Por segundo año consecutivo, los veinte intérpretes
candidatos a los Oscars interpretativos son caucásicos, o sea, blancos;
procedentes, eso sí, de ambos lados del Atlántico. Y, claro, el mundo se ha
levantado indignado hasta el punto de llevar a la Academia a replantearse su
normativa. Pero, ¿es esto realmente necesario? ¿Son verdaderamente racistas los
premios más ansiados de la industria? Mi respuesta es una rotunda negativa. Pero
veamos por qué.
En 2002, Halle Berry y Denzel Washingon ganaron el Óscar |
A lo largo de los 88 años de estos galardones
catorce estatuillas han ido a parar a actores negros, comenzando por Hattie McDaniel por la mítica Lo que el viento se llevó (George Cukor,
Sam Wood y Víctor Fleming, 1939) y concluyendo (hasta ahora) con Lupita Nyong’o por 12 años de esclavitud (Steve McQueen, 2012). Bastan precisamente
estas dos estatuillas para negar todo rasgo de racismo en los Oscars: McDaniel,
una auténtica desconocida, arrebató la estatuilla a su propia compañera de
reparto (la guapísima y blanquísima Olivia de Havilland) en los tiempos en que
los derechos de las personas de color todavía eran inhumanos. Por su parte,
Nyong’o obtuvo el suyo por el debut que le dio la fama, un trabajo notable pero
bastante breve con el que se impuso a tres intérpretes estadounidenses de
prestigio de la talla de June Squibb (Nebraska,
de Alexander Payne), Julia Roberts (Agosto,
de John Wells) y Jennifer Lawrence (La
gran estafa americana, de David O. Russell), todas ellas asombrosas en sus papeles.
¿Encaja todo esto en unos premios racistas? Creo que no.
Hattie McDanield es la primera intérprete negra ganadora del Óscar |
Además de McDaniel y Nyong’o, otras tres
actrices se hicieron con el Óscar a mejor actriz secundaria: Whoopi Goldberg por Ghost (Jerry Zucker, 1990), Jennifer Hudson por Dreamgirls (Bill Condon, 2006), Mo’nique por Precious (Lee Daniels, 2009) y Octavia
Spencer por Criadas y señoras (Tate
Taylor, 2012). En cuanto a ellos, cuatro actores se llevaron la estatuilla
secundaria: Louis Gossett Jr. por Oficial y caballero (Taylor
Hackford, 1982), Denzel Washington por Tiempos de gloria (Edward Zwick, 1989), Cuba Gooding Jr. por Jerry Maguire
(Cameron Crowe, 1996) y finalmente Morgan
Freeman, el intérprete negro más nominado, con 5 candidaturas, por Million Dollar Baby (Clint Eastwood,
2004). Sobra decir que las estatuillas recogidas por Whoopi Goldberg, Mo’nique,
Denzel Washington eran imprescindibles, al honrar tres de las mejores
interpretaciones de las últimas décadas, pero las demás son relativamente
cuestionables. Vamos, que la Academia se decantó por intérpretes negros sin
obligación alguna, destacando incluso trabajos que ninguna otra entidad había
reconocido (y por cintas bastante irregulares).
En 2005 los 2 Oscars interpretativos masculinos fueron para actores negros: Morgan Freeman y Jamie Foxx |
Lo mismo sucede con el único Óscar
protagónico concedido a una actriz negra, el recogido por Halle Berry por Monster’s
Ball (Marc Foster, 2001). Recordemos que entre sus oponentes estaban Judi
Dench (Iris, de Richard Eyre) —una de
las mejores intérpretes de todos los tiempos, inexplicablemente sólo reconocida
hasta ahora por la Academia por sus cinco minutos de Shakespeare in love (John Madden, 1998)—, Nicole Kidman (Moulin Rouge, de Bazz Luhrmann), que se
alzaría con la suya al año siguiente, y Sissy Spaceck (La habitación, de Todd Field), quien se había hecho con todos los
premios importantes de la temporada. ¿Merecía realmente Berry el Óscar? No,
pero lo hizo de todos modos: el color de su piel no jugó en su contra.
Recordemos que para ganar la estatuilla dorada no basta ser excelente, sino que
hay que ser el mejor (en teoría, claro).
En 2007 tanto el protagonista Forest Whitaker como la secundaria Jennifer Hudson ganaron el Óscar |
Sidney Poitier es el primer intérprete negro ganador del Óscar protagónico y el único poseedor del Honorífico |
Si analizamos el recorrido de estos
galardones, hallamos omisiones e injusticias con respecto a intérpretes negros,
por supuesto, pero tanto positivas como negativas, al igual que sucede con los
intérpretes blancos. Sin embargo, que los años 2014 y 2015 fueron flojos en
cuanto a interpretaciones de actores y actrices negros es obvio. De hecho, este
año el único con verdaderas opciones de conseguirlo era Idris Elba por Beasts of No Nation,
de Cary Joji Fukunaga,
una cinta notable pero demasiado descorazonadora para la Academia donde su
papel, aunque impresionante, no es del todo novedoso. Probablemente su lugar lo
ocupase uno de los intérpretes más queridos del momento: Tom Hardy por El renacido, de Alejandro G. Iñárritu;
¿alguna queja? Por lo demás, Will Smith
(indiscutible protagonista de la irregular La
verdad duele, de Peter Landesman) sólo optó al Globo de Oro gracias a la división entre
interpretaciones cómicas y dramáticas, mientras que el reparto completo de Straigh Outta Compton, de F. Gary
Gray, funciona como conjunto
pero no destaca a nivel individual (lo que explica sus candidaturas a los
Premios del Sindicato de Actores y los Critics Choice a mejor reparto sin que
ninguno de sus desconocidos intérpretes fuera nominado). También hay quien cita
la omisión de Samuel L. Jackson por Los ocho odiosos, de Quentin Tarantino,
olvidando quizá que ninguno de sus compañeros blancos consiguió tampoco la
nominación. ¿Podemos hablar de verdaderas injusticias a causa de todas estas
omisiones? Preferencias personales aparte, creo que la respuesta es obvia. [Más al respecto en 'Nominaciones a los Oscars 2016: análisis de sorpresa y omisiones'.]
Lupita Nyong'o es la última ganadora negra de un Óscar interpretativo gracias a 12 años de esclavitud |
Catorce estatuillas (de cuarenta y seis nominaciones) recibidas por intérpretes
negros son escasas, por supuesto, pero recordemos que sólo uno de los Oscars a
mejor dirección ha ido a manos de una mujer o que ninguna película de temática
LGTB se ha llevado el premio gordo, por citar dos estadísticas más. ¿Es la
Academia machista y homófoba también? No. No más que el mundo del cine. No más
que el mundo, a secas (de hecho, probablemente lo sea bastante menos).
Sencillamente hay un tipo de película que triunfa entre los académicos. Y,
lamentablemente, suele estar creada por hombres heterosexuales blancos porque
así es como funciona el mundo. Luchemos por cambiar el mundo, pero no perdamos
el tiempo acusando a Hollywood de racista cuando las consecuencias de la
escasez de estatuillas recibidas por personas negras (las cuales, eso sí, aumentan con el paso del tiempo) van mucho más allá del
derecho de cada votante a huir de la discriminación positiva y escribir el nombre que considere en su papeleta.
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Comparto 100% tu conclusión: todo está pensado para el hombre heterosexual blanco. ¿Hace cuánto que un gay o una lesbiana no ganan el premio a mejor actor/actriz? ¡Hollywood es homófobo!
ResponderEliminarHombre, estás dando por hecho que Hollywood/La Academia son lo mismo. Y no. Que La Academia es retrógrada, homófoba, misógina, racista y súper clásica?... sí! Sería demasiado inocente (para no usar otro término decir que no es así). Que siempre se ha sabido pero este año el tema reventó por lo absurdo de las nominaciones? (Hasta a GaGa la nominaron en lugar de Wiz Khalifah)... también! Si las dos respuestas no fueran afirmativas los organizadores no se habrían reunido para cambiar las reglas con urgencia. Con el perdón, pero creo que no se puede defender lo indefendible.
ResponderEliminarNo creo que la nominación de Gaga sea absurda, su canción es excelente. La Academia se ha visto obligada a reunirse porque todo el mundo está hablando del tema y no puede dar a entender que le da igual. Por supuesto que habrá votantes racistas, homófobos, machistas, etc., pero no hay forma de corregir eso. Y no se puede culpar a la Academia en general, porque sus miembros son variados. Lo que explico en el artículo es que, pese a todo, los intérpretes negros se valoran en las mismas condiciones que los blancos, pero, obviamente, hay muchos menos en las superproducciones de Hollywood y, por tanto, son menos en las nominaciones. Por supuesto, puede darse una injusticia al respecto, pero también son muchos los intérpretes blancos omitidos injustamente año tras año, no podemos aferrarnos a una omisión concreta (por ejemplo, la de Idris Elba) para generalizar: hay que valorar el contexto y ver por qué es nominado cada actor.
EliminarArgumentas que la Academia no es racista, pero en los párrafos finales reconoces que es racista/homofobica/machista pero en menor medida que el mundo general.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en luchar por cambiar el mundo y dejar atrás estas discriminaciones, y una pequeña forma de empezar es cambiando la academia, hollywood, y el cine en general
Yo no digo que sea racista, homófoba y machista, sino que suele apoyar un tipo de cine donde los negros, homosexuales y mujeres suelen tener menos que decir, pero no por ser racista, homófoba y machista, sino por dejarse entusiasmar por las superproducciones. Lo machista sería nominar a una película protagonizada por un actor negro en todas las categorías salvo la interpretativa (suponiendo que dicho actor estuviese a la altura, claro), pero no omitir una interpretación de un actor negro en una película de por sí omitida por otros motivos.
EliminarNo me parece que exista un "racismo" en la academia, es decir, este año las películas que fueron protagonizadas o dirigidas por sujetos de color fueron bastante flojas (a excepción de Creed para mi) por otro lado tampoco considero que exista homofobia, o por lo menos hace unos 10 años para acá, ya que han premiado y nominado actores que han hecho de transexuales u homosexuales (Jared Leto, Eddie Redmayne)
ResponderEliminarCreo que estamos en otros tiempos, en los que esos temas de segregación y discriminación están mandados a recoger, si bien existen en diversos lugares, lo mejor que hay que hacer para que estas conductas se acaben del todo es dejar de hacerse el papel de victima y tener algo de dignidad.