13 mayo 2014

De ‘Harry Potter’ a ‘Divergente’: la fórmula del éxito adolescente

Divergente (Neil Burger, 2006)
Shailene Woodley y Theo James forman la atractiva
(y necesaria) pareja protagonista de Divergente
Durante los últimos años, gracias en gran parte al éxito de la adaptación cinematográfica de las novelas de Harry Potter, de la británica J. K. Rowling, las películas de fantasía protagonizadas por adolescentes han demostrado ser el mejor modo de llegar al público joven. ¿La estrategia? Aprovechar el tirón de una novela —o, mejor, saga de libros— de éxito para lanzar al estrellato a jóvenes actores promesa cuya falta de experiencia se palia con ilusión y, sobre todo, belleza. El último ejemplo es Divergente, dirigida por Neil Burger a partir de la novela de Veronica Roth, cuyo estreno dio origen a un interesante debate sobre el triunfo y fracaso de este tipo de producciones.

El éxito de los films de Crepúsculo, que dieron comienzo en 2008 bajo la dirección de Catherine Hardwick (a la que seguirían Chris Weitz, David Slade y Bill Condon), adaptados a partir de las novelas de Stephenie Meyer, es muestra suficiente de que la calidad importa poco mientras se cuente con los dos factores mencionados: novela de éxito y nuevas estrellas adolescentes. Poco importa que las interpretaciones de Kristen Stewart, Robert Pattinson y Taylor Lautner den vergüenza ajena, que el guión sea mediocre o que los efectos visuales sean más propios de un telefilm que de un blockbuster, porque, para determinada parte del público, los diálogos cargados de romanticismo simplista son más que suficiente.

Póster de 'La saga Crepúsculo: Eclipse' (David Slade, 2010)
Los posters de la saga Crepúsculo acentúan el morbo
del trío entre vampiros y hombres lobos
Sin embargo, los films de Crepúsculo juegan con ventaja por varios motivos. En primer lugar, adaptan novelas enormemente famosas, casi a la altura de las de Harry Potter en popularidad (que no en calidad); en segundo lugar, cuentan con una trama que, aún llena de tópicos y momentos irrisorios, es original y llamativa; y, en tercer lugar, van dirigidas a un público principalmente poco cinéfilo y, por consiguiente, poco crítico. Sólo eso explica que cada film de la saga supere al anterior en mediocridad pero también en resultados de taquilla internacional.

El problema es que el éxito inmerecido de dichos films ha llevado a creer que repetir esa fórmula sin esfuerzo alguno es más que suficiente. Y así es como El juego de Ender (Havin Hood), basada en la novela de Orson Scott Card; Hermosas criaturas (Richard LaGravenesse), basada en la obra de Kami García y Margaret Stohl; Cazadores de Sombras: Ciudad del Hueso (Harald Zwart), basada en el libro de Cassandra Clare; y The host (La huésped) (Andrew Niccol), basada en otra novela de Stephenie Meyer, han conformado cuatro de los fracasos más sonados del 2013. ¿Su problema? Que ni las novelas originales eran realmente exitosas ni la adaptación suficientemente cuidada ni el reparto lo bastante atractivo, causando rechazo por parte de los lectores y desinterés por parte de los demás espectadores.

Eragon (Stefen Fangmeier, 2006)
Eragon lo tenía todo para triunfar: novela de éxito,
fantasía y dragones... Todo salvo calidad
Y es que no todo vale. Ya lo demostraron en su día Eragon (Stefen Fangmeier, 2006), basada en la popular novela del jovencísimo Christopher Paolini, y Corazón de tinta (Iain Softley, 2008), basada en el bello libro de Cornelia Funke: el público está dispuesto a aceptar interpretaciones vergonzosas y ambientaciones mejorables, pero —a menos que se cuente con vampiros y hombres lobos— el guión debe ser mínimamente aceptable. De poco sirve llenar el reparto de actores secundarios de prestigio (John Malkivich, Djimon Hounsou y Jeremy Irons en Eragon y Brandan Fraser, Jim Broadbent y Helen Mirren en Corazón de tinta) si los jóvenes protagonistas (Ed Speleers y Sienna Guillory, respectivamente) no se ganan al espectador con carisma y belleza. Un motivo similar causó el fracaso de la infravalorada La brújula dorada (Chris Weitz, 2007), donde Nicole Kidman y Daniel Craig eclipsaron por completo a la olvidada protagonista (Dakota Blue Richards), aunque en este caso también hay que destacar la torpeza con que se adaptó el maravilloso primer volumen de la saga de La materia oscura de Philip Pullman, mezclándose elementos adultos e infantiles que, si bien ocasionaban un resultado interesante, terminaron siendo inadecuados para todos los públicos. En contraposición, gracias al tirón de Logan Lerman, las dos adaptaciones de las novelas de Percy Jackson, de Rick Riordan —dirigidas por el popular Chris Columbus y el desconocido Thor Freudenthal, respectivamente—, fueron un éxito de taquilla pese a la absoluta ridiculez de sus guiones, demostrándose una vez más la importancia del casting en estas producciones.

Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario (Andrew Adamson, 2005)
Georgie Hanley, Anna Popplewell, William Moseley y
Skandar Keynes son los tiernos niños de Narnia
De todos modos, la audiencia no es tonta, e incluso está dispuesta a dejar una saga a medias si es necesario. Así, lo demuestran las tres adaptaciones de las famosas novelas de C. S. Lewis (Las crónicas de Narnia): mientras El león, la bruja y el armario (Andrew Adamson, 2005) fue todo un éxito gracias a su belleza visual y narrativa (Oscar a mejor maquillaje incluido), El príncipe Caspian (Adamson, 2008) descuidó el guión y apenas recuperó la inversión, llevando a Disney a desentenderse de la saga, y, finalmente, la infumable La travesía del viajero del alba (Michael Apted, 2010), dio a la 20th Century Fox un auténtico fracaso que supuso el aparente final de la serie… Pese a que recientemente la C. S. Lewis Company y la Mark Gordon Company hayan anunciado el estreno de La silla de plata para 2016.

En contraposición a tanto fracaso, Los juegos del hambre (Gary Ross, 2012) y, sobre todo, Los juegos del hambre: en llamas (Francis Lawrence, 2013), basadas en los dos primeros libros de la emocionante saga de Suzannne Collins, han sido todo un éxito de público e incluso de crítica gracias al cuidado de la ambientación, el respeto al libro, la mentalidad cinematográfica, la profundidad de la temática y, por encima de todo, el perfecto reparto, en el que Josh Hutcherson es adorable, Liam Hemsworth es salvaje y Jennifer Lawrence es, sencillamente fascinante. Son ellos quienes empujan al público joven a forrar sus carpetas con sus fotos y acudir a las salas en masa, y también son ellos los que demuestran al público adulto y cinéfilo que no es pecado disfrutar de una fantasía adolescente.

Harry Potter y las reliquias de la muerte - Parte I (David Yates, 2010)
La saga Harry Potter es única en ganarse el aprecio
de los espectadores por sus personajes
El carisma de dicho trío recuerda al de Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint en las películas de Harry Potter, que comenzaron en 2001 con La piedra filosofal, dirigida por Chris Columbus, y fueron capaces de sorprender al espectador con obras muy distintas entre sí, gracias a los talentos directivos de Alfonso Cuarón (quien oscureció la trama en la aclamada El prisionero de Azcabán, 2004), Mike Newell (quien acentuó la edad del pavo en la bochornosa pero popular El cáliz de fuego, 2005) y David Yates (quien unificó los últimos cuatro films de la saga). Los intérpretes de Harry, Ron y Hermione se vieron respaldados por una magnífica ambientación, bandas sonoras pegadizas (especialmente las de los tres primeros films, compuestas por el gran John Williams) y perfectas interpretaciones secundarias por parte de actores británicos de prestigio como Maggie Smith, Alan Rickman, Helena Bonham Carter o Ralph Fiennes, pero, sin ellos, los resultados habrían sido muy distintos (al margen de que, por supuesto, muy malas tendrían que haber sido las películas para no triunfar con semejante material). Por cierto, el estreno del primer spin-off de Harry Potter, adaptación de Animales fantásticos y dónde encontrarlos, se prevé para noviembre de 2016.

Volvamos ahora a Divergente (2014), que, sin alcanzar los grados de Harry Potter y Crepúsculo, se está haciendo un hueco en la taquilla internacional pese a contar con una trama sospechosamente similar a la de Los juegos del hambre: un mundo futurista organizado en secciones que fomentan la intolerancia y la vida en masa. En este universo, la sociedad se divide en cinco facciones: Abnegación, Cordialidad, Erudición, Osadía y Verdad, lo que facilita la organización pero disminuye la creatividad y, en definitiva, el goce de la vida. Sobra decir que la protagonista, Beatrice, es considerada “divergente” por poseer capacidades de varias facciones, lo que la convierte directamente en la llama de la revolución al igual que lo fue Katniss Evergreen en Los juegos del hambre.

Póster de 'Los juegos del hambre: en llamas' (Francis Lawrence, 2013)
Jennifer Lawrence demostró que
se puede compaginar el éxito
comercial con los Oscars
La película está dirigida por Neil Burger, respetado por El ilusionista (2006) —que, no obstante, también hizo hablar de “extrañas coincidencias” al estrenarse junto a El truco final, de Christopher Nolan—, con lo que empieza bien. (Se suele creer que las adaptaciones de novelas juveniles no necesitan un director experimentado porque se bastan por sí solas… Nada más lejos de la realidad.) El protagonismo recae en Shailene Woodley, quien saltó a la fama en 2009 con Los descendientes, de Alexander Payne, por la que optó al Globo de Oro. Se trata por tanto de una actriz muy diferente a las guapitas insulsas habituales de este tipo de films, mucho más cercana a Jennifer Lawrence (quien, por cierto, la instó a coger el papel) que a Kristen Stewart y compañía. Su compañero es el irresistible Theo James, perfecto para atraer al público adolescente, y la siempre perfecta Kate Winslet (oscarizada en 2008 por The reader, de Stephen Daldry), quien aporta clase y prestigio al film y conforma una interesante villana.

El mundo recreado no es demasiado vistoso, novedoso ni interesante, pero sí consigue sumergir a los espectadores en él gracias a abogar por la sencillez en lugar de la espectacularidad barata. Además, el plano técnico, aunque nada destacable, es suficiente para sostener un film que se ve lacrado por el hándicap de muchas primeras partes: más que una historia, es la presentación de una historia. Gracias al éxito de este film, probablemente los siguientes —una segunda parte prevista para el año que viene y una tercera y última parte que, al igual que sucedió con Harry Potter, Crepúsculo y Los juegos del hambre, será dividida en dos con fines meramente comerciales— puedan ahondar más en los personajes y ofrecer un espectáculo visual más llamativo, tal y como ocurrió con la segunda entrega de Los juegos del hambre.

Póster de 'Divergente' (Neil Burger, 2014)
Con elementos de los grandes éxitos
anteriores, Divergente ya es un triunfo
Por lo demás, poco que destacar de una producción que, como todas las del subgénero fantástico adolescente, fomenta los valores del amor, la familia y la amistad y, sobre todo, la importancia de ser uno mismo y luchar por la justicia y la libertad. Aunque el guión es a menudo bochornoso (las risas son comunes en los cines, pese a la escasez de momentos cómicos) y la acción es en ocasiones previsible, el film pasa la prueba principal de este tipo de producciones: lograr que el espectador se identifique con sus protagonistas y se interese por sus destinos. Y es que en un mundo en el que crecemos rodeados de problemas, en ocasiones daríamos cualquier cosa por poder sumergirnos en otro universo, aunque sólo sea por unas horas. Y eso, Harry Potter, Los juegos del hambre e incluso Crepúsculo lo consiguen. Y ahora Divergente también.


© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras

14 comentarios:

  1. Un buen paseo por el subgénero fantástico-adolescente. De "Divergente" me atrae el reparto: sólo por ver a Kate Wislet pienso que ya vale la pena. Como tú mismo recuerdas la Wislet protagonizó "The reader" de Stephen Daldry y ganó muy merecidamente el Oscaror esa interpretación [si te apetece en mi blog tengo una entrada sobre "El lector" novela y "El lector" adaptación cinematográfica.
    Un saludo cordial

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    1. Gracias! :) Voy a echar un vistazo a tu artículo, comparar films y novelas siempre me interesa. Un saludo!

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  2. Me encanta tu artículo, estoy de acuerdo con lo que escribes. Sinceramente, no habrá otra saga que se le iguale a lo que Harry Potter hizo en 10 años.

    Primeramente con sus libros formaron una generación de niños y jóvenes lectores desde que el primer se publicó en 1997. Cuando se estrenó la Piedra Filosofal en los cines en 2001 ya tenía un buen grupo de personas a nivel mundial que conocían muy bien la historia del niño mago.

    Es impresionante que las ocho películas de Harry Potter tuvieran récords con cada estreno, cada director colocó un poco de su estilo y los resultados fueron favorables: obtuvo una buena crítica, en especial para El Prisionero de Azkaban de Alfonso Cuarón.

    Realmente Harry Potter fue y sigue siendo un verdadero fenómeno literario y cinematográfico. Y me alegro que otra saga tan épica y excelente como Los Juegos del Hambre siga por el mismo camino.

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    1. Muchas gracias. Sin duda 'Harry Potter' es un caso especial, no sólo cinematográfico, sino también -especialmente- literario. Las películas, no obstante, no están exentas de críticas, pero en general son bastante destacables, ya que todo está muy cuidado. Aún así, las tres primeras siempre serán mis favoritas. Un saludo.

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  3. Muy cierto todo. La mayoría de este tipo de películas son "películas basura". No se molestan en hacer una buena película, hacen lo mínimo posible para que guste a los que se conforman con cualquier cosa entretenida, en el cine. Yo solo salvaría Harry Potter (las primeras) y Los juegos del hambre. La primera de Las crónicas de Narnia también estuvo bastante bien.
    Y hay algo que me molesta bastante, es eso de dividir la última parte de la saga en dos películas. Como dices, canta demasiado, esta claro que se hace para hacer caja. Yo, Divergente, no la vería ni pirateada. Ya de por sí, el libro no me atrae nada, y veo que es una copia barata de Los juegos del hambre.

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    1. Muchas gracias por compartir tu opinión. A mí también me molesta la división de la cuarta entrega en dos, pues en general es innecesaria: si El señor de los anillos pudo hacerse a película por libro, con tantísimo material, no veo por qué ahora nadie parece tener suficiente con un film. Sin duda, en 'Crepúsculo' y 'Harry Potter' fue innecesario y perjudicó a los resultados. Eso sí, si te gusta 'Los juegos del hambre' te animo a echar un vistazo a 'Divergente'. Es claramente inferior, pero bastante entretenida. Un saludo.

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  4. hola me llamo camila, estuve revisando tu blog y me pareció genial!
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    saludos.

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  5. Algo que me enoja es que las personas conparen a los juegos del hambre con Divergente que lo unico que tienen en comun es q estan en el futuro.... pero del resto ni se paresen.....
    Yo ya lei ambas sagas y me encantan las dos pero no me gusta q digan q divergente es "los nuevos juegos del hambre" y seguramente esas personas ni han leidovel libro..

    Emm y me gusto tu blog :)

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    1. Gracias Iván :) La verdad es que, aun con similitudes claras, son sagas bastante distintas. De todos modos, a la gente le encanta compararlo todo, porque 'Los juegos del hambre' fue a su vez comparada a 'Crepúsculo' pese a tener poco o nada que ver. Un saludo.

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  6. Yo también veo similitudes entre Divergente y Harry Potter:

    -La división en facciones es similar a las casas en Hogwarts, de acuerdo a la personalidad de los chicos.

    -En una historia, la selección la hace un sombrero y en la otra un software de computadora. Ambas basandose en la personalidad de los individuos.

    -En Divergente los chicos tienen la decisión final sobre a cuál facción irán, pero, de igual manera, "el sombrero seleccionador siempre escucha tus deseos".

    -El "divergente", aquel que posee cualidades para diversas facciones, es un caso que también aparece en la saga de Harry Potter y se los denomina "hatstalls", en los cuales el sombrero tiene dificultad para asignar una casa debido a que podrían ir en varias. Ejemplos de ello son Hermione Granger (indecisión entre Gryffindor y Ravenclaw), Neville Longbottom (Gryffindor o Hufflepuff) e incluso Harry (Gryffindor y Slytherin). Al igual que los "divergentes", los hatstalls son casos que ocurren muy aisladamente en la historia.

    Hasta ahí la comparación que realicé mientras miraba por primera vez Divergente el sábado pasado :)

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    1. Muchas gracias por este interesante comentario! Da gusta encontrarse con este tipo de aportaciones :) La verdad es que tienes muchísima razón, parece que ambas sagas tienen más relación de lo que parece a simple vista... Un saludo :)

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    2. Hola, me gustó mucho tu artículo, es bastante interesante.
      Y bueno, la verdad yo sí le encuentro mucho parecido a Los juegos del hambre y Divergente, y en realidad a la gran cantidad de novelas de ciencia ficción que se han puesto de moda estos días, incluso reemplazando a las de género paranormal. Las similitudes que veo son las siguientes:
      1. Mundo distópico opresor de las libertades individuales o que por algún motivo coloca a los protagonistas en una posición de desventaja.
      2. Una joven (ojo casi todas son protas femeninas y adolescentes) que debido a que es diferente por alguna razón o simplemente a causa de circunstancias azarosas termina apoyando o siendo el catalizador de una revolución que ,en teoría, acabará con la distopía.
      3. Siempre hay un conflicto amoroso en medio: un triángulo y/o una pareja que no puede estar junta debido a las circunstancias distópicas.
      4. Ya lo he mencionado, pero lo recalco: los protagonistas (incluida la principal) son adolescentes. Pareciera inconcebible que un adulto sea algo más que un villano o si acaso los ayudantes de los jóvenes subversivos.
      Y es que está claro que novelas como Los juegos del hambre, Divergente, Delirium, Efímera, Los Feos, etc. están dirigidas a un público adolescente y sobre todo femenino y al parecer parten de una misma idea base que comparte todas las características que cito arriba. Claro que después de las combinaciones de estos elementos y el grado de profundidad del contenido es posible darle matices diferentes a cada historia y hacer que una tenga más calidad que la otra.
      Personalmente me encanta la ciencia ficción y confieso que he leído cuanto libro de ciencia ficción ( y dentro del género juvenil romántico) ha caído en mis manos (o a mi tableta), y debo decir que estás similitudes son casi generales. Por supuesto hay excepciones, pero curiosamente no resultan ser tan populares como Los juegos del hambre o Divergente, por ejemplo.
      Y ciertamente las películas de ambas novelas han sido buenas adaptaciones, entretienen, me han gustado mucho, pero eso es todo, lamentablemente carecen de la profundidad de otras novelas de ciencia ficción que nada tienen que ver con el género juvenil romántico.

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  8. Pues yo solo rescato a Harry Potter y Crepúsculo, tal vez la primera de Narnia.
    Los juegos del hambre, en cine, me pareció regular. Como bien dices no estaba justificado que la dividieran en dos películas (aunque luego de ver como dividieron el hobbit en tres...). La penúltima fue aburridisima. Y si, lo que mas me gusto fue la actuación de Jennifer Lawrence, pero la de los chicos... regular, ni bien ni mal, como los de crepúsculo.
    En libros, solo me gusto el primero de LJDH a partir de ahí, creo que cada uno fue peor que el anterior: el mundo no se explora bien, nunca conoces mas allá del distrito 12, el 13 y un poco (poquísimo) del capitolio, el segundo libro tuvo oportunidad de arreglar esto con la gira de la victoria, pero en lugar de hacerlo, la autora, decidió no salir de su zona de comfort y repitió el mismo argumento del libro anterior y ooootravez a los juegos del hambre, para colmo, la batalla final en el ultimo libro nuevamente es parecida a estar en la arena: con trampas y mutos; a pesar de que la protagonista lidera la rebelión, aparecen muy pocos personajes, me canse de leer siempre a los mismos durante tres libros, tan es así, que al final debe meter personajes de relleno que sabes que están ahí solo porque es una guerra y alguien debe morir; y lo peor de todo: Katniss nunca participa en la guerra, en lugar de eso, se la pasa grabando comerciales y solo entra en acción cuando la alianza ya tiene la victoria asegurada, sin mencionar que lo hace alejada del verdadero conflicto.

    Divergente, por otro lado, creo que es mejor en cine que en libros; a pesar de que me dio la impresión de que la primera película era de bajo presupuesto, la segunda mejora mucho. Al revés pasa con el libro que es aburridísimo, tanto que me quito las ganas de leer los otros dos.

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