La última película del siempre polémico Nicolas Winding Refn (de pronto también
conocido como NWR), The Neon Demon (2016), es tan difícil de ver como de comentar, lo que explica la mezcla de
abucheos y aplausos que recibió a su paso por el Festival de Cannes, emulando
así el recibimiento de su previa Solo
Dios perdona (2013). Curiosamente, un par de años antes el realizador danés
dejó el prestigioso certamen con el galardón concerniente a mejor dirección
bajo el brazo gracias a Drive (2011),
cinta que constituyó, no sólo su salida —por el momento definitiva— de su
Dinamarca natal —donde había destacado con cintas como Pusher (1995) o Valhalla
Rising (2009)—, sino también su producción más aclamada hasta la fecha, la
clase de éxito que prácticamente da carta blanca a su creador para hacer lo que
le venga en gana a partir de él.
Recién cumplidos los 18 años, Fanning ha alcanzado con The Neon Demon la madurez en todos los sentidos |
Inspirados por la asesina en serie Elizabeth
Báthory (1560-1614), las debutantes Mary
Laws (autora estadounidense) y Polly
Stenham (dramaturga británica) y el propio realizador confeccionaron un
guion que parte de la clásica premisa de la joven inocente que trata de abrirse
un camino en Hollywood para desembocar poco a poco en una auténtica locura
audiovisual capaz de dejar patidifuso al
crítico más versado. Así describe el realizador el casi azaroso proceso
creativo: “decidí que ya había hecho suficientes películas sobre hombres
violentos y quería hacer una sólo con mujeres, con lo que escribí esta historia
porque mi mujer estaba harta de Asia y, de dejar Copenhague, sólo aceptaría Los
Ángeles. Fui allí y di con esta absolutamente fantástica mujer llamada Elle Fanning para encarnar a la
protagonista”. Acostumbrada a cándidos personajes en cintas comerciales como Super 8 (J. J. Abrams, 2011) o Maléfica (Robert Stromberg, 2014), la
hermana de Dakota Fanning ha dado con su
papel de madurez de forma tan brusca como satisfactoria, apoderándose del
film desde esa primera escena donde vemos su rostro y sus hombros
inquietantemente maquillados, a modo de premonición de los espantos que su
bello cuerpo soportará durante el resto del film. Decir que la joven está
absolutamente radiante es poco, ya que devora la pantalla tanto en su vertiente
más frágil y hermosa como en los momentos donde el relato le exige un carisma
más turbador.
Los carteles de The Neon Demon sacan partido a la belleza de Elle Fanning |
Tal y como hizo David Lynch con
Naomi Watts en Mulholland Drive
(2001), Nicolas Winding Refn aprovecha el comienzo de The Neon Demon para que el espectador se identifique plenamente con
los sueños de la bellamente tímida Elle Fanning, importando poco o nada que la
protagonista se desdibuje a lo largo del resto del metraje, durante el que el
realizador tampoco se esfuerza demasiado en desarrollar al resto de personajes.
Por consiguiente, plantearse por qué las encarnaciones de Jena Malone, Keanu
Reeves o Christina Hendricks
actúan de un modo u otro es tan banal como analizar el film desde el punto de
vista moral. Por supuesto, nos encontramos ante una dura crítica al mundo de la
moda, al “sueño americano” y, sobre todo, a la comercialización del cuerpo
femenino, pero, en realidad, todo eso es lo de menos. Lo que convierte The Neon Demon en una obra única en su
especie es ese inquietante aroma que trasciende la pantalla durante sus
múltiples instantáneas para el recuerdo, desde ese casting donde la tensión se
corta con un cuchillo hasta la inesperada aparición del puma a la luz de la
luna. Así, el sueño de la protagonista se torna poco a poco en una pesadilla
tanto para ella como para un espectador que nunca termina de tener claro qué es
real y qué imaginario.
Imagen promocional de The Neon Demon con el director (Nicolas Winding Refn) en el set de rodaje |
Habiendo explorado el suspense,
la aventura y el thriller, el realizador ha querido esta vez hacer lo propio
con el género de terror, al que ha dotado de una personalidad única con su habitual estética de luces de neón. Visualmente arrollador, el resultado ha sido tachado de machista, vicioso y
repugnante, pero Nicolas Winding Refn lo defiende como un homenaje a esa
belleza tan presente en su vida (la de su mujer, sus hijas y sus actrices): “El
valor de la belleza no cesa de crecer, no cae jamás. Y mientras que su duración
disminuye, nosotros nos obsesionamos cada vez más con ella. A veces esta
obsesión desemboca en una forma de locura”. Esto último es exactamente lo que
hace The Neon Demon, una obra que
comienza sumiéndonos en un mundo místico y sinuoso y termina adentrándose en un
terreno excesivo, perturbador, desconcertante, indignante… pero, precisamente
por todo ello, asombroso e inolvidable.
Da la impresión de que lo mejor del film es Elle Fanning. Sólo por ello ya me la apunto. Luego, según dices, es difícil calificarla de buena, mala e incluso deleznable. Cuando la vea ya te diré.
ResponderEliminarTu reseña me ha gustado. Un abrazo
¡Hola!
ResponderEliminarTuve la oportunidad de ver esta peli en el Festival de cine de Sitges y me fue muy difícil calificarla. ¿Es buena o mala? Reconozco que no es mi tipo de película, pero verla es toda una experiencia y por eso le doy un punto a favor. No deja indiferente a nadie. NWR consigue hacerte experimentar diferentes sentimientos y consigue que vivas la película a pesar de que la historia es toda una pesadilla. ¿La volvería a ver? No lo creo, pero en serio, no me la pude quitar de la cabeza durante varios días.
¡Muy buena reseña!
Saludos!