Comienza la temporada de premios y,
curiosamente, ningún galardón ha dado todavía más que hablar que el Óscar a
mejor actor, para el que muchos apuntan ya a Leonardo DiCaprio sin haber visto
más que el tráiler de El renacido
(Alejandro G. Iñárritu, 2015). Tras su derrota hace dos años frente a Matthew
McConaughey, florecieron tanto los chistes de malgusto como las críticas nada
constructivas a una Academia que siempre parece olvidarse del intérprete
californiano. Se habla de intereses, de política y hasta de favoritismos, pero
¿cuál es el verdadero motivo por el que este gran actor ha alcanzado los 40
años sin un Óscar en su haber? Dejemos a un lado los prejuicios y analicemos la
situación.
Leonardo DiCaprio: estrella y gran actor |
1ª nominación; ¿A quién ama Gilbert Grape? (1993) Ganador: Tommy Lee Jones por El fugitivo |
Saltó entonces DiCaprio a la fama gracias a
títulos como Titanic (James Cameron, 1997) y Gangs of New York (Martin
Scorsese, 2002), cintas que alcanzaron catorce y diez nominaciones,
respectivamente, sin recaer ninguna en él. El primer caso fue especialmente
comentado porque su pareja en pantalla, Kate Winslet, sí fue nominada, pero ¿se
olvidó realmente la Academia de DiCaprio? Atendiendo a la competencia (Matt
Damon, Robert Duvall, Peter Fonda, Dustin Hoffman y el ganador, Jack
Nicholson), queda claro que no: DiCaprio lo dio todo como el mítico Jack y
encabezó el mítico film con carismático porte, pero eso no es suficiente para
estar entre los cinco mejores de un año. En cuanto al drama criminal de Scorsese,
su propio compañero de reparto (Daniel Day-Lewis, único intérprete
masculino poseedor de tres estatuillas a mejor actor) le hizo sombra (dejando
de lado que el desordenado filme ni siquiera merecía las diez candidaturas que
obtuvo). Vamos, que estas omisiones no deberían escandalizar a nadie.
2ª nominación: El aviador (2004) Ganador: Jamie Foxx por Ray |
La siguiente nominación del
intérprete fue la que más cerca le ha puesto el Óscar hasta la fecha. En 2005
encarnar al polifacético Howard Hughes de El aviador, de Martin Scorsese, le valió
el Globo de Oro a mejor actor dramático y una segunda candidatura al Óscar
relativamente tardía. La cinta terminó alzándose con cinco Oscars: fotografía,
montaje, dirección artística, vestuario y actriz secundaria (Cate Blanchett),
pero DiCaprio perdió el suyo frente al impresionante Jamie Foxx de Ray, de Taylor Hackford. Quien se
enojase por esto debe saber que probablemente DiCaprio no se habría hecho con el
Globo de Oro tampoco de haberse enfrentado a Foxx, quien competía en la
categoría de comedia/musical (pese a que el film no fuera ni lo uno ni lo otro,
cosas de los Globos); aunque impactante, su trabajo resultaba, como todo el
filme, demasiado excéntrico. De hecho, si en algo se equivocó esta vez la
Academia fue en los cinco galardones concedidos a El aviador: la fotografía debió ser para La casa de las dagas voladoras, de Zhang Yimou, y la dirección
artística para Una serie de catastróficas
desdichas, de Brad Silberling, mientras que Blanchett debería haberse
esperado una edición para recoger el suyo por I’m not there (Todd Haynes, 2007), donde realizó una interpretación
mucho más matizada (en su lugar, aquel año deberían haber ganado Virginia
Madsen por Entre copas, de Alexander Payne, o Natalie Portman por Closer,
de Mike Nichols). Eso sí, viendo lo generosa que estuvo la Academia con el
filme de Scorsese (por mucho que los premios principales los recogiera Clint
Eastwood por su muy superior Million
Dollar Baby), laurear a DiCaprio no habría sido muy descabellado…
3ª nominación: Diamante de sangre (2006) Ganador: Forest Whitaker por El último rey de Escocia |
Dos años después, en la edición
correspondiente a 2007, el intérprete compitió consigo mismo de cara al Óscar
principal, gracias a contar con notables trabajos tanto en Infiltrados, tercera
colaboración con Scorsese, como en Diamante de sangre, de Edward Zwick
y, pese a que la primera fue la que triunfó en la ceremonia, la Academia
prefirió nominar al intérprete por la segunda, donde contaba con un papel
bastante más agradecido. En este interesante thriller, el actor encarnaba a un
contrabandista especializado en la venta de piedras preciosas, pero su notable
trabajo estaba a años luz del ofrecido por Forest Whitaker en El
último rey de Escocia, de Kevin MacDonald. Por consiguiente, nadie esperaba
su victoria y nadie debería sorprenderse por ella considerando que el mítico
Peter O’Toole perdió el galardón por octava y última vez por Venus, una pequeña joya de Roger
Michell.
Curiosamente, tras Diamante de sangre DiCaprio ofreció dos de sus mejores trabajos,
pero ni Revolutionary Road (Sam Mendes, 2008) —donde volvió a ser relativamente eclipsado por Kate Winslet— ni Django desencadenado
(Quentin Tarantino, 2012) —donde le perjudicó la falta de tijera en su escena clave— le valieron siquiera la nominación. Pero, ¿podemos
hablar de sanción a DiCaprio? En absoluto: el drama de Mendes fue injustamente
olvidada en su conjunto, mientras que el western de Tarantino, sencillamente,
contaba con demasiados intérpretes masculinos destacados, debiendo competir Christoph
Waltz, Samuel L. Jackson y el propio DiCaprio los unos contra los otros. Waltz
partía con ventaja porque, además de haber enamorado a los fans de Tarantino
con Malditos bastardos (2009),
contaba con mucho más tiempo en pantalla. Y, claro, conseguida la nominación,
tuvo el Óscar en bandeja ayudado por la falta de competencia.
Habría sido un buen año para galardonar a DiCaprio, aunque, tras tanto esperar,
probablemente no se conformaría con la estatuilla secundaria. Por cierto, el
intérprete también se quedó sin candidatura por Origen (Christopher
Nolan, 2010), cuyas ocho nominaciones no incluyeron ninguna interpretativa; Shutter
Island (2010), completamente ignorada por la Academia por considerarse
un trabajo menor de Scorsese (algo discutible); y J. Edgar (Clint Eastwood,
2011), donde le perjudicó un excesivo maquillaje que emborronaba la sutilidad
de sus gestos.
4ª nominación: El lobo de Wall Street (2014) Ganador: Matthew McConaughey por Dallas Buyers Club |
Y así es como llegamos a la candidatura que
más ha dado que hablar: la obtenida por El lobo de Wall Street, su quinta
colaboración con Scorsese hasta la fecha (y la primera que le dio, también, una nominación como productor). En esta ocasión, el intérprete llegó
a la ceremonia acontecida a comienzos del 2014 prácticamente empatado con
Matthew McConaughey (ambos se habían repartido los Globos de Oro:
comedia/musical —de nuevo, sin ser ninguna de las dos cosas— para el primero;
drama para el segundo), pero este último contaba con dos bazas a su favor por su trabajo en el Dallas Buyers Club de Jean-Marc Vallée: la
transformación física atravesada para encarnar a su personaje (algo que suele
atraer a la Academia, aunque no tanto como se suele afirmar) y, sobre todo, su
sorprendente salida del encasillamiento. Al final, se prefirió una gran
interpretación aislada frente a una larga trayectoria de éxitos, algo cuestionable pero comprensible. Empero, no es DiCaprio, sino Bruce Dern (premiado en Cannes por Nebraska, de Alexander Payne) quien
merecía la estatuilla. De hecho, aunque fascinante, la conversión de DiCaprio en el corredor
de bolsa neoyorquino Jordan Belfort no está precisamente entre sus
trabajos más matizados. Además, quienes lloraban por DiCaprio deberían fijarse
en que, en la misma entrega de premios, la maravillosa Amy Adams perdió el
Óscar por quinta vez (una más que él) por su explosivo trabajo en La gran estafa americana, de David O.
Russell, perjudicada, al igual que el actor, por la altísima competencia (en su
caso, la imparable Cate Blanchett de Blue
Jasmine, una de las mejores cintas recientes de Woody Allen).
¿5ª nominación?: El renacido Ganador: ¿Leonardo DiCaprio? |
Por consiguiente, ganar o perder
un Óscar depende menos del trabajo en sí que del contexto. Pero no es esta una
cuestión de injusticias o favoritismos, sino del recibimiento de la cinta en la
que se participa y, claro está, la competencia. Empero, hay algo más importante
que eso: la Academia no premia intérpretes sino interpretaciones y, pese al
alto nivel de todos los trabajos de DiCaprio, ninguno de ellos ha logrado
todavía ser el mejor de su año. ¿Son Jamie Fox y Matthew McConauhey mejores
actores que él? En absoluto. Pero sí lograron concentrar sus fuerzas en un
papel concreto y conquistar Hollywood. El siempre impecable DiCaprio juega por
tanto con un hándicap: entre tantos trabajos excelentes, ¿por qué premiar uno
en concreto? Por suerte, El renacido
parece haberle dado la oportunidad que estaba esperando: un papel poderoso y
clave en una de las cintas favoritas del año. [Más al respecto en: '¿Ganará Leonardo DiCaprio el Óscar por El renacido?'] Aunque es pronto para cantar
victoria, el tráiler augura que nos encontramos ante uno de sus mejores
trabajos. De todos modos, DiCaprio es joven y talentoso: si no gana este año,
seguirá probando suerte al siguiente. Y al siguiente. Y al siguiente. Y, tarde
o temprano, probablemente la estatuilla dorada será suya. (Pero, si no, tampoco será el fin de mundo.)
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras
Muy buen artículo, me gustaría mencionar que trabajos como Diario de un rebelde, Atrápame si puedes e incluso La vida de este chico también eran merecedores de óscar, sobre todo los dos primeros.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo. Matthew McConaughey se lució justamente en el mismo año.
ResponderEliminarPara mi DiCaprio seguirá siendo el mejor de Hollywood
Creo que su papel en el Aviador fue mucho mejor que el de Foxx, su incorporación al interpretar a un personaje tan particular y con tantos tics fue la mejor de ese año. El mejor performance de DiCaprio junto con The Wolf of Wall Street. El mismo lo declaro, le entrego la historia de Howard Hughes a Scorsese para que la dirigiera y posteriormente la de Jordan Belfort. Fueron los papeles en donde más se introdujo. Estoy de acuerdo con un artículo que saco Vanity Fair en donde traen este tema a colación y dicen que simplemente la Academia no premia a los tipos que molan. Que ne vez de causar una gran empatía e identificación al público, lo que causa es admiración. Muchos ejemplos como estos los hay en la industria. A mi parecer DiCaprio es el mejor actor de su generación, tanto en comedias, drama, romance y acción sus interpretaciones son A1. Pocos actores pueden hacer eso.
ResponderEliminarLa academia es tan injusta con los Oscar's que actores como De Niro dos veces premiado, una como mejor actor y otra de reparto, solo tenga dos estatuillas. Cuando fácil puede tener cuatro como mejor actor. My left foot de Day-Lewis y Awekinings de De Niro, son interpretaciones similares... y la primera fue premiada.
En fin, el Oscar no te hace el mejor actor, veamos las películas mas emblemáticas del cine y en cuales sus actores fueron premiadas... pocas.
Bueno, si no le dan el Oscar este año, o el siguiente..., o el siguiente. Cuando sea viejo le darán uno a la trayectoria. Esos premios sirven para decir "la embarramos tantos años, disculpa y recibe esto en compensación"
ResponderEliminarBueno, si no le dan el Oscar este año, o el siguiente..., o el siguiente. Cuando sea viejo le darán uno a la trayectoria. Esos premios sirven para decir "la embarramos tantos años, disculpa y recibe esto en compensación"
ResponderEliminarEs muy fácil simplificar y reirse del pobre Leo, pero tiene tanto que enseñar a muchos...
ResponderEliminares de chiste que no le hayan dado ninguno...
ResponderEliminarEste año tiene una dura competencia con michael fassbender, pero ojalá se lo den a leo que ya va siendo hora. Creó que si hace una buena campaña se lo pueden dar.
ResponderEliminarBuen artìculo.¿Alguien de Hollywood ha visto Origen,Shutter Island,Diamantes de Sangre,El Lobo de WallStreet...
ResponderEliminarBorda los personajes.
Estamos hablando de las mejores películas de este siglo XXI.