Décadas después de su publicación, Carol se mantiene como una de las obras literarias más especiales de todos los
tiempos. Y es que, aun siendo internacionalmente conocida por sus novelas
negras, Patricia Highsmith —que
la publicó con el título El precio de la sal y bajo el pseudónimo
de Claire Morgan— dio a
la comunidad LGTB el mejor regalo que esta podría haber recibido en pleno 1952: una historia
donde una relación lésbica era finalmente posible; una historia donde el amor entre
personas del mismo sexo era tratado con respeto, naturalidad, belleza y, sobre
todo, esperanza; una historia ciertamente visionaria que muchos (y, sobre todo, muchas) han leído una y otra vez.
El trabajo de Rooney Mara y Cate Blanchett han sido reconocidos por todas los premios importantes del año |
Por supuesto, el estreno de su adaptación
cinematográfica en el pasado Festival de Cannes fue todo un acontecimiento que
se zanjó con críticas excelentes y el premio interpretativo para Rooney Mara, a quien descubrimos hace muy poco gracias al innecesario remake Los hombres que no amaban a las mujeres (David Fincher, 2011). Extrañamente, la actriz
hubo de compartir el galardón con Emmanuelle Bercot (Mi amor, de Maïwenn
Le Besco) en lugar
de hacerlo con su magnífica compañera de reparto, la doblemente oscarizada Cate Blanchett, con la que conforma en Carol una de las parejas
cinematográficas más especiales del año, anteponiéndose la sutil candidez de la primera a la carismática fuerza de la segunda. Y es que esta obra supone para las
lesbianas lo que Brokeback Mountain
(Ang Lee, 2005) fue hace diez años para la gais: el reconocimiento definitivo a
su existencia en forma de una película que, sin ser necesariamente comercial, da
al amor homosexual el justo tratamiento que la historia del cine le ha negado. De
hecho, tal y como hizo el inusual western romántico protagonizado por Heath Ledger y Jake
Gyllenhaal, Carol ha sido una de las
protagonistas de la temporada de premios aun cuando el agridulce final la ha
dejado fuera del Óscar a mejor película (suceso que recuerda a la noche en que Brokeback Mountain perdió la estatuilla a
favor de la mucho menos aplaudida Crash, de Paul Haggis, tras dominar la temporada…). [Más sobre las nominaciones al Óscar aquí]
Todos los carteles de Carol sitúan a las protagonistas en mundos aislados |
Con Carol, Todd Haynes retoma el tema de la homosexualidad durante los años 50 que tan bien se le dio en Lejos del cielo (2002), su bello homenaje a los melodramas
de Douglas Sirk (Sólo el cielo lo sabe, 1955; Imitación a la vida, 1959). Curiosamente, nos hallamos ante dos acercamientos
contrarios a la misma historia: mientras Lejos
del cielo lidiaba con el viaje interior de un ama de casa (Julianne Moore,
Copa Volpi de Venecia) al descubrir la relación de su marido (Dennis Quaid) con
otro hombre, Carol sitúa en primer
plano a dos mujeres enamoradas a las que la ceguera de sus parejas y la propia
sociedad impide disfrutar de su relación. Bellamente filmadas por Edward Lachman (candidato al Óscar por ambas), las dos cintas están excelentemente ambientadas,
si bien aquella apostaba por una destemplada saturación de los colores con la
que acentuaba la hipocresía de la sociedad y esta prefiere tonos más cándidos y
naturales, conformando los decorados y las vestimentas una experiencia visual encantadora. A la candidatura al Óscar de Lachman hay que sumar las merecidamente obtenidas por la versada Sandy Powell por el diseño de
vestuario, clave del desarrollo de los personajes; el versátil Carter Burwell por la melodiosa música original; la debutante Phyllis Nagy por el cuidado guion adaptado y, por
supuesto, las dos actrices (Blanchett como principal y Mara como secundaria aun
contando ambas con el mismo peso, clásica estrategia de las distribuidoras por
no hacer competir a sus propias estrellas).
El californiano Todd Haynes dirige a la australiana Cate Blanchett en el cuidado set de Carol |
Hermosa a niveles visual y narrativo, Carol es una experiencia absolutamente
evocadora que sabe ser deliciosa cuando lo requiere, pero también oscura y desgarradora, abordando el tema con máxima delicadeza. Pudiera parecer que la cinta fracasa a la hora de desarrollar el romance
entre sus dos protagonistas, concediendo más importancia a los motivos que las
separan que a aquellos que las unen: dada la época
y el contexto, son los primeros los que dan verdadero pie a la historia, pero cabe preguntarse si la película no podría haber sacado todavía más
partido de la novela que adapta y sus dos excelentes protagonistas. Pero,
claro, sólo nos planteamos esto porque nos encontramos ante uno de los filmes más
anhelados del año, lo que puede dificultar salir de la sala decepcionado pese a haber contemplado una de las películas más singularmente bellas, evocadoramente elegantes y, sobre todo, extremadamente necesarias de los últimos años.
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JUan Roures,
ResponderEliminarexcelente reseña.A mí la película me pareció una auténtica joya,y Cate Blanchett en concreto,me parece vuelve a estar merecedora de un oscar. Te dejo enlace de la reseña que le dediqué en su día por si tienes curiosidad:
http://zinefilaz.blogspot.com.es/2016/01/carol.html
Un saludo:)