28 marzo 2013

La Biblia en la historia del cine

Los organizadores de las parrillas televisivas lo tienen muy fácil en Semana Santa: historias religiosas que satisfagan la curiosidad de los ateos y las ansias de los creyentes por celebrar su religiosidad. Mañana y tarde. Este año, la idea ganadora la ha tenido Antena 3, cuyo estreno de la miniserie La Biblia (Crispin Reece, Tony Mitchell y Christopher Spencer, 2013) el pasado lunes fue líder de audiencia. Ésta cuenta con cinco episodios sobre acontecimientos varios del libro sagrado, de los cuales Antena 3 emitió ayer el segundo, de nuevo con gran éxito debido quizá a las personas que hayan oído hablar de ella y quieran averiguar si es en efecto tan mala.

La Biblia, miniserie, Adan y Eva, Antena 3
Adán y Eva apenas disponen de unos segundos en 
La Biblia (incluso esta sensual escena es cortada)
Y no quedarán decepcionados. Admito que sé poco de La Biblia, pero si algo sé es que no había chinos luchando con espadas ni hechiceros propagando el poder de Dios. Todo carece de credibilidad, desde el vestuario de tienda de disfraces hasta los escenarios de cartón piedra, pasando por unos efectos visuales indignos de este siglo y una representación de personajes míticos como Abraham o Moisés más propia de un film de aventuras de Ridley Scott que de las sagradas escrituras. Y encima se quiere contar tanto que al final no se cuenta nada. Y es que hay demasiado que contar.
Pero esto no evitó que La Biblia fuera todo un éxito en EE.UU., donde la polémica levantada por las claras similitudes entre el diablo y el presidente Obama no han hecho sino arrastrar más público a verla. Y es que, nos guste o no, las historias bíblicas venden. Bien por religiosidad, bien por cultura, bien por morbo, al final hacer una historia bíblica es casi siempre clave de éxito.

Salomé. Rita Hayworth.
Rita Hayworth es una atractiva y 
excesivamente bondadosa Salomé
Y Hollywood lo sabe bien. De hecho, cuando en plenos años 50 la televisión empezó a alejar a los espectadores de las salas, los productores estadounidenses descubrieron que había dos formas clave de mantener al público: majestuosas pantallas panorámicas e historias bíblicas. De hecho, la primera producción estrenada en CinemaScope (clásico formato entre 2,66 y 2,39 veces más ancho que alto) fue La túnica sagrada (Henry Koster, 1953), sobre un tribuno romano que, tras supervisar la crucifixión de Jesús, recibe su túnica en una apuesta y empieza a escuchar la palabra de Dios. Todo un sinsentido mediocremente interpretado y ambientado que ganó el Globo de Oro a mejor película del año de todos modos.

Aunque en general eran recibidas con poco interés por parte de la crítica, películas como Sansón y Dalila (Cecil B. DeMille, 1949), David y Betsabé (Henry King, 1951), Salomé (Williuam Dieterle, 1953), Salomón y la reina de Saba (King Vidor, 1959) y Sodoma y Gomorra (Robert Aldrich, 1962) atrajeron al público a las salas a menudo con mayor entusiasmo que las ganadoras del Oscar gracias a tratar fragmentos conocidos de La Biblia ambientados con todo lujo de detalles (la mayoría obtenía premios por vestuario y dirección artística aun siendo olvidada por las principales categorías), dirigidas por maestros del cine épico y con estrellas que llenaban de glamour a los personajes bíblicos. ¿Qué mejor que un David/Gregory Peck o una Salomé/Rita Hayworth? El truco, por supuesto, era tomar la historia bíblica y fomentar el romance; así lo describió el magnate Darryl F. Zanuck: Cuando tienes una historia de sexo con atuendos bíblicos, ya puedes montar tu propia fábrica de dinero

Ben-Hur, 1959, William Wyler, Charlon Heston
Ben-Hur es una de las 3 películas
con más Oscars: 11
Aunque ninguna de ellas alcanzó la grandiosidad y éxito de Los diez mandamientos (Cecil B. DeMille, 1956), que recogía la historia de Moisés durante cuatro sorprendentemente cortas horas gracias al sumo cuidado de los detalles de producción y al entretenido (aunque, para qué negarlo, a menudo ridículo) guión. La escena final de la apertura de las aguas fue la gota que colmó el vaso (nunca mejor dicho) y le ganó un merecido Oscar a mejores efectos visuales, sin duda clave a la hora de convertir a esta película en la séptima más taquillera de la historia. Se trataba, por cierto, de un remake de la famosa película de mismo título y director de 1923.

Sin embargo, la culminación del género vino de la mano de Ben-Hur (William Wyler, 1959), que compartía dos puntos con Los diez mandamientos: ser un remake de un film de los años 20 (la prestigiosa versión de 1925, de Fred Niblo) y contar con el protagonismo de Charlon Heston, que obtuvo uno de los 11 premios Oscar del film (y probablemente el más inmerecido de todos). El film épico por excelencia contaba la historia del maldecido tribuno Ben-Hur, quien sobrevive a esclavitud y carreras de cuadrigas y vive paralelamente a Jesús de Nazaret, quien siempre está presente pese a no ser nunca mostrado de frente. Todo un mensaje de esperanza religiosa que hoy resulta ridículo pero en su día hizo las delicias de crítica y público. En cualquier caso, es todo un espectáculo.

La Biblia. Película bíblica. Arca de Noé.
La película La Biblia es lenta y pesada, pero dispone de una portentosa 
fotografía y una cuidada banda sonora (su única nominación al Oscar)
Al comprobar el éxito que este tipo de producciones tenía entre el gran público, en 1966 la 20th Century Fox decidió pasarse una vez más –tres años atrás habían protagonizado el mayor resbalón de la historia del cine con la desastrosa y colosal Cleopatra (Joseph L. Mankievietz, 1963)– de lista y realizar la “película bíblica definitiva”. Su nombre era sencillamente La Biblia, su director el gran John Huston y su trama los 22 primeros capítulos del génesis. El resultado son tres horas de narración desligada que nos muestra a un ritmo insufriblemente pausado las historias de la Creación, el Arca de Noé, la Torre de Babel, Sodoma y Gomorra y Abraham. Salvo por el entretenimiento de ver a numerosos animales acceder al Arca de Noé (algo que, por cierto, debió costar al estudio una fortuna que no creo que recuperara) y la transformación de los míticos George C. Scott, Ava Gardner, Peter O'Toole y el propio Huston en Abraham, Sara, el Ángel Exterminador y Noé, respectivamente, la película era demasiado lenta para el gran público y demasiado estática para la crítica especializada y fue todo un fracaso. De hecho, su título original era The Bible: In the Beginning…, probablemente con la intención de realizar más capítulos más adelante, pero nadie quiso tomar el relevo. Eso sí, al contrario de la miniserie que mencioné al principio, por lo menos esta versión nos permite comprender algo de los pocos acontecimientos que trata y ofrece de ellos una imagen aproximada de lo que imaginamos.

Gregory Peck en David y Betsabé
Uno de los primeros papeles de Gregory Peck es
el del mítico protagonista de David y Betsabé
A esta película no le dio tiempo a llegar a Jesús, pero lo cierto es que no hacía ninguna falta, porque un año antes se había estrenado La historia más grande jamás contada (George Stevens, David Lean y Jean Negulesco, 1965), una superproducción enormemente publicitada que tuvo la mala suerte de coincidir en cartelera con Sonrisas y lágrimas, de Robert Wise, y Doctor Zhivago, de David Lean, dos de las películas más taquilleras de todos los tiempos. Al mal recibimiento que dio la crítica a esta interminable historia de Jesús se unió un resultado de taquilla muy pobre que ni siquiera recuperó los 20 millones de dólares de inversión. De hecho, no recaudó ni la mitad que la historia de Jesús por excelencia, Rey de reyes (Nicholas Ray, 1961), con la diferencia de que el presupuesto de esta apenas pasaba de los 5 millones. Esta película es una de las más amenas que se han realizado sobre la figura de Jesús, quien es prácticamente un personaje más entre discípulos y romanos, y cuenta nada más y nada menos que con Carmen Sevilla en el papel de María Magdalena.

Sansón y Dalila
Sansón y Dalila fue todo un éxito de público
y obtuvo Oscars a vestuario y decoración
Este último dato es menos sorprendente de lo que aparenta considerando que la película fue rodada en España en una época en que Hollywood se dio cuenta de que grabar fuera de las fronteras estadounidenses era más barato y a menudo más efectivo. Fue así como España e Italia se convirtieron en sede de películas tan míticas como El Cid (Anthony Mann, 1961), otra cita indispensable para Semana Santa pese a no centrarse en la religión como tal.

Y, hablando de cine extranjero, EE.UU. no fue el único país que trató de sacar partido del auge de historias religiosas de los años 50 y 60. España recurrió a una de las historias más intrigantes en El beso de Judas (Rafael Gil, 1954), México dio a María el protagonismo que se merece en Reina de reinas: La Virgen María (Miguel Contreras Torreras, 1945) e Italia retrató La pasión según San Mateo (1964) al estilo neorrealista pero sin apartarse del texto bíblico. Esta última era obra del cristiano y polémico Pier Paolo Pasolini y una de las pocas producciones bíblicas no estadounidenses que ha conseguido un estatus internacional. 

La vida de Brian, película
Una de las mejores escenas de La vida de Brian presenta
a unos religiosos con muchas ganas de apedrear
Los fracasos de las producciones sesenteras dejaron claro que el público había tenido suficiente y dieron paso a un cine más violento y social en el que los mensajes evangélicos tenían poca cabida. Sin embargo, esta etapa tendría gran influencia en el tratamiento posterior de las escrituras bíblicas.

De hecho, tan solo unos años antes, una película como La vida de Brian (Terry Jones, 1979) habría sido impensable. Y su estreno en EE.UU. literalmente imposible, pues el Código Hays, publicado por los productores estadounidenses en 1934, prohibía (entre otras muchas cosas absurdas) todo tipo de tratamiento negativo, vulgar o irreverente de la religión y tuvo validez hasta 1967. Eso explica (en parte) porqué todas las superproducciones hollywoodienses de los años 30, 40 y 50 son tan increíblemente puritanas. Pero con el movimiento hippy de telón de fondo, la parodia La vida de Brian fue posible. Se trataba de la historia de un joven que, por un cúmulo de equívocos y casualidades, termina confundiendo su vida con la del propio Cristo, hasta el punto de no saberse quién es quién. Aunque por momentos roza la vulgaridad, se trata de toda una sátira llena de memorables gags de manos de los divertidos Monty Python.

La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese
El humano Jesús de La última tentación de Cristo
no gustó demasiado pese a ser fiel a su destino
La película, publicitada como “No es el Mesías, es un chico muy malo” fue recibida con odio por las cumbres eclesiásticas y popularizó la canción “Always look on the bright side of life”, cantada con desenfado por los pobres crucificados en la escena de humor más negro de la historia. Aunque para canciones las de Jesucristo Superstar (Norman Jewison, 1973), irregular musical sobre la vida de Cristo basado en la obra teatral de Broadway. Se trataba de un intento de acercar la figura de Jesús a los jóvenes, pero la versión super estrella del mismo no gustó demasiado en algunas esferas. Personalmente, no veo qué necesidad había de convertir a Jesucristo en una estrella del pop, pero de todos modos la polémica no fue nada comparada con la que surgiría años después por culpa de uno de los directores más prestigiosos de Hollywood.

Así, en 1988 Martin Scorsese estrenó La última tentación de Cristo y en esta ocasión el problema no era el humor ni la irreverencia, sino todo lo contrario. El Jesús de Scorsese era sencillamente demasiado humano. Tanto siglo vendiéndonos al hijo de Dios como la persona pura por excelencia y aquí encontramos a un hombre martirizado y con dudas cuya última tentación es una mujer. Sin duda, se trata del Jesús más creíble que ha presentado el cine, pero también del más odiado por el Vaticano. Personalidades como Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcuta tacharon la película de blasfema y miembros del Opus Dei acudieron a las salas para apedrear a los espectadores. ¿A qué tenían tanto miedo?, me pregunto.

El príncipe de Egipto, película sobre Moisés de DreamWorks
El príncipe de Egipto es la primera película de
animación del prestigioso estudio DreamWorks
De todos modos, parece que tanta polémica terminó cansando a Hollywood, que volvió a dejar de lado a La Biblia para centrarse en historias menos comprometidas. No obstante, los profesores de religión empezaban a no saber de qué hablar con tantas horas semanales de clase y algunos cineastas decidieron acudir en su ayuda. DreamWorks nos regaló la mejor versión de la historia de Moises que ha dado el cine, y lo hizo en forma de musical animado, pero desde la comprensión y el respeto. El príncipe de Egipto (Simon Wells, Steve Hickner y Brenda Chapman, 1998) es una de las pocas películas religiosas destinadas a un público tanto ateo como creyente, sin sonrojar al primero ni insultar al segundo. La narración es ágil, las canciones maravillosas y el diseño de animación muy agradable sin dejar por ello de ser acorde a las sagradas escrituras.  

Una técnica similar fue empleada para Joseph: Rey de los Sueños (Rob LaDuca y Robert C. Ramírez, 2000), sobre el don para leer los sueños del hijo de Jacob, José. Pero esta vez DreamWorks se permitió más concesiones y a la vez menos originalidad. El mismo año se estrenó El hombre que hacía milagros (Derek W. Hayes y Stanislav Sokolov, 2000), una acertada versión británica en stop-motion de la vida de Jesús. Incluso Argentina se atrevió con su alegre aunque tonta versión de El arca de Noé (Juan Pablo Buscarini, 2007).

Los diez mandamientos, Charlon Heston es Moisés
Los diez mandamientos es la película bíblica más
querida de todas las creadas durante los 50 y 60
Con estas excepciones animadas, el Padre, el Hijo y Espíritu Santo han quedado apartados de las salas casi por completo. Por supuesto, tenía que ser el cineasta religioso radical por excelencia el que diera la nota con La pasión de Cristo (2004), en la que Mel Gibson une sus dos grandes pasiones: la religión y la tortura, otorgándonos dos horas de sufrimiento tanto ajeno como propio (la obra se centra en las últimas horas de la vida de Jesús y prácticamente las vivimos con él). Sádica para algunos, conmovedora para otros, la película fue criticada por su excesiva violencia, pero esto no importó demasiado a las esferas eclesiásticas, que la vieron como una forma de evangelizar a los no creyentes e incluso dispusieron mesas informativas a la salida de las salas. Además, fue todo un éxito de público pese a estar rodada en arameo, latín y hebreo, con lo que, por lo menos, debemos agradecerle la contribución al cine en versión original.

Aunque el mundo es cada vez menos religioso, está claro que La Biblia vende. Y así ha sido siempre. De hecho, una de las primeras obras que se recuerdan es la francesa Vida y pasión de Jesucristo (Lucien Nonguet y  Ferdinand Zecca, 1903), una serie de estampas que fue utilizada en la evangelización por África y Asia a principios de siglo. De todos modos, los éxitos religiosos de las últimas décadas han dejado claro que el cine no es lugar de evangelización, pues las obras religiosas obtienen su éxito por el entretenimiento, la polémica y la morbosidad más que por su carácter religioso. Yo me quedo con El príncipe de Egipto que logra convertir a la religión en un mensaje positivo de amor y esperanza, es decir, justo lo que los eclesiásticos deberían haber hecho siempre.


© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras


15 comentarios:

  1. Yo también me quedo con el Príncipe de Egipto, y de hecho me han entrado ganas de volver a verla. El resto de películas son en general desagradables, aburridas y absurdas, aunque tras la descripción que has dado de la serie: La Biblia me entran ganas de verla solo por reírme un rato; me pregunto a quien se le ocurriría la idea de hacer a Satán negro y encima igual al presidente... en fin...XD

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    1. No te pierdas al chino jugando con espaditas: es un ángel xD

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  2. No sólo las cadenas de televisión completan estos días sus parrillas con cine religioso y bíblico,sino que comercios especializados en cine, música y literatura como FNAC han dispuesto stanterías con recopilaciones del género peplum-religioso. En la trayectoria que has diseñado en tu post se ve con claridad que lo que menos ha importado hasta el momento en este tipo de películas es la rigurosidad histórica o la ambientación socio-cultural. En 'La caída del imperio romano', un film realizado ad usum de Sofía Loren, la protagonista viste 'según los usos, también deformados' de la Edad Media,los que más la favorecen, y estremece pensar en los intereses que guiaban al productor Samuel Bronston cuando llegó a España en busca de un lugar barato para realizar su gran superproducción. En esta obra no se cortan al colocar un 'mozo perchero' entre el mobiliario de la estancia. Las persecuciones de cristianos han sido muy manipuladas, pero los mismos a quienes les encanta este tipo de realizaciones, osan hacer un minucioso examen de los errores de Ridley Scott en 'Gladiator', que incorpora bellísima imágenes del perro como protector, acompañante de los Dioses Penates, y una arenga muy romana, frente a la griega de Alejandro Magno de Oliver Stone. Voy a frenarme, porque me encanta este tema.

    'La vida de Brian' es otro historia. Es una metáfora del funcionamiento político y social de los pueblos como se han hecho pocas. La secuencia de los suicidas, que indignaba a sectores muy radicales del público no tiene precio, y el canto de los crucificados, perdida toda esperanza, es impagable. Todavía no se ha creado el caldo de cultivo para que hoy se hagan cosas así.

    Un saludo, y gracias por permitir que los demás hagamos estas reflexiones, inspiradas en las tuyas.

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    1. Muchas gracias a ti por tus siempre interesantes aportaciones :)

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    1. La verdad es que su "Jesús de Nazaret" (1977) es bastante icónico, pero tan solo fue pasado por televisión y es excesivamente larga. Eso sí, Zeffirelli levantó su voz para criticar, tanto "La última tentación de Cristo", como "La pasión de Cristo", por motivos distintos, claro, siempre desde su perspectiva ultra-religiosa, que también muestra el telefilm que dirigió.

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  4. No he visto 'La Biblia' y es que en este caso me quedo con los clásicos aunque 'Jesús de Nazaret' no es tan tan clásica. La que más me ha impactado por su crueldad es 'La Pasión de Cristo' de Gibson.
    'Quo vadis', 'Los Diez Mandamientos', 'Ben Hur'... no me canso de verlas!! Luego hay otras que aunque mucho menores tienen grandes estrellas en su reparto y merecen su momento para disfrutarlas y poco más.
    Saludos.

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  5. Buena página de cine. Mi nuevo blog: http://todocinemaniacos.com.

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  6. Desconozco si miniseria de Antena 3 de la Biblia no es buena, pero Adam se deja ver muy bien. Gran artículo. FRC

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    1. Creo que todos coincidimos en que los Adán y Eva de la imagen de La Biblia son muy sexys. Lo raro es que esa imagen no fue utilizada en la miniserie, que apenas dedica unos planos a ambos protagonistas y ni siquiera les enfoca al rostro, así que decidí darles el protagonismo que merecen poniendo su foto. Gracias por el comentario.

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  7. Excelente post Juan, muchas gracias por compartirlo. Te quiero invitar a mi nuevo Blog de Cine de Terror que seguramente te gustará, espero tus comentarios en:
    http://terror-en-el-cine.blogspot.com/

    Un gran saludo, Oz.

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  8. ¡Hola Juan! Nosotros nos quedamos, sobre todo, con 'La vida de Brian' (absolutamente deternillante) y 'El príncipe de Egipto' -qué canción!-.

    ¡Muchos saludos y felicidades de nuevo por tu trabajo, nos encantan estas retrospectivas que haces!

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  9. Sin dudarlo, yo también me quedo con El príncipe de Egipto, qué peli tan genial! Por cierto.......... qué fuerte lo de la gente del Opus Dei que iba a tirar piedras.... jajajaja es difícil de creer, dónde está su respeto y amor al prójimo! jajaja

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  10. JESUSCHRIST SUPERSTAR, IRREGULAR???...Lo que pasa aquí es que huele a que gusta más Broadway que el West End londinense :P Pero creo que en esos tiempos era una apuesta muy buena: estaban empezando a salir los musicales no-clásicos (entiéndase, musical en que todo es música orquestal, bailes bonitos y mucha sonrisa) y también alejado de los cabaret-like que también estaban poniéndose de moda...de hecho, yo lo veo además como uno de los primeros hits del musical europeo frente al americano, porque las influencias eran sobre todo de grupos como The Who, Pink Floyd y cia. Y el tema, creo que pega de lo mejor en la época también: empieza a haber mucha más libertad religiosa en el mundo anglosajón, se empiezan a hacer cosas como esta que liberan a "Jesús" de la presencia obligatoria en la iglesia (otro ejemplo es "Godspell" estrenado también en el mismo año). De hecho, aunque trata la historia de Jesús en sus últimos días, el final del musical deja claro la intención de los autores para con la historia de Jesús, y la música es bastante original para la época ("Gethsemane", que canta Jesús en el huerto de los olivos, es perfectamente un reto para un buen cantante de rock). Yo lo veo una vuelta de tuerca a todo lo que había, pero también creo, que no se puede comparar con grandes películas o superproducciones, porque esto era un musical que debido al éxito se llevo al escenario, no una Gibsonada XD

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    1. jeje, no se trata de mí; en general esa película no tiene buena fama y de todos modos "irregular" no es un adjetivo tan malo! Algunas canciones son buenas, pero en general sencillamente es una película que me da mal rollo (al igual que la obra original), porque mezclar a Jesucristo con el musical no me convence en absoluto. Por supuesto es una opinión personal, pero no me habría lanzado a categorizarla de "irregular" si no fuera por los muchos críticos que me avalan. Eso sí, tu opinión es bienvenida, por supuesto; ¡gracias por compartirla! :)

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