'Embarazados': persiguiendo la paternidad (y/o la felicidad)

Que la comedia sea el género más infravalorado por los españoles es una verdadera pena, porque probablemente sea también el que mejor se nos da. Así lo demuestra una vez más la simpática Embarazados (2016), en la que Paco León y Alexandra Jiménez se enfrentan a las dificultades de la fecundación in vitro (y de la propia paternidad) con la justa dosis de humor y dramatismo, ganándose al espectador desde el primer minuto.

Paco León y Alexandra Jiménez se enfrentan a los
conflictos de la paternidad en la divertida Embarazados

Embarazados es la segunda película de Juana Macías, quien sorprendió en 2010 con su aplaudido debut Planes para mañana, que le dio el galardón correspondiente a mejor dirección en el Festival de Málaga y la nominación al Goya a mejor dirección novel. En esta ocasión, la realizadora cambia el drama por la comedia, pero mantiene la combinación de astucia narrativa y melancólica emotividad que impulsó su primer trabajo, conformándose como una figura a la que seguir la pista a partir de ahora. De hecho, la obra es un recordatorio de que las mejores comedias saben renunciar de vez en cuando a la risa para conquistar el corazón del espectador, clave del éxito de notables cintas recientes como 3 bodas de más (Javier Ruiz Caldera, 2013), Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2014) o Requisitos para ser una persona normal (Leticia Dolera, 2015). Nada mejor que la empatía para ganarse la sonrisa del espectador más exigente.

El cartel de Embarazos refleja las
aspiraciones de los protagonistas

Por supuesto, la calidad de las interpretaciones resulta de vital importancia. Paco León, más cómico que actor (y mejor director que intérprete) afronta su mejor papel cinematográfico hasta la fecha, aun cuando sus geniales tiempos en Homo Zapping (2003) y Aída (2005) son difíciles de olvidar. De hecho, todavía resulta difícil tomárselo en serio en los momentos más dramáticos, algo paliado por el carisma que desborda durante los más cómicos. Más versátil, Alexandra Jiménez devora cada plano gracias a la genial expresividad de su rostro, si bien Karra Elejalde (poseedor de dos Goyas) también borda sus pequeñas pero desternillantes apariciones. El resto del reparto es poco conocido, pero no por ello menos notable: Alberto Amarilla (candidato al Goya a mejor actor revelación en 2006 por El camino de los ingleses, de Antonio Banderas) y Ernesto Sevilla (compañero de Alexandra en El club de la comedia) están divertidísimos como los compañeros/consejeros del protagonista, mientras que Elisa Mouliaá, Ana Labordeta, Iñaki Font y Ainhoa Aierbe aportan el necesario toque de naturalista sensatez con perfecta corrección. Eso sí, la estrella de la función es innegablemente la ciudad de San Sebastián, rara vez presente en nuestro cine pese a albergar el prestigioso festival, que aporta a la cinta una personalidad propia, así como una maravillosa frescura derivada de la elegante peculiaridad que la caracteriza.

El equipo del film se hace un selfie en la bella
San Sebastián, esencia de Embarazados

De todos modos, si hay un elemento clave en toda gran comedia, ese es el guion, con lo que hay que aplaudir especialmente la labor de Juan Moreno, Anna R. Costa y la mencionada Juana Macías, creadores de un fantástico relato de viva actualidad que, además de estar repleto de divertidos momentos perspicazmente cómicos (¡e incluso envolventemente musicales!), invita a reflexionar sobre las múltiples contradicciones que conlleva la paternidad y la necesidad de perseguir los propios sueños aun cuando estos nos alejan de las personas que más queremos. Y es que Embarazados es, en última instancia, una pequeña gran película sobre el amor: el que profesamos a los demás y el que nos dedicamos a nosotros mismos.

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