Hoy en día, el valor social de una película es casi tan importante como su capacidad para entretener. Aunque las películas más exitosas, principalmente comedias y cintas fantásticas, no son el mejor ejemplo de ello, lo cierto es que las obras más impactantes y premiadas suelen serlo por factores al margen de la calidad artística. Incluso la trilogía de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001-2003) es un canto antibelicista además de todo un espectáculo.
La lista de Schindler se hizo con 7 Oscars y es una de las representaciones del nazismo más aclamadas |
Hace poco descubrí los premios de la Political Film Society,
destinados a premiar a las películas con mejores valores. Aunque todavía son
unos galardones poco conocidos, la concienciación de la gente es,
afortunadamente, cada vez mayor, con lo que auguro mayor fama a estos premios
en el futuro. En cualquier caso, creo que son unos galardones encomiables, así
que hoy he decidido dedicarles mi blog para darlos a conocer.
La Political Film Society se formó
en Honolulu en 1986 como un proyecto de la Hawaii Political Studies
Association, pero la sede se trasladó a Hollywood en 1998, donde se convirtió
en una corporación sin ánimo de lucro bajo las leyes del estado de California.
La misión de esta sociedad era potenciar las películas que promueven la
concienciación política, bien por su mensaje positivo, bien por su denuncia
social.
El tratamiento del racismo de Criadas y señoras es algo blanco, pero nunca viene mal un mensaje esperanzador |
En 1988 tuvo lugar la primera
entrega de premios de la Political Film Society. Se establecieron dos galardones,
uno por defensa de los derechos humanos y otro por defensa de la paz. El
primero fue a parar a la interesante Matewan
(John Sayles, 1987), centrada en las protestas de los trabajadores mineros por
las malas condiciones de trabajo y los bajos salarios, mientras que el segundo
cayó en la oscarizada Platoon (Oliver
Stone 1986), un duro retrato de la guerra de Vietnam. Así, quedaron
representadas las dos principales preocupaciones sociales de la época: el
maltrato laboral, ya denunciado en films como Norma Rae (Martin Ritt, 1979) y Silkwood
(Mike Nichols, 1983), y la guerra de Vietnam, reflejada en películas como El regreso (Hal Ashby, 1978) o Apocalypse now (Fracis Ford Coppola,
1979).
Los gritos del silencio cuenta la amistad entre un corresponsal de guerra y su guía nativo en Camboya |
Además, se concedió un llamado
premio especial a la película Los gritos
del silencio (Roland Joffé, 1984), un magnífico drama bélico basado en
hechos reales del conflicto de Camboya. Dicho premio sería entregado fuera de
competición cuando la Sociedad lo considerara oportuno a películas especiales.
Al año siguiente, se establecieron
las cuatro categorías que han permanecido hasta el día de hoy: democracy (democracia), exposé (revelación), peace (paz) y human rights (derechos humanos). Los primeros galardones por
democracia y revelación fueron a parar respectivamente a Un lugar llamado milagro (Robert Redford, 1988), sobre la miseria
debida a la sequía en un pueblo de Nuevo México, y Un grito en la oscuridad (Fred Schepisi, 1988), sobre una madre
(impresionante Meryl Streep) acusada del asesinato de su hija. Vietnam volvió a
alcanzar el protagonismo al hacerse la película Good Morning Vietnam (Barry Levinson, 1987) con el premio de la paz
y el premio especial, mientras que el racismo recibió la atención de los
premios con Grita libertad (Richard
Attenborough, 1987), sobre la amistad entre un periodista blanco y un líder del
movimiento negro.
Mi nombre es Harvey Milk hizo famosa a la injustamente olvidada figura de Milk, pionero del activismo LGTB |
Este último film se hizo con el
galardón de derechos humanos, que tendría muy en cuenta al racismo en años
posteriores, desde la dura Los chicos del
barrio (John Singleton, 1991) hasta la dulcificada Criadas y señoras (Tate Taylor, 2011). A día de hoy, diez películas
de denuncia del racismo se han hecho con este premio, pero con el paso de los
años, se ha prestado más atención a otras temáticas. La importancia de la
homosexualidad y la homofobia fue tenida en cuenta en Go Fish (Rose Toche, 1994), centrada en la vida de un grupo de
lesbianas, y Mi nombre es Harvey Milk
(Gus Van Sant, 2008), sobre el famoso activista gay. Mientras la crueldad del
nazismo era recordada en La lista de
Schindler (Steven Spielberg, 1993), los premios miraban al mundo carcelario
con desconfianza en Homicidio en primer
grado (Marc Rocco, 1995), y La milla
verde (Frank Darabont, 1999).
Mi nombre es Khan muestra el racismo al que se enfrentaron los árabes occidentales tras el 11-S |
Con el paso del tiempo, el premio a
derechos humanos ha mirado hacia casos más concretos y desconocidos. Las hermanas de la Magdalena (Peter
Mullan, 2002) denunciaba los conventos de la Magdalena, que, en nombre de la
Iglesia Católica, obligaban a muchachas sin familia a trabajar sin sueldo como
expiación de pecados como ser demasiado guapa o madre soltera. Los derechos de
las mujeres también son tema fundamental de En
tierra de hombres (Niki Caro, 2005), protagonizada por una excelente
Charlize Theron, denuncia del maltrato de la primeras trabajadoras en una mina
de carbón. Por otro lado, Amazing grace
(Michael Apted, 2006) mostraba los primeros intentos de lucha contra la
esclavitud en el siglo XVIII, Hotel
Rwanda (Terry George, 2004) reflejaba la terrible matanza entre los tutsie
y los hutu, y la excepcional película india Mi
nombre es Khan (Karan Johar, 2011) trataba multitud de temas conflictivos a
través de la bella historia de un chico musulmán con síndrome de Asperger
criado en la India que se encuentra en EE.UU. durante el 11-S.
Algunos vieron apología de guerra en En tierra hostil, pero este film invita a reflexionar sobre una triste realidad |
El premio de la paz ha ido a parar
a todo tipo de films que de forma directa o indirecta muestran un mensaje
pacifista. La mayoría de las premiadas son cintas bélicas como Lazos de guerra (Kang Je-gyu, 2004) y En tierra hostil (Kathryn Bigelow,
2009), pero esto no es indispensable a la hora de recibir este galardón. Grand Canyon (Lawrence Kasdan, 1991) muestra
la deshumanización de Los Angeles, Michael
Collins (Neil Jordan, 1996) habla de
uno de los creadores del IRA, Lumumba
(Raoul Perk, 2000) cuenta la historia del primer Jefe de Estado del Congo y Oh, Jerusalén (Elie Chouraqui, 2006) da
los dos puntos de vista de la creación del Estado de Israel. Muchas de ellas
son películas extranjeras, ya que el único requisito para optar a estos galardones
es ser estrenada en Los Angeles.
Boys don´t cry fue una de las primeras películas en reflejar la realidad y dureza de ser transexual |
El premio exposé lo he traducido como revelación a falta de un sinónimo
claro. Es sin duda el galardón más polémico, pues premia a películas que
investigan y sacan a la luz información de interés general que, en general, no
conviene a personas con bastante poder que harán lo posible por ocultarla. No
sorprende por tanto que Michael Moore tenga uno por Roger y yo (1989), documental que arremete contra las grandes
corporaciones estadounidenses, pero sí que éste sea el único documental premiado
en esta categoría, considerando que éste es el tipo de cine que más verdades
destapa. Caza de brujas (Irwin
Winkler, 1991) reflejó la dura actuación del Comité de Actividades
Antiamericanas durante los años 50, Quiz
show (Robert Redford, 1994) mostró el caso de un concurso amañado de EE.UU.
que lanzó a la popularidad a un concursante que acertó todas las preguntas
durante tres años seguidos, Nixon
(Oliver Stone, 1995) contó la vida del controvertido presidente y Boys don´t cry (Kimberly Pierce, 1999)
mostró el lado más duro y real de la transexualidad de manos de una
impresionante Hilary Swank. Los conflictos estadounidenses tiene preferencia,
pero estos premios también han mirado a otros países con films como la
irlandesa Veronica Guerin (Joel
Schumacher, 2003), sobre la vida de una periodista asesinada, y la china La patrulla de la montaña (Lu Chuan,
2004) sobre la caza ilegal.
Machuca es un excelente reflejo de la dictadura chilena |
Y, por último pero no menos
importante, hablaré del premio a la democracia, destinado a películas educativas
que promueven los valores democráticos y la libertad. Esta categoría ha
premiado a films de todo tipo de géneros y estilos, desde el elitismo en las
escuelas de El club de los poetas muertos
(Peter Weir, 1989) hasta la liberación sexual de Y tu mamá también (Alfonso Cuarón, 2002). Curiosamente, apenas se
ha premiado a dramas políticos estadounidenses del estilo de Ciudadano Bob Roberts (Tim Robbins,
1992) y se ha prestado atención a todos los rincones del Globo, desde la
húngara Sunshine (István Szabó, 1999)
hasta la chilena Machuca (Andrés
Wood, 2004).
El racismo ha sido siempre tema clave de reivindicación estadounidense, reflejada en films como Grita libertad |
Además de estos cuatro galardones,
se empezó entregando un premio especial a las mejores películas sociales y
políticas del año, premiándose a excelentes films como Ciudad doliente (Hou Hsiao-Hsien, 1989) y Adiós a mi concubina (Chen Kaige, 1993), pero a partir de 2001 se
decidió concederlo a películas que habían sido olvidadas por los premios en su
día, tales como Las normas de la casa de
la sidra (Lasse Halström, 1999), en una decisión bastante justa por parte
de la Sociedad, que siempre trata de ser democrática y equitativa, haciendo
honor a los valores que defiende. Las nominadas y ganadoras de cada año son
elegidas por los miembros de la Political Film Society a través de un
formulario de su página web: www.polfilms.com.
Cualquier persona puede convertirse en miembro de la asociación mediante el
pago de cinco dólares, así que yo mismo estoy planteándome hacerlo.
Ya que los límites entre categorías
son difusos y el número de nominadas no tiene límite, a menudo encontramos
títulos repetidos en dos o más categorías, como en el caso de la brillante
cinta alemana Sophie Scholl (Marc
Rothemund, 2005), que optaba a derechos humanos y revelación y se alzó con el
galardón de democracia. Y es que es difícil hablar de democracia sin promover
la paz y defender los derechos humanos, ¿verdad? En el nombre del padre (Jim Sheridan, 1993), Ararat (Atom Egoyan, 2002) o El
jardinero fiel (Fernando Meirelles, 2005) son otros excelentes films
premiados en distintas categorías. Y es que la categoría concreta es lo de
menos: todas las películas mencionadas se caracterizan por su concienciación
social y su defensa de los valores de una sociedad democrática.
Sophie Scholl cuenta la triste y valerosa historia de una joven que se atrevía a desafiar al régimen nazi |
Estas películas no siempre son
agradables de ver, desde luego no como mero entretenimiento, pero sí son películas
necesarias que nos exigen una labor de autoconciencia y nos invitan a
reflexionar. Afortunadamente, cada vez son más las personas que luchan por
crear una sociedad mejor y el cine, siempre acorde a la historia, no se ha
quedado atrás. Tras el auge de films políticos de los años 60, el cine y los
valores sociales han ido de la mano. El año pasado fue muestra de esto, ya que
dos de las triunfadoras de los Political Film Society Awards lo fueron también
en los Oscar. Me refiero a Argo (Ben
Affleck, 2012) y Lincoln (Steven
Spielberg, 2012), que se alzaron con los premios por revelación (de la
emocionante colaboración entre la CIA y el gobierno canadiense para rescatar a
seis diplomáticos estadounidenses escondidos en Irán en 1979) y democracia (la
enmienda de prohibición de la esclavitud en EE.UU. en 1865), respectivamente. Ahora,
solo tenemos dos soluciones: luchar a favor de la justicia o permanecer
impasibles mientras el mundo se sume en la oscuridad. Por suerte, el cine cada
día lo tiene más claro.
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Interesantes y necesarios premios!
ResponderEliminarEs una pena que haciendo una labor tan profunda y necesaria como es la de promover valores positivos sean tan poco conocidos.
Creo que se han convertido en mis premios favoritos.
Yo también le he cogido un aprecio especial, la verdad. Son muy necesarios.
EliminarBuen artículo Juan. Desconocía estos premios y me parece que son muy necesarios. Como dices, muchas de estas películas son incómodas de ver, pero son de obligado visionado diría yo. Muchas veces solo conocemos y nos acercamos a estas injusticias a través del cine, y de ahí la gran importancia que tiene este arte. El cine tiene muchas funciones, más allá del entretenimiento, de la evasión, y esta es una de ellas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy cierto. Siempre digo que no hay que desprestigiar el entretenimiento, pero la labor de este tipo de cine es fantástica y premiarlo me parece una buena forma de reconocerlo. Lo único malo es que la mayoría de las veces las personas que las ven no son las que deberían hacerlo: ¿cuántos homófobos vieron "Mi nombre es Harvey Milk", por ejemplo?
EliminarMe parece una iniciativa muy buena y necesaria. Pese a que la sociedad se va concienciando, queda mucha labor por hacer en temas sociales esenciales como la homosexualidad o la discriminación por color de piel, y no está demás que el cine se encangue de mostrar una realidad (aunque si se hace mal o simplemente por tocar fibras sensibles es muy fácil caer en el ridículo). Me gustó mucho Beginners y sobre los derechos de la mujer islámica, la que puse hace poco Buda explotó por vergüenza. Criadas y Señoras será una de las que caiga próximamente.
ResponderEliminarSaludos.
Excelentes las películas que mencionas. Y "Buda explotó por vergüenza" es además un film imprescindible. Tienes razón en que hay que cuidar el tratamiento, porque una excesiva sensiblería provoca más risa que concienciación (esto es lo que sentí con "El color púrpura", por ejemplo).
EliminarMe parecen unos premios super interesantes, no sabía que existían, pero ahora me voy a mirar las películas que premien para verlas. Eso sí, las premiadas del último año... en fin... Me pregunto cómo es que no premiaron a La Noche Más Oscura?
ResponderEliminarPor muy aburrida que sea "Lincoln", hay que reconocer que plasma muy bien la importante enmienda contra la esclavitud. Y "Argo", además de entretenida, muestra un hecho real que había quedado censurado todos estos años, así que creo que son buenas ganadoras. "La noche más oscura" sin duda habría sido una buena opción para el premio de "exposé" también, pero probablemente influyó en su derrota el modo en que su guionista consiguió el material, ya que, aparentemente, se valió de fuentes secretas e información confidencial de la propia CIA, algo que en EE.UU. no ha gustado demasiado, porque da al país una imagen de falta de protección (por el mismo motivo, sus opciones a los Oscar se esfumaron).
EliminarMe parece muy interesante que empecemos a caer en la cuenta de que el hombre es un animal político y que incluso cuando parece querer evadirse está tomando posiciones. Charley Hell formula el deseo de que el cine se interese por factores de discriminación que producen la infelicidad del hombre. Supongo que reclama que se impliquen más en la defensa de ciertos sectores objeto de discriminación, porque el cine que se hace a menudo responde a modelos institucionales en defensa de la sociedad patriarcal dominante. Es imposible ser neutro (ni una coa, ni otra). Esta es una de las razones por las que me encanta el cine de Duncan Jones. Un saludo.
ResponderEliminarHola, te he concedido un premio agradecimiento en mi blog, espero que te guste!!
ResponderEliminarhttp://tavernamasti.blogspot.com.es/2013/05/premio-bloggero-por-tener-un-blog.html
Saludos! :)