Festival de San Sebastián 2014: estrellas (más que en el cielo)

Los donostiarras fanáticos del cine están de suerte cada septiembre, porque el Festival de San Sebastián marca una de las concentraciones de estrellas cinematográficas más importantes del año. En su 62ª edición, son muchos los directores, intérpretes y demás profesionales que han pasado por la bella ciudad vasca, dando a sus seguidores la oportunidad de verlos de cerca, escucharles… e incluso hablar con ellos. Como parte de esta serie de especiales sobre el festival (cuyo palmarés podéis consultar aquí), hoy voy a hablar un poco sobre las estrellas del mismo.

"Soy un tipo ordinario con un trabajo extraordinario",
dijo Denzel Washington al aceptar el Premio Donostia

El festival empezó a lo grande con la presencia de Denzel Washington, galardonado con el Premio Donostia por una interesante carrera que incluye dos Oscars por Tiempos de gloria (Edward Zwick, 1989) y Día de entrenamiento (2001); Antoine Fuqua, responsable de esta última, es también el director de El protector, película de inauguración del festival. Es esta una obra menor, donde la violencia es el único aliciente, con lo que sorprende su elección para inaugurar un año de tanta calidad. Tanto el actor como el director se mostraron agradables con el público, dispuestos a tomarse fotos con todos los interesados. Del mismo modo actuó Willem Dafoe, correcto protagonista de Pasolini, irregular retrato de Abel Ferrara sobre las últimas horas del polémico cineasta italiano.

Leonardo Sbaraglia, Ricardo Darín y Pedro Almodóvar
presentaron la exitosa Relatos salvajes en 'Perlas'

En contraposición, Ricardo Darín volvió a demostrar que la simpatía que irradia en sus películas se aleja bastante de la realidad. Está claro que para el prestigioso actor argentino, su trabajo era presentar la hilarante Relatos salvajes (Damián Szifrón) —conjunto de historias llenas de acción y humor negro sobre personajes hartos de la sociedad que terminan explotando— y no hacerse fotos con los fans. Bastante más agradable se mostró su compañero de reparto Leonardo Sbaraglia, quien terminaría recogiendo el Premio del Público a mejor película europea en nombre del film. El productor de la cinta, que podría optar al próximo Oscar a mejor cinta extranjera, no es otro que el simpático Pedro Almodóvar, quien aterrizó en San Sebastián precisamente el día de su cumpleaños y no pudo librarse de escuchar el “Cumpleaños feliz” en más de una ocasión.

Viggo Mortensen volvió a dejar claro cuán poco
le gusta actuar como una estrella

Al igual que Darín, Viggo Mortensen llegó al Hotel María Cristina (donde se alojaban casi todos los famosos) bastante cansado y se dirigió a su habitación prácticamente sin mirar a sus fans, actitud por la que fue incluso criticado por la prensa y tachado de ‘divo’ por aquéllos que desconocen lo poco dado al glamour que es el actor; no obstante, durante la presentación de Jauja, del argentino Lisandro Alonso, cinta que debe su nombre a una tierra mitológica de abundancia que nadie logró jamás encontrar, se mostró bastante más animado. Pese a contar con el premio FIPRESCI de la sección “Un certain regard” de Cannes, la película pasó bastante desapercibida, quizá porque la sección donde participaba (‘Horizontes latinos’) parece más apropiada para obras de corte más humilde.

Orlando Bloom se ganó al público al llegar en moto
a la presentación del documental que produce

Su compañero de reparto en la trilogía de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001-2003), Orlando Bloom, causó sensación al llegar en moto a las doce de la noche a la presentación del documental del que es productor, The Greasy Hands Preachers (Arthur de Kersauson y Clément Beauvais), una exploración del renacer del trabajo manual a través de entusiastas de la moto que han aprendido a disfrutar de la vida, presentada en la aventurera sección ‘Savage Cinema’.

El popular Josh Hutcherson fue el más simpático
y aplaudido de la alfombra roja

Sin embargo, quien más pasiones levantó fue el jovencísimo Josh Hutcherson, estrella de Un puente hacia Terabithia (Gabor Csupo, 2007) y la saga iniciada por Los juegos del hambre (Gary Ross, 2012). Miles de jóvenes se acomodaron a los lados de la alfombra roja para esperarle y pedirle autógrafos (a menudo, en los libros de Suzanne Collins en cuya escritura, por supuesto, el joven no tuvo nada que ver) y fotos, a lo que el actor respondió con la simpatía y humildad que lo caracterizan; no obstante, debemos dar gracias de que no hubiera ningún accidente cuando el intérprete se subió al coche y varios fanáticos le persiguieron por carretera hasta quedarse sin aliento.

Benicio del Toro dedicó el Premio Donostia
a su Puerto Rico natal

La presencia del joven en el festival se debía a que es el protagonista de la cinta de clausura de la sección ‘Perlas’: Escobar: Paraíso Perdido (ópera prima de Andrea di Stefano), irregular retrato de la polémica figura de Pablo Escobar a través de la relación entre su sobrina y un surfero canadiense. Aunque Hutcherson y la española Claudia Traisac (pareja en la vida real, secreto a voces) realizan buenos trabajos, la verdadera estrella del film es el puertorriqueño Benicio del Toro, galardonado con el segundo Premio Donostia del año por una prestigiosa carrera que incluye grandes trabajos en Sospechosos habituales (Bryan Singer, 1995), Snatch. Cerdos y diamantes (Guy Ritchie, 2000), Traffic (Steven Soderbergh, 2000) —Oscar como mejor actor secundario—, 21 gramos (Alejandro González Iñárritu, 2003) y el díptico sobre la figura del Che (Steven Soderbergh, 2008), que le valió el premio interpretativo en Cannes.

Los protagonistas de Una segunda oportunidad
acompañaron a su directora, Susanne Bier

Hace unos años Del Toro nos regaló una de sus mejores interpretaciones en Cosas que perdimos en el fuego (2007), de la fantástica cineasta danesa Susanne Bier, quien llegó al festival para presentar su última obra, la cruda Una segunda oportunidad. Agradable y cercana, la cineasta se acercó a los fans con naturalidad, consciente de que la mayoría de los chillidos de emoción no la recibían a ella, sino al protagonista del film: Nikolaj Coster-Waldau, estrella de la serie Juego de Tronos (2011), quien se tomó decenas de selfies con los fans dando muestra de gran paciencia y simpatía. Lo cierto es que el joven tiene la fama merecida, porque su trabajo en la película es impecable. A su sombra quedaron sus excelentes compañeros de reparto, la sueco-noruega Maria Bonnevie y el danés Nikolaj Lie Kaas, quienes apenas recibieron atención mediática pese a tratarse de dos de los intérpretes más prestigiosos del cine escandinavo.

Poco interesada en el estrellato, la sueca Noomi Rapace
presentó La entrega con una original trenza rubia

Algo similar sucedió con Romain Duris y Anaïs Demoustier, protagonistas de la divertida Una nueva amiga, nuevo trabajo del genial François Ozon, ganador de la Concha de Oro hace dos años por En la casa (2012). Los tres fueron prácticamente ignorados al entrar al Kursaal a presentar la obra pero muy aplaudidos a su salida, cuando el público ya sabía de quiénes se trataba; cientos de flashes se lanzaron entonces contra sus permanentes sonrisas. También irreconocible, pero en esta ocasión debido a su moderno look, estaba la protagonista del emocionante thriller La entrega (Michaël R. Roskan), Noomi Rapace, lanzada a la fama por Los hombres que no amaban a las mujeres (Niels Arden Oplev, 2009), donde mostraba una imagen bastante diferente.

Los artífices de La isla mínima cosecharon
los frutos del cine español de buena calidad

Más reconocidos fueron Raúl Arévalo, Antonio de la Torre y la nueva estrella del cine español Jesús Castro (reciente revelación en El Niño, de Daniel Monzón), los protagonistas de La isla mínima, de Alberto Rodríguez, aclamada cinta de intriga que deberá pelear con Magical Girl, de Carlos Vermut (Concha de Oro del año y regreso del prestigioso José Sacristán al festival después de ganar la Concha de Plata hace dos años por El muerto y ser feliz, de Javier Rebollo) por los próximos premios Goya. Dotada de una fantástica atmósfera de oscuridad y peligro latente, la película se ganó a crítica y público, aunque sus intérpretes no destacan demasiado (con excepción de Javier Gutiérrez, quien no pudo recoger su premio a mejor actor por motivos de trabajo). La que sí recogió el suyo fue la danesa Paprika Steen (Silent heart, gran trabajo de Bille August sobre una madre de familia enferma que decide poner fin a su vida antes de que su salud empeore demasiado, causando estragos en el núcleo familiar) quien aprovechó para reivindicar (indirectamente) la existencia de papeles para mujeres de su edad.

La joven directora de Edén llegó al festival
muy bien acompañada por su sexy reparto

El festival también contó con la presencia de Antonio Banderas (Autómata, de Gabe Ibáñez), John Malkovich (Casanova Variations, de Michael Sturminger) y Omar Sy y Charlotte Gainsbourg (Samba, bochorno de los responsables de Intocable (2012), Eric Toledano y Olivier Nakache), pero el mal recibimiento de las películas que presentaban restó interés a la misma. En cuanto a cineastas, conviene destacar a Mia Hansen-Løve (quien presentó la moderna Edén rodeada de su sexy y joven reparto masculino), Borja Cobeaga (co-guionista de Ocho apellidos vascos, de Emilio Martínez-Lázaro, y ganador del Premio del Cine Vasco por Negociador), Diao Yinan (cuya extraña Black Coal fue por completo denostada pese a contar con el Oso de Oro de Berlín), Ira Sachs (que encandiló a todos con la tierna historia de una pareja homosexual madura en Love is strange), Diego Luna (cuyo César Chávez fue muy bien acogido por el público, aunque no tanto por la crítica),  Céline Sciamma (ganadora del premio TVE Otra Mirada por la genial Girlhood, tres años después de sorprendernos con Tomboy) y Lasse Hallström,cuya entretenida Un viaje de diez metros inauguró la sección Culinary Zinema, en la que Wayne Wang presentó Soul of a banquet, documental sobre la mujer que introdujo la auténtica comida china en EE. UU., Cecilia Chiang.

Mi selfie con la gran Jessica Chastain

Sin embargo, quizá la más esperada y aclamada de todos los cineastas y artistas que pasaron por la 62ª edición del festival sea la maravillosa Jessica Chastain, una de las actrices más admiradas del momento por trabajos tan distintos como El árbol de la vida (Terrence Malick, 2011), Criadas y señoras (Tate Taylor, 2011) y La noche más oscura (Kathryn Bigelow, 2012), con la que se quedó a las puertas del Oscar a mejor actriz, al que podría volver a optar este año con A Most Violent Year, de J. C. Chandor. Sin embargo, no fue ésta la película que presentó en el festival, sino La desaparición de Eleanor Rigby, primer trabajo de Ned Benson; la versión presentada fue ‘ellos’, pero la obra cuenta también con las versiones ‘él’ y ‘ella’, que narran la misma historia centrándose en las perspectivas de los dos protagonistas (‘él’ es el británico James McAvoy, quien no pudo pasar por la ciudad vasca) y son mucho más interesantes. La prestigiosa actriz dedicó horas diarias a charlas con los fans, firmar autógrafos y hacerse fotos, dando muestra de una naturalidad que, esperemos, no pierde conforme vaya alcanzando más y más fama (algo que, seguro, ocurrirá).

Entre las llegadas al Hotel María Cristina, las ruedas de prensa en el Kursaal y las presentaciones de las películas entre el Kursaal y el Victoria Eugenia, el festival de San Sebastián es uno de los que más acerca público y estrellas y quizá por ello uno de los más queridos del mundo. Tal vez por eso son tantas las estrellas españolas que han hecho un hueco en sus agendas para el evento: Carlos Areces (DJ de la carpa Keler), Maribel Verdú, Imanol Arias, Carmen Machi, Clara Lago, Marisa Paredes, Unax Ugalde, Paco León, Carmina Barrios… Realmente, este festival es una fiesta del cine y una constante declaración de amor al mismo, donde las emociones y sorpresas se suceden ininterrumpidamente gracias al polvo de estrellas que flota en el ambiente.

© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures

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