Considerado el “Stephen King de
la literatura infantil”, R. L. Stine
ha vendido cerca de 400 millones de libros, la mayoría gracias a su prolífica serie
Pesadillas, con la que adentró a
niños de todo el planeta en el mundo del terror durante los años noventa. Tal es la amplitud de ese fenómeno, que sorprende que la adaptación cinematográfica haya tardado tanto en llegar. Ante el resultado, parece que la espera ha
merecido la pena, si bien el estreno de Pesadillas (Goosebumps, 2015) ha pillado a los lectores de los libros
originales algo mayorcitos para recibirla como se merece.
Jack Black, Dylan Minnette, Ryan Lee y Odeya Rush protagonizan la adaptación cinematográfica de Pesadillas |
Tras las poco imaginativas cintas
de animación El espantatiburones
(2004) y Monstruos contra alienígenas
(2009) y la infame aventura de acción real Los
viajes de Gulliver (2010), resulta chocante que Sony haya confiado en Rob Letterman para dirigir una de sus
películas más esperadas, si bien es cierto que no era necesariamente la dirección
lo peor de estos tres títulos. En este caso, el guion —la parte más importante e infravalorada de este tipo de producciones— lo firman tres hombres
acostumbrados al trabajo en equipo: Carl
Ellsworth —coguionista de la entretenida Disturbia (D. J. Caruso, 2007)—, Darren Lemke —uno de los creadores de la infravalorada Jack el cazagigantes (Bryan Singer,
2013)— y Larry Karaszewski —coganador
del Globo de Oro por el libreto de El
escándalo de Larry Flynt (Milos Forman, 1996)—, siendo el resultado
imaginativo pero fiel a la esencia de los libros (a destacar la habilidad de
enlazar pequeños sustos con sus respectivas explicaciones hasta que estas se
agotan y el terror imaginado se vuelve real, quizá el principal elemento identificador de aquellos).
La noche del muñeco viviente es uno de los libros más presentes en el film |
En lugar de adaptar alguna de las
múltiples Pesadillas de Stine, la
película combina todas ellas para confeccionar una entretenida aventura que
puede verse como la continuación de la propia creación de los libros (que no de
los libros en sí). De este modo, la cinta juega con el aura de falsa realidad
que ha rodeado siempre a la serie (con alternativas que se mueven entre la
imposibilidad de que el propio Stine firmase todas las obras y la afirmación de
que estas son fruto de las verdaderas pesadillas de este). Por supuesto,
abundan los guiños a los libros, lo que hará las delicias de todos esos
exlectores que, pese al paso de los años, mantengan parte del espíritu infantil
y aventurero que les hizo enamorarse de ellos en su día. Y es que, pese a su título, la esencia de esta película de espíritu ochentero se acerca bastante más a la simpática Los goonies (Richard Donner, 1985) que a clásicos de terror adolescente como Pesadilla en Elm Street (Wes Craven, 1984); o sea, que el humor naif abunda y el verdadero pavor escasea.
El cartel de Pesadillas no oculta el carácter infantil y aventurero del film |
Tras contar con pequeños papeles
en Déjame entrar (Matt Reeves, 2010),
Una vida en tres días Jason Reitman,
2013) y Prisioneros (Denis Villeneuve,
2013), el guapo Dylan Minnette afronta
en Pesadillas su primer papel
protagonista con la necesaria mezcla de carisma y ternura. Lo acompañan Odeya Rush (The Giver, de Phillip Noyce, 2014) y Ryan Lee (Super 8, de J.J. Abrams, 2011), conformándose un trío ya
clásico: protagonista atractivo y valiente, chica capaz de valerse por sí misma
mas inevitablemente en apuros y chico miedoso pero leal a sus amigos. En cuanto
a los personajes adultos, encontramos a Jack
Black conteniendo su histrionismo (o quizá no…), así como a la siempre simpática
Jillian Bell y una Amy Ryan que sigue engrosando su sorprendente
currículum de roles secundarios en películas de todo tipo (a destacar su merecidísima nominación al Óscar por Adiós pequeña,
adiós, ópera prima de Ben Affleck, 2007).
Como no podría ser de otra forma, el siempre mágico Danny Elfman, colaborador habitual
de Tim Burton nominado en cuatro ocasiones al Óscar, firma la música,
mientras que la fotografía es obra del vasco Javier Aguirresarobe, candidato al BAFTA por su fascinante trabajo
en La carretera (John Hillcoat, 2009).
Ambos ponen la guinda al que es indudablemente el equipo perfecto para una cinta cuyas aspiraciones
no van más allá de hacernos pasar un rato divertido entre monstruos cuidadosamente digitalizados y relaciones adolescentes poco desarrolladas. Siendo consciente de lo que se va a ver, es difícil salir
decepcionado.
© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras
Buen artículo, película más que satisfactoria, sin embargo SPOILERS tengo un problema con la forma en la que los personajes vuelven a la vida, me parece bastante estúpido que Jack Black no decidiera quemar todos los libros y conservar el de su hija.
ResponderEliminarUna pelicula que tengo muchas ganas de ver, y esta entrada solo me ha dado mas ganas
ResponderEliminar