28 febrero 2018

Quiniela de Premios Óscar 2018: predicciones y favoritos

La 90ª Oscar Race llega a su fin el 4 de marzo y ahora toca augurar y desear. Como siempre [ver 2013, 2014, 2015, 2016 y 2017] he preparado una quiniela que combina mis predicciones y mis deseos categoría por categoría. Tal y como hice por primera vez el año pasado, he incluido el detalle de los porcentajes (o sea, cuán probable es la victoria de cada candidato y cuán feliz sería yo con cada resultado). Antes, os recomiendo el comentario de las nominaciones [ver].

MEJOR PELÍCULA


Predicción Preferencia

 30% Tres anuncios en las afueras | 1 | Call Me by Your Name 40%
25% ● La forma del agua | 2 | Lady Bird ● 35%
20%● Lady Bird | 3 | La forma del agua ● 10%
10% ● Déjame salir | 4 | El hilo invisible ● 10%
5% ● Call Me by Your Name | 5 | Déjame salir ● 5%
5% ● El hilo invisible | 6 | Tres anuncios en las afueras ● 0%
5% ● Dunkerque | 7 | Dunkerque ● 0%
0% ● El instante más oscuro | 8 | Los archivos del Pentágono ● 0%
0% ● Los archivos del Pentágono | 9 | El instante más oscuro ● 0%

Pocas veces ha estado el Óscar a mejor película más reñido, lo cual resulta especialmente chocante considerando que casi todas las demás estatuillas son relativamente fáciles de predecir. En principio, los triunfos en los Globos de Oro, los SAG y los BAFTA convierten a Tres anuncios en las afueras en la favorita, pero La forma del agua no se lo pondrá fácil al haber triunfado en los Critics’ Choice Awards, los PGA y los DGA. Sin embargo, ya que ambas cuentan con serios detractores (y, por consiguiente, pierden puntos en el sistema de votación preferencial), no es inviable que Lady Bird, Déjame salir o incluso Call Me by Your Name den la campanada, avaladas además las tres por el apoyo de tres comunidades que piden a gritos mayor representación en la Oscar Race: las mujeres, los afroamericanos y los homosexuales. Personalmente, me quedo con la delicadeza de la última cinta mencionada, una absoluta delicia sobre el poder del enamoramiento.

04 febrero 2018

Premios Goya 2018: triunfo del feminismo y la multiculturalidad

Lo que mal empieza, mal acaba. Y la trigésimo segunda edición de los Premios Goya no pudo empezar peor, con dos presentadores completamente fuera de lugar que no lograron despertar carcajadas ni recurriendo a los golpes más bajos imaginables: que Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla no vuelvan, por favor. Entre eso, la falta de ritmo (pasada la hora y media apenas se había dado galardón de interés alguno) y los errores de producción de principiante (sobres que no aparecían a tiempo, planos que desvelaban el teleprónter o las nada estéticas butacas vacías, etc.), el resultado fue uno de los peores que se recuerdan aun cuando, por suerte, el canto feminista logró que la noche fuera memorable en el mejor sentido del vocablo.

Isabel Coixet y Carla Simón fueron el rostro
del éxito del movimiento #MásMujeres
Así, Nora Navas, vicepresidenta segunda de la Academia, prometió un paso adelante por la paridad, por la igualdad de oportunidades y para derrotar la superioridad de género, responsable de la violencia de género, Leticia Dolera y Paula Ortiz recordaron que las mujeres constituyen la mitad del mundo… y la mitad de la imaginación, y finalmente La Terremoto de Alcorcón trajo datos tan deprimentes como que no había una sola mujer nominada en categorías como fotografía, música, animación o sonido, que sólo 30 de los 135 nominados eran mujeres (12 de ellas, en categorías de interpretación femenina, «que sólo faltaría que los nominaran ahí a ellos también»…), que sólo el 34% de los papeles protagonistas recaen en mujeres y que estas cobran un 40% menos, todo ello antes de dirigirse a varones del público con frases habitualmente reservadas para ellas, en relación a atuendos, embarazos y arroz que se pasa. Entretanto, toda la sala se teñía de rojo con abanicos que pedían algo tan simple como “más mujeres”, algo irónico considerando que la propia —desastrosa— gala estaba orquestada principalmente por hombres, hipocresía que la siempre punzante Dolera recordó en cuanto tuvo oportunidad: «os ha quedado un campo de nabos precioso».