12 marzo 2016

'Mustang': 5 hermanas, un destino

Pocas óperas primas brillan tanto como Mustang (2015), una pequeña joyita justísimamente nominada a todos los galardones concernientes a mejor película de habla no inglesa de la temporada. En ella, Deniz Gamze Ergüven (Premio Discovery en los European Film Awards) nos traslada a un pueblecito al norte de Turquía donde cinco hermanas huérfanas pasan el verano contradictoramente situadas entre apetitosos juegos inocentes y ofuscadas obligaciones ancestrales. Criada en Francia (donde estudió cine en La Fémis) pero nacida en Ankara, la escritora y directora de treinta y siete años conoce bien la triste realidad de la que habla, ofreciéndonos una obra tan emotiva y entretenida como fiel a sus potentes hechos.

La puesta en escena de Mustang amplifica la bella
relación entre las cinco hermanas protagonistas
Gran parte del éxito internacional de Mustang corresponde a la fresca labor interpretativa de Güneş Şensoy, Doğa Doğuşlu, Elit İşcan, Tuğba Sunguroğlu y İlayda Akdoğan, absolutamente perfectas como el innegable corazón del film. Carismáticas, hermosas y llenas de vida, ellas dotan a las cinco hermanas de un encanto capaz de conquistar la empatía del espectador prácticamente desde el primer fotograma. Voyerista pero siempre cortés, la cámara de David Chizallet las retrata con cariño y honestidad, dotando de un fuerte lirismo al rítmico guion de la parisina Alice Winocour (quien debutó como realizadora en 2012 con Augustine) y la propia Ergüven. Cierto es que todos ellos parecen tener en mente esa prometedora ópera prima de Sofía Coppola denominada Las vírgenes suicidas (1999) —influida a su vez por el sugerente Picnic en Hanging Rock (1975) de Peter Weir—, pero Mustang supera con creces ambos trabajos al aportar un contexto mucho más real, impactante y doloroso que la acerca más a la comprometida Offside (2005) de Jafar Panahi (sí, la última película que el aclamado realizador iraní pudo dirigir libremente antes de que se le prohibiera hacer cine o abandonar el país).

El cartel de Mustang da protagonismo
(y destino) compartido a las hermanas
Entre los doce y los dieciséis años, las jovencísimas protagonistas de la conmovedora Mustang hacen lo (im)posible por disfrutar de una vida que su condición de mujeres musulmanas parece haber escrito para ellas de antemano. Durante las primeras escenas del film contemplamos con una sonrisa en los labios cómo descubren los placeres de la adolescencia primeros amores, primeros cotilleos, primeros juegos secretos, pero tan envidiable libertad es cortada de raíz cuando las siempre dañinas habladurías exigen a sus tíos y abuela organizar matrimonios concertados que las encaminen en la dirección que se espera de ellas. De esta forma, toda la cinta gira en torno al triste contraste entre la vida que tanto ellas como tantas otras chicas musulmanas podrían tener y la que la mayoría termina teniendo por culpa de una sociedad anclada en el pasado. Es decir: el triste contraste entre ser dueño del propio destino y enfrentarse a uno ya forjado.

Curiosa imagen donde la directora tira del
carro del film (o sea, de las cinco jóvenes actrices)
Sin embargo, jamás renuncia Mustang a la esperanza, perennemente presente en la forma de esa luz celestial que atraviesa las ventanas de los cuartos de las jóvenes aun cuando han sido convertidos en auténticas cárceles cercadoras de sentimientos. También la maravillosa música de Warren Ellis y el dinámico montaje de Mathilde van de Moortel (premiados ambos en los César, que también reconocieron a Ergüven por partida doble como mejor guionista y directora novel) ayudan al filme a mantener la candidez sin perderse por ello la necesaria denuncia social que lo convierte en una de las creaciones artísticas más importantes del año. Tan simpática como terrible, Mustang da un perfecto pistoletazo de salida a la prometedora carrera de una de esas realizadoras que el mundo, sencillamente, necesita.


© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras

2 comentarios:

  1. Creo que la iré a ver este miércoles, aunque dudo entre esta o Brooklyn

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  2. Juan Roures,
    ha sido en mi opinión una de las mejores operas primas que nos ha dejado el 2015,un gran descubrimiento que aunque no se llevara el Oscar,sí ha tenido un justo reconocimiento de crítica y público en otros certámenes.
    Te dejo enlace de la entrada que le dediqué no hace mucho, por si tienes curiosidad:

    http://www.historias-troyanas.blogspot.com.es/2016/02/mustang.html

    saludos

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