Desde que debutaran
extraordinariamente con Catfish (2010), un falso —¿o no?— documental
casero sobre un joven neoyorkino que viaja a Michigan a ver a una chica que ha
conocido por Facebook que fue vendido como “historia real”, Henry Joost y Ariel Schulman han estado ocupados con una de las sagas de terror
más populares de los últimos años, para la que han confeccionado las irregulares
Paranormal Activity 3 (2011) y Paranormal Activity 4 (2012). Seis años
más tarde, han regresado por fin al terreno que mejor controlan: la reflexión
sobre la era de internet. Lo han hecho con Nerve (2016), un thriller bastante
más comercial que su ópera prima dispuesto a conquistar los corazones
adolescentes con su trepidante ritmo, posmoderna estética y encantador reparto.
Dave Franco y Emma Roberts ofrecen romanticismo entre el ritmo trepidante y la crítica social |
Y tú, ¿eres jugador u observador? |
Sobra decir que Nerve se queda corta a la hora de
reflexionar sobre todo esto, limitándose a presentar un sencillo producto
comercial en el que la coherencia brilla por su ausencia pero no así la
emotividad y el divertimento. Gran parte de la culpa la tiene el encantador
reparto adolescente liderado por Emma
Roberts y Dave Franco; ella es
la sobrina de Julia Roberts y él, el hermano de James Franco, con lo que sus
gestos provocan ocasionales déjà vus,
pero ambos revelan su propio carisma, como ya probaron respectivamente en Nancy Drew. Misterio en las colinas de
Hollywood (Andrew Fleming, 2007) y Ahora
me ves… (Louis Leterrier, 2013). Pero el elemento más atractivo del film,
al menos de cara al público adolescente al que va eminentemente dirigido, es la
puesta en escena cibernauta plagada de rítmicos movimientos de cámara, hipnóticas
luces de neón y fugaces mensajes superpuestos, perfectamente acorde a la
historia que se está contando. De acuerdo: el mensaje es simple y el desarrollo,
inverosímil, pero sin ponerse demasiado exigentes el entretenimiento está
asegurado.
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