se tomó un tiempo para pensar en su
segunda obra. Fue la duda de cómo sería una película creada por William
Shakespeare lo que lo llevó a embarcarse en la creación de una Romeo y Julieta moderna. El cineasta
consiguió que la 20th Century Fox financiara algunas tomas y el propio Leonardo
DiCaprio pagó de su bolsillo su billete de avión a Sídney para participar en
ellas. Tras ver las escenas filmadas, la Fox aceptó producir el proyecto, que
sería pre-producido entre Canadá y Australia y rodado entre Miami, Ciudad de
México y Veracruz.
El agua juega un importante papel en muchos de los planos del Romeo y Julieta de Luhrmann |
Romeo + Julieta de William Shakespeare fue estrenada en 1996 y la química entre
sus jóvenes protagonistas –DiCaprio fue acompañado de Claire Danes, ahora
famosa por protagonizar la excelente serie Homeland
(2011)– le dio un gran éxito entre el público joven. Aunque no todos los
críticos apreciaron la combinación del lenguaje de Shakespeare (que apenas fue
modificado) con los colores extravagantes y el ritmo vibrante de Luhrmann, que
resultaba algo mareante, nadie pudo negar la innovación de la obra. El Festival
de Berlín fue el más entusiasta al respecto, al premiar a la cinta con el
Premio Alfred Bauer y a DiCaprio con el Oso de Plata a mejor actor. Aunque los
Oscars tan sólo la nominaron en la categoría de dirección artística (de nuevo
para Catherine Martin, con quien Luhrmann se casaría al año siguiente), los
BAFTA volvieron a volcarse con Luhrmann y, pese a la extraña omisión en la
categoría de mejor película, granjearon a ésta con siete nominaciones y cuatro
premios: guión adaptado (Luhrmann y Pearce), banda sonora, diseño de producción
y dirección (estos tres últimos por encima de James Cameron y su Titanic).
Valorado en 1 millón de dólares, el collar de diamantes que Kidman luce en Moulin Rouge es la joya más cara confeccionada para un film |
Tras completar su segundo film con éxito, Luhrmann empezó a
trabajar en una idea que rondaba su cabeza desde su viaje a la India, donde
disfrutar de una producción musical de Bollywood le llevó a considerar la idea
de reinsertar el género musical en occidente. Con un presupuesto de 52,5
millones de dólares y el protagonismo de Ewan McGregor (en lugar de opciones
como Heath Ledger y Hugh Jackman) y Nicole Kidman (elegida por encima de
Catherine Zeta-Jones y Renée Zellweger, quienes protagonizarían Chicago, de Rob Marshall, al año
siguiente), dio comienzo el rodaje de Moulin Rouge (2001) que transcurrió
sin problemas con la excepción de la fractura de costillas sufrida por Kidman
durante una de las escenas de baile y el hecho de que debían trabajar
contra-reloj para dejar libre el estudio de la Fox en Sidney para El ataque de los clones (George Lucas,
2002), lo que llevó a Luhrmann a rodar algunas escenas en Madrid.
La idea de Luhrmann era captar la emoción que la audiencia
del famoso cabaret francés “Moulin Rouge” experimentó en 1899 y encontrar un
modo de transmitírsela al público actual. De nuevo, la estrategia de Luhrmann
consistía en transmitir emociones muy reales huyendo del realismo. Un
maravilloso trabajo de diseño de producción y fotografía dio lugar a una
moderna estética de contraposición entre el frío azul (apacible McGregor) y el
pasional rojo (salvaje Kidman) sólo superada en grandiosidad por la banda
sonora, que combinaba pop-rock moderno con música cabaretera clásica. Con la
excepción del tema “Come what may” (que se quedó sin Oscar por haber sido
originariamente compuesto para Romeo+Julieta),
todas las canciones eran conocidas, aunque grandes muestras de creatividad
fueron mostradas en el “Elephant Love Medley”, una magnífica mezcla de algunos
de los temas más míticos de la historia. Los propios Kidman y McGregor mostraron grandes dotes
interpretativas al cantar todas las canciones, a destacar el “Diamonds are a girl´s best friend” de ella y el “Your song” de él. El film fue dedicado al padre de
Luhrmann, quien falleció el primer día de rodaje, y cerró la denominada
“Trilogía de la Cortina Roja” (denominada así por el propio Luhrmann por
tratarse de tres tragicomedias de estilo similar en las que el espectador es
activo y siempre consciente de encontrarse ante una obra audiovisual).
Moulin Rouge marcó el renacer del género musical |
La película constituyó uno de los romances más bellos de la
historia del cine y marcó el comienzo de una nueva era del musical, marcada por
el ritmo vibrante y la estética extravagante de este film pionero. Aunque
fueron (y siguen siendo) muchos los que critican la estética de videoclip del
film derivada del ágil montaje, lo cierto es que Luhrmann dio en el clavo a la
hora de renovar el género (algo afirmado por el propio Robert Wise, director de
West Side Story, 1961, y Sonrisas y lágrimas, 1965) y nos regaló
una obra que aún no ha sido superada (ni siquiera por Chicago, que al año siguiente se llevó todos los Oscars que Moulin Rouge habría merecido). Así, la
película obtuvo 8 nominaciones de la Academia, pero Luhrmann, máximo artífice
de la misma, fue olvidado en una de las injusticias más grandes de la historia
de estos premios. En compensación, su mujer fue doblemente premiada al
participar, tanto en la dirección artística, como en el vestuario
(curiosamente, los mismos premios que recibió el Moulin Rouge de John Huston en 1952), obteniendo los dos únicos Oscars
de la cinta por encima de El Señor de los
Anillos. La comunidad del anillo, de Peter Jackson (algo que, por cierto,
tampoco es justo… ¡Qué poco acertada estuvo la Academia aquel año!).
El spot publicitario que Luhrmann creó para el perfume Chanel Nº5 posee el estilo y la magia de Moulin Rouge |
El visionario Luhrmann tan sólo fue premiado como mejor
director por los Critic´s Choice Awards, pero fue nominado por los BAFTA (que
premiaron al film en las categorías de música, sonido y actor secundario para
Jim Broadbent, quien bordó al estridente dirigente del cabaret) y los Globos de
Oro (donde la película se alzó con los premios a mejor música y mejor película
y actriz en la categoría de comedia/musical). Además, la película fue declarada
como la mejor del año por la Producer´s Guild of America y la National Board of
Review. Donde algunos vieron un auténtico mareo, otros hallaron una absoluta
obra maestra; personalmente, considero Moulin
Rouge como un título clave del cine contemporáneo, así como la obra cumbre
de este fascinante cineasta.
Luhrmann y Kidman, grandes amigos, unieron fuerzas de
nuevo para el mítico anuncio publicitario de Chanel Nº5, el más caro de la
historia, que protagonizó las Navidades del 2004. Mientras tanto, se embarcaron
en otra superproducción cinematográfica: Australia (2008). En realidad
Luhrmann había estado un tiempo preparando una película sobre Alejandro Magno
que sería escrita por David Hare (guionista de Las horas, de Stephen Daldry, 2002) y protagonizada por Kidman y
DiCaprio, pero el estreno de Alejandro
Magno (Oliver Stone, 2004) le llevó a abandonar el proyecto. Una pena que
un film tan mediocre sea el motivo de que Luhrmann estuviera siete años sin
estrenar película.
Hugh Jackman y Nicole Kidman protagonizan un emocionante romance en Australia |
Tras un extenso proceso de documentación sobre la
historia de su país, Luhrmann decidió ambientar Australia en 1939 para explorar las relaciones entre Australia,
Inglaterra y la población indígena. En aquellos años tuvo lugar la Generación
Robada: cientos de niños aborígenes fueron extraídos de sus familias y
reinsertados en la sociedad blanca. Sumado esto a la emocionante historia de
amor entre una aristócrata frívola (Kidman en los inicios de su “etapa bótox”)
y un ganadero tosco (un varonil Hugh
Jackman que sustituyó a Russell Crowe por los conflictos de disponibilidad de
éste) que deben poner fin a sus diferencias para cuidar de un huérfano mestizo
(Brandon Walters, seleccionado entre decenas de niños).
El rodaje estuvo marcado por las altas temperaturas –que
incluso llevaron a una embarazada Kidman a desmayarse–, una terrible fiebre
equina que afectó a los 1500 caballos que participaron en el proyecto y una
sorprendente tormenta torrencial que destruyó varios decorados, pero Luhrmann
consiguió terminar a tiempo. La vida del propio Jackman corrió peligro a causa
de un escorpión venenoso, pero Kidman salvo al actor… y al arácnido, ya que se
negó a matarlo. También el estreno estuvo marcado por el desastre, ya que un
falso artículo del Daily Telegraph informó de que Luhrmann había cedido ante
las presiones de los productores y cambiado el final de la obra ante su
“desastroso recibimiento”.
Australia hace honor a su nombre con hermosos planos de los parajes naturales australianos |
Pese a la atractiva campaña publicitaria, Australia no obtuvo los ingresos
esperados en EE.UU., pero la taquilla internacional le permitió recuperar su
presupuesto de 130 millones de dólares e incluso obtener beneficios. Aunque la
película resultaba entretenida y contaba con imágenes impresionantes de los
parajes australianos, su interminable duración (cuando parece que la historia
ha llegado a su fin, empieza otra nueva) y su aparatoso sentimentalismo
granjearon a Luhrmann las peores críticas de su carrera. Sólo se salvó el
vestuario, por el que Catherine Martin obtuvo la única nominación a los Oscars
de la cinta como reconocimiento a su exhaustivo trabajo de investigación y
confección, así como la emotiva canción final, “By the Boab Tree”, nominada al
Satellite Award.
Y así es como llegamos a El gran Gatsby (2013), la última película de Luhrmann hasta la
fecha y una de las más sonadas del año. Se trata de una nueva adaptación de la
brillante novela de F. Scott Fitzgerald, la cual tan sólo ha dado lugar a obras
audiovisuales mediocres (incluida la protagonizada por Robert Redford y
dirigida por Jack Clayton en 1974). Una vez más, Luhrmann ha hecho honor a sus
excesos, comenzando por la idea de rodar el film en 3D, pero esta vez gran
parte de la crítica ha reaccionado con rechazo. Y es que los clásicos literarios
deben tratarse con cuidado.
El bello póster de El gran Gatsby transmite la lejana cercanía entre sus protagonistas |
Así, Luhrmann se ha centrado en el romance trágico entre
Gatsby (un experimentado Leonardo DiCaprio, quince años después de Romeo+Julieta) y Daisy (maravillosa
Carey Mulligan en un papel por el que hicieron audiciones Keira Knightley,
Amanda Seyfried, Michelle Williams y Scarlett Johansson) y ha dejado de lado
otros asuntos más sutiles de la trama. Si bien la profundidad de la novela
original se pierde, la belleza con que Luhrmann y sus intérpretes han creado esta
historia de amor convierte a ésta en la mejor adaptación del clásico de
Fitzgerald hasta el momento. Además, el director australiano tiene excusa para
su alarde de espectacularidad: “La novela no estaba ambientada en un periodo
llamado `los mínimos años 20´, sino en los `rugientes años 20´. Por tanto,
tenía que rugir”, afirma Luhrmann citando la descripción del libro.
Lo cierto es que gracias a un inmejorable uso del croma, el film es
impresionante a nivel visual. La fotografía, la dirección artística y el vestuario recuerdan a
Anna Karenina (Joe Wright, 2012) por
el maravillosos modo en que se combinan para contar la historia y sin duda
recibirán reconocimiento en la próxima temporada de premios pese a que los
historiadores han afirmado que la verosimilitud histórica es escasa. Por lo
demás, pese a tratarse del mayor éxito comercial de la carrera de Luhrmann, se
esperan pocos Oscars, al margen del casi asegurado galardón a mejor canción
original para la maravillosa “Young and beautiful” de Lana del Rey, que capta
el espíritu de la novela mejor que el propio film: la hipocresía de la sociedad
burguesa, la fugacidad de la vida y la importancia de disfrutar de la juventud.
Luhrmann cuida hasta el mínimo detalle de cada uno de sus films y pone su inconfundible sello en todos ellos |
De todos modos, en defensa del film y del resto de
adaptaciones de esta novela, hay que mencionar la dificultad de adaptarla al estar narrada por un personaje que, si
bien es testigo de la acción, no es partícipe de ella. No
obstante, la elección de Tobey Maguire para este
importante papel fue sin duda desafortunada. Quizá su interpretación forme parte del 40% restante cuando
Luhrmann afirma: “Cada uno de mis films es un 60% de lo que imaginaba que
sería”.
Pese a que algunos críticos han caracterizado el cine de
Luhrmann como “demasiado gay”, él ha roto con los tópicos al ser un hombre
heterosexual felizmente casado y con dos hijos. Los films de Luhrmann levantan
odios y pasiones a partes iguales, pero no suelen dejar indiferente a nadie. Un
ritmo vibrante, colores chillones, montaje acelerado, interpretaciones llenas de
pasión y espléndidos decorados han convertido cada una de sus cinco cuidadas
obras en piezas únicas de la cinematografía moderna. Pero, más allá del estilo
extravagante, hay un tema común al cine de Luhrmann: la interminable batalla
entre los mandamientos de la mente y los impulsos del corazón. El amor no
siempre triunfa, pero eso es lo que lo vuelve tan hermoso.
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
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Me encantan Romeo y Julieta y Moulin Rouge por su estética, su ritmo y su música. El color y el montaje tan característico hacen que sean obras únicas.
ResponderEliminarSin duda. Está claro que no son películas para cualquiera, pero su originalidad es innegable. Pocos directores tienen un sello tan marcado como Luhrmann.
EliminarLo que una aprende leyendo este blog... quiero ver El gran Gatsby!
ResponderEliminarMe alegro! :) A ver qué te parece "El gran Gatsby", porque está siendo amada y odiada a partes iguales (como todos los films de Luhrmann, en realidad)
EliminarNo es que me disguste el cine de Luhrman pero no creo que le acabe de pillar el punto, a excepción de Moulin Rouge, en el que creo que todos esos alardes desmesurados, camaras locas, colores llamativos y canciones que no pegan con la acción estarían más "justificados" que en el resto de sus films, y que carajo, no me gusta el musical y me parece un gran film y siempre lo he defendido. En cuanto al resto de sus films, puedo aprobarlos (hace poco hice la critica de romeo y de gatsby), puede que me gusten más o menos, pero no me acaba de cuajar, es un tipo excesivamente arriesgado, lo cual para mi le da mucho merito como cineasta, sobre todo cuando es un director que juega en primera división. En cuanto a lo de que se le tache de que haga un cine gay, pues la verdad es que la verdad por lo menos bajo mi punto de vista tiene algo de cierto, aunque esa no sea su intención en absoluto y aunque se entré en cierto tipo de tópicos homosexuales, pero la verdad es tan kitsch como lo pudiera ser una mezcla entre lo extravagante de John Waters y lo épico de Cecil B.Demille
ResponderEliminarGracias por el comentario. Yo aprecio el estilo de Luhrmann, pero creo que "Moulin Rouge" es su única obra redonda y donde sus extravagancias kitch quedan mejor.
EliminarAún no he visto "El Gran Gatsby", pero siento curiosidad por ver la interpretación de Carey Mulligan, ¡se impuso ante rivales de gran talento!
ResponderEliminarPor lo demás, he de confesar que me gustan las películas de Luhrmann, ¿alguna idea cuales pueden ser sus próximos proyectos?
Desde luego Carey Mulligan despuntó al imponerse a actrices de mayor renombre y fama, pero debo admitir que la dirección de casting, si bien cometió un gran error con Tobey Maguire, acertó de pleno con Mulligan, quien está radiante (como siempre, en realidad... ¡esta actriz pide el Oscar!).
EliminarConsiderando el tiempo que suele transcurrir entre las obras de Luhrmann, me temo que tendremos que esperar para saber cuál será su próximo proyecto... Por ahora, él ha comentado que quizá ambiente su próximo film entre EE.UU. y China, lo que parece perfecto para una nueva obra de despampanantes decorados y vestuario, ¡pero no hay nada seguro!
Para mí, 'Romeo y Julieta' sigue siendo su mejor película. Las que vinieron después son técnicamente superiores, pero en ninguna se ha vuelto a repetir esa gran química entre la pareja protagonista.
ResponderEliminar¡Gracias por el comentario! Sin duda DiCaprio y Danes forman una pareja maravillosa, aunque los mejores Romeo y Julieta serán siempre (en mi opinión) los de la versión de Franco Zeffirelli de 1968. De todos modos, creo que el romántico de Luhrmann siempre consigue gran química en sus parejas (Mercurio y Morice; Kidman y McGregor...).
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