08 marzo 2015

12 Muestra Syfy de Cine Fantástico. Día 3: lunáticos y joyas animadas

Poco puede hacer la jornada de hoy (con la que se despide la Muestra Syfy) para superar la excelente selección de ayer, marcada por las joyas de animación Mi vecino Totoro y Song of the Sea (además de los sugerentes cortos Sangre de unicornio y 365) y los asesinos con estilo de Goodnight Mommy, Cub y Crazy Bitches. El toque diferente lo puso Spring, una de las grandes sorpresas del certamen. Eso sí, para gustos colores, ya que mientras yo me dejaba maravillar film tras film, otros se quejaban de la “aburrida” programación, que —por suerte para mí y a diferencia del viernes— estaba más pensada para contentar a la crítica que al público.

Song of the Sea (Tomm Moore, 2014)
La propia Muestra Syfy no es consciente de la suerte
que tiene al contar con la maravillosa Song of the Sea
Sin duda, el acontecimiento clave del día y uno de los más esperados de toda la Muestra era el estreno de la cinta de animación irlandesa Song of the Sea, la nueva joya de Tomm Moore, codirector de El secreto del libro de Kells (2009). Ambas cintas le llevaron a las puertas del Óscar y, si éste fuera un premio justo, Song of the Sea se habría llevado la estatuilla a casa hace unas semanas. Y es que esta bellísima historia de dos hermanos envueltos en leyendas es una obra de arte se mire por donde se mire, desde el envolvente diseño animado hasta la poética banda sonora celta. Quizá el guion sufra del clásico defecto del cine familiar (mezcla insoluble de abstracta confusión y elementos infantiles), pero la cinta se gana al espectador gracias a sus maravillosos personajes y la atractiva atmósfera. Imprescindible.

La agobiante Goodnight Mommy sacó de quicio
al público, pero encandiló a la crítica
Después, el tono del festival dio un brusco giro con la proyección de la cinta austriaca Goodnight Mommy, introducida por Leticia Dolera como una mezcla de Funny Games, el universo Cronenberg y… ¡Canino! Ciertamente, este thriller psicológico es todas estas cosas, además de una de las obras más bestias de la Muestra. Eso sí, todo ello maravillosamente filmado e interpretado por los sorprendentes hermanos gemelos Elias y Lucas Schwartz y su madre en la ficción Susanne Wuest. La cinta está codirigida por Severin Fiala y Veronika Franz, guionista de la trilogía Paraíso de Ulrich Seidl, descorazonador retrato de la vida contemporánea, y precisamente Seidl es el productor de Goodnight Mommy. Por supuesto, prácticamente ninguno de los espectadores había siquiera oído hablar de él, siendo la lenta Goodnight Mommy una sorpresa desagradable para muchos de ellos. Puesto que yo iba preparado, disfruté de la asfixiante atmósfera y el impactante planteamiento, pese a que la impávida dureza de las imágenes me obligó a esquivar la pantalla en más de una ocasión.

La nostálgica ambientación italiana es
clave del envolvente tono de Spring
Todo lo contrario a Spring, codirigida por los directores de Resolution (2012), Justin Benson y Aaron Moorhead, quienes han desafiado las convenciones del género sobrenatural con una hermosa historia entre un joven perdido en el mundo tras la muerte de sus padres (Lou Taylro Pucci) y una joven que oculta un oscuro secreto desde hace cientos de años (Nadia Hilker). Si Richard Linklater, creador de la trilogía iniciada por Antes del amanecer (1995), dirigiera La mujer pantera, surgiría un film parecido a Spring, que combina con sugerente belleza conversaciones existenciales y monstruosos misterios. Toda una sorpresa que encandiló a los espectadores más exigentes pero dejó fríos —o directamente dormidos— a los fieles al auténtico cine de terror. Por cierto, entre las tradiciones de la Muestra está aplaudir ante las imágenes de la luna llena... y esta película fue perfecta para ello.

El impacto de Sangre de unicornio radica en el contraste
entre sus elementos: tan cursis como oscuros
Antes del film se proyectó el corto animado español Sangre de unicornio, de Alberto Vázquez, recién nominado al Goya. En ella, dos espeluznantes ositos salen a cazar su presa predilecta: unicornios, cuya deliciosa sangre con sabor a arándanos es indispensable para mantenerlos eternamente bellos. Aún más extraña e inquietante de lo que la premisa promete, se trata de un claro ejemplo de animación para adultos que formó parte de las secciones oficiales de los festivales de Annecy y Sitges, no dejando a nadie indiferente. La ambientación y los propios ositos son lo opuesto a bellos, pero los lóbregos sentimientos explorados confeccionan ocho minutos bastante interesantes.

365 representa cada día del año con una imagen animada
acompañada de un efectos sonoro o trozo de diálogo
La animación volvió a ser la protagonista con 365, de los ingleses Greg McLeodMyles McLeod, quienes ofrecen 365 instantes vitales de un segundo cada uno, todos ellos bizarramente divertidos y extrañamente hipnóticos. Sin duda, la obra se ve perjudicada por su aparente falta de lógica y meta, no existiendo conexión alguna entre sus piezas ni conclusión final satisfactoria. Aun así, como experimento resulta interesante. Y, puesto que gasté 120 minutos en Chappie, considero los 7 minutos de 365 fantásticamente invertidos. Por cierto, antes del corto la “pareja del festival” volvió a besarse delante de las cámaras, ¿realmente era necesario?

El joven Maurice Luijten protagoniza Cub con aplomo
Tras una tarde deliciosamente descafeinada, llegó el turno de Cub, la cinta belga que dio a Jonas Govaerts el premio directivo del pasado festival de Sitges. “Así que bien dirigida estará”, señaló Leticia Dolera. Y no se equivocaba, pues todo el equipo de la cinta contribuye a confeccionar una espeluznante historia de Boy Scouts repipis y monitores despreocupados que pagan las consecuencias de su incompetencia. Sin embargo, no termino de encontrar goce en observar innumerables muertes, a cada cual más desagradable, sin otro motivo que la crítica del bullying (a este respecto, el drama o incluso la comedia parecen géneros más adecuados). Además, viendo las risas desinhibidas del público, no tengo claro que el supuesto mensaje llegue a buen puerto. Sin duda, el placer encontrado por los fanáticos del cine de terror en la observación de la muerte ajena merecería un estudio exhaustivo que habré de realizar algún día si nadie se me adelanta.

El póster de Crazy Bitches no
augura el tono del film en absoluto
La jornada concluyó con la sesión golfa de Crazy Bitches, en la que siete treintañeros (cinco mujeres heterosexuales, una mujer homosexual y un chico gay) disfrutan de unos días de tranquilidad campestre que, por supuesto, terminan mal conforme se descubren sus oscuros secretos. Entre infidelidades y tortazos, el concepto de amistad no podría salir peor parado. La esperada cinta fue fatalmente recibida por un público que, a la una de la mañana, esperaba más sangre y menos conversaciones mal inspiradas en Sexo en Nueva York. Sin embargo, el acertado reparto y la cuidada dirección de Jane Clark conforman un film entretenido. Además, tuvimos la suerte de contar con el responsable de sus efectos especiales, Chris Orchard, cuya entrevista en inglés con Leticia Dolera dio lugar a momentos de interpretación desternillantes (aunque, como es común en este tipo de encuentros, nada interesante desde el punto de visto cinematográfico). Por cierto, la maestra de ceremonias aprovechó que la cinta está dirigida por una mujer para reivindicar el Día de la Mujer, algo que habría resultado más efectivo de no haberse equivocado unas horas antes con sus palabras “Hoy es el Día de la Mujer”, pronunciadas a las cinco de la tarde del 7 de marzo. Parece que la actriz aún no se había despejado tras la siesta que se marcó durante la proyección de Song of the Sea.

Mi vecino Totoro es un acto de fe en
la fuerza del cine de animación
Con Crazy Bitches (y cajas de cereales de regalo) se cerró una jornada tan variada como fascinante plagada de títulos que sin duda darán que hablar más allá de esta Muestra (algo que dudo de la mayoría de películas proyectadas el viernes). Por cierto, Song of of the Sea no fue la primera joya de animación del día, ya que, por la mañana tuvo lugar la sesión SyfyKids (dedicada a los más pequeños) con la proyección de Mi vecino Totoro, la obra maestra confeccionada por Hayao Miyazaki en 1988 para el recién creado estudio Ghibli. Archiconocida por todos los fans de la Muestra, esta cinta no ha perdido un ápice de su magia y sigue siendo uno de los reflejos más bellos del amor fraternal y la necesidad infantil de refugiarse en mundos fantásticos para sobrellevar la dureza del mundo. Y precisamente esa es una de las metas del cine de fantasía, terror y ciencia ficción: sumergirnos en universos distintos que nos hagan olvidar por unas horas nuestros propios problemas. Para quien quiera evadirse del mundo, diez horas seguidas de Muestra Syfy no podrían resultar ser más efectiva.

© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras 

2 comentarios:

  1. Decir que 2Songs of the Sea" merecía el Oscar por encima de "El cuento de la princesa Kaguya" no hace más que augmentar mis ansias por verla...

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    1. En realidad cualquiera de las dos habría sido una excelente ganadora, aunque quizá me incline ligeramente por SONG OF THE SEA. Ambas son, eso sí, claramente superiores a las tres cintas estadounidenses con las que competían; lástima que jugaran con desventaja.

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