22 noviembre 2014

Mike Nichols: eterno graduado de cine, teatro, música y televisión

El pasado 19 de noviembre un ataque al corazón puso fin a la vida de uno de los mejores directores de la historia del cine, creador de joyas como ¿Quién teme a Virginia Wolf?, El graduado, Armas de mujer o Closer al que espero permitiros conocer mejor con este tributo, que, por supuesto, empezará por el principio: Mike Nichols nació en Berlín (Alemania) el 6 de noviembre de 1931 bajo el nombre de Mikhail Pavlovich Peschkowsky en una familia de ascendencia judía. En abril de 1939, su hermano pequeño y él fueron enviados a los Estados Unidos al encuentro de su padre, que había huido del país unos meses antes (su madre se uniría a ellos un año después, tras escapar por Italia). Toda la familia se cambió el nombre y se mudó a Nueva York, donde Nichols vivió una infancia difícil a raíz de la calvicie derivada de la tos ferina, que le obligaría a llevar pelucas toda su vida.

Mike Nichols dirige a Dustin Hoffman en El graduado (1967)
Mike Nichols dirige al debutante Dustin Hoffman
en su obra maestra: El graduado
Nacionalizado estadounidense, el joven estudió en la Universidad de Chicago, donde su vida empezó a florecer. Sin embargo, comenzó a faltar a clase para formar parte de actividades teatrales y terminó dejando la carrera de medicina para entrar en el Actors Studio. Fue así cómo conoció a la ensayista Susan Sontag, una de sus mejores amigas, así como a Elaine May, con quien formó un dúo cómico que le abrió las puertas de Broadway y granjeó a ambos el Grammy a mejor álbum cómico (An Evening with Mike Nichols and Elaine May). Se inició entonces en la dirección teatral, probando desde el principio una gran habilidad para extraer lo mejor de sus intérpretes, sin duda ayudado por su experiencia como actor y su conocimiento del Método de Lee Strasberg. En 1963 fue elegido para dirigir Descalzos en el parque, que le sirvió para confirmar que la dirección era su camino: “el primer día de rodaje, pensé ‘esto es lo que estoy destinado a hacer’. Supe instantáneamente que estaba en casa”. La exitosa producción teatral le granjearía el primero de nueve premios Tony y le abriría las puertas de obras como La extraña pareja (1965) y Plaza Suite (1968); y, por supuesto, de Hollywood.

Elizabeth Taylor y Richard Burton en ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966)
El duelo interpretativo entre Taylor y Burton en
¿Quien teme a Virginia Wolf? es ya mítico
Pese a carecer de experiencia cinematográfica alguna, la Warner Brothers le encargó la dirección de ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966), adaptación de la obra de Edward Albee. Esto explica la extrema teatralidad de la cinta, pero Nichols realizó uno de los debuts más impresionantes de la historia del cine, obteniendo excelentes trabajos de todo su equipo. De hecho, se trata de la única película de la historia nominada al Óscar en todas las categorías posibles: trece, incluyendo, a los cuatro únicos miembros de su reparto: Elizabeth Taylor, Richard Burton, Sandy Dennis y George Segal. Aunque todos realizaron interpretaciones impecables (probablemente, las mejores de sus carreras), al final, sólo ellas obtuvieron la estatuilla, ganando la obra otras tres en las categorías de vestuario, dirección artística y fotografía (en la sección de blanco y negro). También premiada con el BAFTA a mejor película, esta impresionante ópera prima fue muy aclamada por la crítica, que alabó su modernidad y su retrato del lado más sombrío de la vida en pareja, entre la pasión y el aburrimiento, el amor y el odio. Con ella, Hollywood dio comienzo a una etapa más seria y oscura.

Mike Nichols recibe el Óscar a mejor director de manos de Leslie Caron
Mike Nichols recibe el Óscar de manos
de Leslia Carlon por El graduado 
No obstante, el realizador se superó a sí mismo con su segunda obra: la mítica El graduado (1967), nostálgico retrato del vacío sentido por un joven (debutante Dustin Hoffman) nada más terminar sus estudios universitarios. Cansado de la hipocresía que lo rodea, inicia una perturbada relación con una mujer madura (Anne Bancroft), a la vez que empieza a conocer a su dulce hija (Katharine Ross), sin duda más apropiada para él pero mucho menos intrigante. Hay en esta extraordinaria cinta, una de las más exitosas de la historia, una perenne esencia de nostalgia, engrandecida por las canciones de Simon & Garfunkel: “The Sound of Silence”  y “Mrs. Robinson” (compuesta expresamente para ella e incomprensiblemente no nominada por la Academia). Pese a su aparente castidad, la película es un icono de la llegada del sexo al cine comercial y dio a Nichols un segundo BAFTA consecutivo a mejor película, así como 5 Globos de Oro y el merecidísimo Óscar a mejor dirección en un año tremendamente competitivo. Deliciosamente entretenida y cargada de profundidad dramática, se trata de una de las obras más especiales del séptimo arte.

Jack Nicholson y Ann Margret en Conocimiento carnal (1971)
Conocimiento carnal traspasó la casta sexualidad
de El graduado cuatro años después
Por desgracia, la etapa más prolífica del cineasta terminó con la misma rapidez con que había empezado. La cinta bélica Trampa 22 (1970) y el drama universitario Conocimiento carnal (1971) —fruto de gran controversia por banalizar las relaciones sexuales, con un joven Jack Nicholson a la cabeza pero Ann-Margret robando los planos— fueron mejor recibidas que El día del delfín (1973) y Dos pillos y una herencia (1974), pero ninguna estuvo a la altura de las primeras obras del realizador. De hecho, los mejores trabajos de éste durante la década tuvieron lugar en el teatro, con éxitos como el musical Annie y The Gin Game, ambas de 1977.

Meryl Streep en Silkwood (1983)
Silkwood obtuvo 5 nominaciones al Óscar,
incluyendo el de mejor actriz para Meryl Streep
Los ochenta lo atrajeron de nuevo al séptimo arte gracias a la gran Meryl Streep, que encarnó a la trabajadora sindicalista de la dura denuncia social Silkwood (1983) junto a una sorprendente Cher y a la escritora que antepone el trabajo a su relación con Jack Nicholson en Se acabó el pastel (1986), agridulce retrato del matrimonio escrito por Nora Ephron a partir de su autobiografía que dio a Nichols su tercera nominación al Óscar. Es este un buen momento para mencionar que Nichols siempre dirigió guiones ajenos, lo que explica que no suela ser considerado como autor pese a su prestigio como cineasta. Tras la simpática aventura juvenil Desventuras de un recluta inocente (1987), protagonizada por el popular Matthew Broderick, Nichols triunfó con Armas de mujer (1988), donde una fantástica Melanie Griffith trata de lograr un ascenso laboral en un mundo de hombres (concretamente, Harrison Ford). Sigourney Weaver y ella fueron merecidamente premiadas en los Globos de Oro, que también galardonaron al  film como mejor comedia del año. Además, la famosa canción “Let the river run” ganó el Óscar a mejor canción (siendo Nichols nominado por cuarta y última vez). Incisiva reflexión sobre el trabajo y el éxito convertida en una de las cintas más populares del cineasta. Por desgracia, fueron tiempos personales difíciles para él, quien incluso afirmó haber intentado suicidarse tras probar una droga Halcion.

Nathan Lane y Robin Williams en Una jaula de grillos (1996)
La extravagantemente colorida Una jaula de grillos sacó
el lado femenino de 
Nathan Lane Robin Williams
Pese a repetir con Meryl Streep, Harrison Ford y Jack Nicholson, respectivamente, en las comerciales Postales desde el filo (1990), A propósito de Henry (1991) y Lobo (1994), ninguna contentó a la crítica, que sí aplaudió su remake de la cinta francesa Vicios pequeños (Edouard Molinaro, 1978): la hilarante Una jaula de grillos (1996), un exagerado pero positivo reflejo de la homosexualidad protagonizado por Robin Williams, Gene Hackman, Nathan Lane y Diane Wiest. Aunque inferior a la cinta original, hay que aplaudir a Nichols por atreverse con una de las primeras cintas populares dedicada a la comunidad LGTB. En la sátira política Primary Colors (1998), un recuperado John Travolta y la siempre perfecta Emma Thompson (ambos superados en pantalla por una portentosa Kathy Bates) se inspiraron en el matrimonio Clinton en un fiel retrato de los entresijos electorales no exento de propaganda demócrata pero si de ritmo y chispa.

Natalie Portman y Clive Owen en Closer (2004)
Natalie Portman y Clive Owen ganaron sendos
Globos de Oro por su magnífico trabajo en Closer
Aunque ¿De qué planeta vienes? (2000) fue un absoluto fracaso crítico y comercial, Nichols probó suerte en un nuevo  media: la televisión. Recordándonos que la palabra ‘telefilm’ no es siempre negativa, realizó dos portentosas obras dedicadas a la enfermedad: el telefilm Amar la vida (2001), sobre una mujer (Emma Thompson) a la que el cáncer deja pocos meses de vida y la miniserie Angels in America (2003), emotiva y poderosa historia sobre el SIDA magistralmente interpretada por Meryl Streep, Al Pacino y, de nuevo, Emma Thompson considerada como una de las mejores producciones televisivas de la historia. La primera ganó 3 premios Emmy y la segunda 11 Emmys y 5 Globos de Oro, demostrando que Nichols estaba dispuesto a triunfar en todos los ámbitos. Además, la experiencia dio fuerza al cineasta para volver a la pantalla grande, donde Closer (2004) aplicó lo mejor de sus primeros trabajos al mundo contemporáneo, dominado por las pasiones y la constante lucha contra la soledad. Aunque algo enrevesada, la cinta se gana al espectador gracias al inspirado cuarteto protagonista formado por Julia Roberts, Jude Law, Natalie Portman y Clive Owen, que obtuvieron el premio a mejor reparto de la National Board of Review entre otros muchos galardones.

Angels in America (2003)
La espiritual Angels in America es la perfecta
despedida para este grandísimo artista
Nichols se despidió del cine y el teatro con gran dignidad con la ingeniosa comedia política La guerra de Charlie Wilson (2007), retrato de la actitud estadounidense hacia la invasión de Afganistán por la URSS protagonizado por Tom Hanks, Julia Roberts (repitiendo), Amy Adams y Phillip Seymour Hoffman (nominado al Óscar), y La muerte de un viajante (2012), que le granjeó su último premio Tony a mejor director recién pasados los ochenta años. De hecho, tan sólo el ataque al corazón que sufrió el pasado miércoles puso fin a su carrera a los 83 años de edad. Nichols se casó en cuatro ocasiones, lo que sin duda influyó en la cínica pero pasional percepción del amor y la vida en pareja presente en su obra. Pese a su irregularidad, consiguió brillar en todos los ámbitos, siendo una de las pocas personas que pueden presumir de poseer el Grammy, el Tony, el Óscar y el Emmy, máximos honores de la música, el teatro, el cine y la televisión, respectivamente; rara vez se centró en un arte único, siendo un "eterno graduado". Además, es uno de los mejores directores de actores de Hollywood, lo que prueban las diecisiete nominaciones al Óscar reunidas por sus intérpretes. Quiero terminar mi pequeño homenaje a este gran realizador con las palabras que le dedicó su antigua compañera Elaine May, pronunciadas cuando el Lincoln Center decidió honrar su carrera en 1999: “es ingenioso, brillante, articulado, puntual, preparado y escritor. Pero, ¿es perfecto? Él sabe que no puedes ser realmente querido si eres perfecto. Tienes que tener los suficientes defectos. La clase de defectos adecuados y perfectos que te vuelven absolutamente entrañable”.


© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
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