Poco puede
hacer la jornada de hoy (con la que se despide la Muestra Syfy) para superar la
excelente selección de ayer, marcada por las joyas de animación Mi vecino Totoro y Song of the Sea (además de los sugerentes cortos Sangre de unicornio y 365) y los asesinos con estilo de Goodnight Mommy, Cub y Crazy Bitches. El
toque diferente lo puso Spring, una
de las grandes sorpresas del certamen. Eso sí, para gustos colores, ya que
mientras yo me dejaba maravillar film tras film, otros se quejaban de la “aburrida”
programación, que —por suerte para mí y a diferencia del viernes— estaba más
pensada para contentar a la crítica que al público.
La propia Muestra Syfy no es consciente de la suerte que tiene al contar con la maravillosa Song of the Sea |
Sin duda, el
acontecimiento clave del día y uno de los más esperados de toda la Muestra era
el estreno de la cinta de animación irlandesa Song of the Sea, la nueva
joya de Tomm Moore, codirector de El secreto del libro de Kells (2009).
Ambas cintas le llevaron a las puertas del Óscar y, si éste fuera un premio
justo, Song of the Sea se habría
llevado la estatuilla a casa hace unas semanas. Y es que esta bellísima historia
de dos hermanos envueltos en leyendas es una obra de arte se mire por donde se
mire, desde el envolvente diseño animado hasta la poética banda sonora celta.
Quizá el guion sufra del clásico defecto del cine familiar (mezcla insoluble de
abstracta confusión y elementos infantiles), pero la cinta se gana al
espectador gracias a sus maravillosos personajes y la atractiva atmósfera.
Imprescindible.
La agobiante Goodnight Mommy sacó de quicio al público, pero encandiló a la crítica |
Después, el
tono del festival dio un brusco giro con la proyección de la cinta austriaca Goodnight
Mommy, introducida por Leticia Dolera como una mezcla de Funny Games, el universo Cronenberg y… ¡Canino! Ciertamente, este thriller
psicológico es todas estas cosas, además de una de las obras más bestias de la
Muestra. Eso sí, todo ello maravillosamente filmado e interpretado por los
sorprendentes hermanos gemelos Elias y
Lucas Schwartz y su madre en la ficción Susanne Wuest. La cinta está codirigida por Severin Fiala y Veronika
Franz, guionista de la trilogía Paraíso
de Ulrich Seidl, descorazonador retrato
de la vida contemporánea, y precisamente Seidl es el productor de Goodnight Mommy. Por supuesto,
prácticamente ninguno de los espectadores había siquiera oído hablar de él,
siendo la lenta Goodnight Mommy una
sorpresa desagradable para muchos de ellos. Puesto que yo iba preparado,
disfruté de la asfixiante atmósfera y el impactante planteamiento, pese a que
la impávida dureza de las imágenes me obligó a esquivar la pantalla en más de
una ocasión.
La nostálgica ambientación italiana es clave del envolvente tono de Spring |
Todo lo
contrario a Spring, codirigida por los directores de Resolution (2012), Justin
Benson y Aaron Moorhead, quienes
han desafiado las convenciones del género sobrenatural con una hermosa historia
entre un joven perdido en el mundo tras la muerte de sus padres (Lou Taylro Pucci) y una joven que oculta
un oscuro secreto desde hace cientos de años (Nadia Hilker). Si Richard Linklater, creador de la trilogía
iniciada por Antes del amanecer
(1995), dirigiera La mujer pantera,
surgiría un film parecido a Spring,
que combina con sugerente belleza conversaciones existenciales y monstruosos
misterios. Toda una sorpresa que encandiló a los espectadores más exigentes
pero dejó fríos —o directamente dormidos— a los fieles al auténtico cine de
terror. Por cierto, entre las tradiciones de la Muestra está aplaudir ante las imágenes de la luna llena... y esta película fue perfecta para ello.
El impacto de Sangre de unicornio radica en el contraste entre sus elementos: tan cursis como oscuros |
Antes del film
se proyectó el corto animado español Sangre de unicornio, de Alberto Vázquez, recién nominado al
Goya. En ella, dos espeluznantes ositos salen a cazar su presa predilecta: unicornios,
cuya deliciosa sangre con sabor a arándanos es indispensable para mantenerlos
eternamente bellos. Aún más extraña e inquietante de lo que la premisa promete,
se trata de un claro ejemplo de animación para adultos que formó parte de las
secciones oficiales de los festivales de Annecy y Sitges, no dejando a nadie
indiferente. La ambientación y los propios ositos son lo opuesto a bellos, pero
los lóbregos sentimientos explorados confeccionan ocho minutos bastante
interesantes.
365 representa cada día del año con una imagen animada acompañada de un efectos sonoro o trozo de diálogo |
La animación
volvió a ser la protagonista con 365, de los ingleses Greg McLeod y Myles McLeod, quienes ofrecen 365 instantes vitales de un segundo
cada uno, todos ellos bizarramente divertidos y extrañamente hipnóticos. Sin
duda, la obra se ve perjudicada por su aparente falta de lógica y meta, no existiendo
conexión alguna entre sus piezas ni conclusión final satisfactoria. Aun así, como
experimento resulta interesante. Y, puesto que gasté 120 minutos en Chappie, considero los 7 minutos de 365 fantásticamente invertidos. Por
cierto, antes del corto la “pareja del festival” volvió a besarse delante de
las cámaras, ¿realmente era necesario?
El joven Maurice Luijten protagoniza Cub con aplomo |
Tras una tarde
deliciosamente descafeinada, llegó el turno de Cub, la cinta belga que
dio a Jonas Govaerts el premio
directivo del pasado festival de Sitges. “Así que bien dirigida estará”, señaló
Leticia Dolera. Y no se equivocaba, pues todo el equipo de la cinta contribuye
a confeccionar una espeluznante historia de Boy Scouts repipis y monitores
despreocupados que pagan las consecuencias de su incompetencia. Sin embargo, no
termino de encontrar goce en observar innumerables muertes, a cada cual más
desagradable, sin otro motivo que la crítica del bullying (a este respecto, el
drama o incluso la comedia parecen géneros más adecuados). Además, viendo las
risas desinhibidas del público, no tengo claro que el supuesto mensaje llegue a
buen puerto. Sin duda, el placer encontrado por los fanáticos del cine de
terror en la observación de la muerte ajena merecería un estudio exhaustivo que
habré de realizar algún día si nadie se me adelanta.
El póster de Crazy Bitches no augura el tono del film en absoluto |
La jornada
concluyó con la sesión golfa de Crazy Bitches, en la que siete treintañeros
(cinco mujeres heterosexuales, una mujer homosexual y un chico gay) disfrutan
de unos días de tranquilidad campestre que, por supuesto, terminan mal conforme
se descubren sus oscuros secretos. Entre infidelidades y tortazos, el concepto
de amistad no podría salir peor parado. La esperada cinta fue fatalmente
recibida por un público que, a la una de la mañana, esperaba más sangre y menos
conversaciones mal inspiradas en Sexo en
Nueva York. Sin embargo, el acertado reparto y la cuidada dirección de Jane Clark conforman un film
entretenido. Además, tuvimos la suerte de contar con el responsable de sus efectos
especiales, Chris Orchard, cuya
entrevista en inglés con Leticia Dolera dio lugar a momentos de interpretación
desternillantes (aunque, como es común en este tipo de encuentros, nada interesante
desde el punto de visto cinematográfico). Por cierto, la maestra de ceremonias
aprovechó que la cinta está dirigida por una mujer para reivindicar el Día de
la Mujer, algo que habría resultado más efectivo de no haberse equivocado unas
horas antes con sus palabras “Hoy es el Día de la Mujer”, pronunciadas a las
cinco de la tarde del 7 de marzo. Parece que la actriz aún no se había
despejado tras la siesta que se marcó durante la proyección de Song of the Sea.
Mi vecino Totoro es un acto de fe en la fuerza del cine de animación |
Con Crazy Bitches (y cajas de cereales de regalo) se cerró una jornada tan
variada como fascinante plagada de títulos que sin duda darán que hablar más
allá de esta Muestra (algo que dudo de la mayoría de películas proyectadas el
viernes). Por cierto, Song of of the Sea
no fue la primera joya de animación del día, ya que, por la mañana tuvo lugar la
sesión SyfyKids (dedicada a los más pequeños) con la proyección de Mi
vecino Totoro, la obra maestra confeccionada por Hayao Miyazaki en 1988 para el recién creado estudio Ghibli.
Archiconocida por todos los fans de la Muestra, esta cinta no ha perdido un
ápice de su magia y sigue siendo uno de los reflejos más bellos del amor fraternal
y la necesidad infantil de refugiarse en mundos fantásticos para sobrellevar la
dureza del mundo. Y precisamente esa es una de las metas del cine de fantasía,
terror y ciencia ficción: sumergirnos en universos distintos que nos hagan
olvidar por unas horas nuestros propios problemas. Para quien quiera evadirse
del mundo, diez horas seguidas de Muestra Syfy no podrían resultar ser más efectiva.
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras
Decir que 2Songs of the Sea" merecía el Oscar por encima de "El cuento de la princesa Kaguya" no hace más que augmentar mis ansias por verla...
ResponderEliminarEn realidad cualquiera de las dos habría sido una excelente ganadora, aunque quizá me incline ligeramente por SONG OF THE SEA. Ambas son, eso sí, claramente superiores a las tres cintas estadounidenses con las que competían; lástima que jugaran con desventaja.
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