Dos de las películas más especiales del año
pasado nos acercan a la cultura indígena americana de formas muy diferentes,
pero respaldándose ambas en una verosimilitud quasi-documental que las
convierte en experiencias únicas. Se trata de la colombiano-venezolano-argentina
El abrazo de la serpiente, de Ciro
Guerra (mejor película del Festival de Mar del Plata, candidata al Óscar a
mejor película extranjera y ganadora del Fénix a mejor dirección, fotografía,
música y sonido) y la guatemalteca Ixcanul,
de Jayro Bustamente (premio Alfred Bauer del Festival de Berlín y ganadora del
Fénix a mejor vestuario), dos joyitas presentes en la necesaria sección
Horizontes Latinos del último Festival de San Sebastián.
Al ser nominada al Óscar, El abrazo de la serpiente vio cómo se disparaba su previamente escasa distribución |
Quizá perjudicada por su relativa similitud con El abrazo de la serpiente, Ixcanul no logró optar al Óscar |
De producción más pequeña pero
misma espectacularidad contenida, Ixcanul (2015) es la sorprendente
ópera prima Jayro Bustamante, un
naturalista acercamiento a una familia maya cakchiquel que sobrevive al
día a día aferrada a costumbres atávicas difícilmente conjugadas con un mundo
contemporáneo dispuesto a arrebatárselo todo. María Mercedes Coroy, Manuel
Antún, Justo Lorenzo, Marvin Coro y una espectacular María Telón encarnan a sus personajes
con la perfecta mezcla de carisma y sencillez, fundiéndose con ellos
plenamente. El poderoso pero extrañamente acogedor Volcán de Pacaya se convierte en testigo de una absorbente historia
de pasiones, tragedias e injusticias que, además de ayudarnos a empatizar con un
modo de vida diametralmente opuesto al nuestro, cuida suficientemente la
narración para resultar entretenida pese a su ritmo irremediablemente pausado. Humildemente
fotografiada por Luis Armando Arteaga,
la minimalista cinta se beneficia de una excelente ambientación y una temática
prácticamente ignorada por el cine, sirviendo de crítica a las peliagudas dicotomías
del mundo contemporáneo pero también de emotivo homenaje a tan ancestral modo
de vida. A partir de una historia real que se quedó grabada en su mente, este
joven guionista y realizador guatemalteco confecciona un relato tierno y
desgarrador que penetra la piel.
Ixcanul y El abrazo de la
serpiente comparten el poder cuasi-documental con el que nos sumergen en
mundos indígenas que la mayoría sólo conocemos por las portadas de unas
revistas cuyas imágenes parecen emular. Y lo hacen con honestidad y vigor, confirmándose
como dos nuevos triunfos de la cinematografía latinoamericana reciente, capaz como
ninguna otra de retratar la desgarradora hermosura de un dicotómico mundo en eterno
proceso de cambio.
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras
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