18 febrero 2016

Animación sin fronteras: ‘Anomalisa’ y ‘El niño y el mundo’

Mañana aterrizan en la cartelera española Anomalisa y El niño y el mundo, dos milagros del cine de animación que nos recuerdan que esta categoría cinematográfica, lejos de ser un mero artilugio infantil, es una de las armas más expresivas del séptimo arte. Ambas se han impuesto a superproducciones más convencionales en la lucha por el próximo Óscar a mejor película de animación y, aunque no ganarán (el genial Del revés de Pete Docter tiene el triunfo asegurado), suponen dos de las propuestas más peculiares que consiguen la nominación en los quince años de vida del galardón. [Más sobre las nominaciones aquí]

El niño y el mundo (O Menino e o Mundo, Alê Abreu, 2013)
El niño y el mundo optó a 3 Premios Annie:
película independiente, música y diseño de producción
El niño y el mundo (O Menino e o Mundo, 2013) es el segundo largometraje del brasileño Alê Abreu (Garoto Cósmico, 2007), pero la primera obra de este que obtiene distribución internacional. Íntima, sensible e imaginativa, esta pequeña cinta nos hace partícipes del viaje de un niño en busca de su padre a través de un mundo industrializado repleto de seres extraños. Bellísimamente animada con variadas técnicas de animación y toda la paleta del arcoíris, la película funciona como vistoso caramelo para los más pequeños y como fuente de reflexión para los mayores, que encontrarán sutiles referencias a los problemas de la sociedad moderna en sus fantasiosos elementos. De hecho, nos encontramos ante un auténtico despliegue de imaginación tanto a nivel visual como en el plano del subtexto que demuestra que no es necesario un presupuesto astronómico para sorprender a través de la animación. La música de Ruben Keffer y Gustavo Kurlat pone la guinda al pastel. Suyo es el primer premio a mejor película independiente de la historia de los Annie. [Más sobre los Annie aquí.]

Anomalisa (Charlie Kaufman, 2015)
Anomalisa optó a 5 Premios Annie: película, dirección,
montaje, música y doblaje (Jennifer Jason Leigh)
En Anomalisa (2015), el siempre singular Charlie Kaufman —guionista de El ladrón de orquídeas (Spike Jonze, 2002) y director de Synecdoche, New York (2008)—, esta vez apoyado en el experto en animación stop-motion Duke Johnson (candidato en dos ocasiones al Annie por animaciones televisivas) y el guionista cómico Dan Harmon (creador de la genial serie Community), nos sumerge en un universo monótono donde todo el mundo se parece y habla igual (con la voz de Tom Noonan, concretamente). Al menos, así lo percibe el protagonista (voz de David Thewlis, el profesor Lupin de la saga Harry Potter), quien, aburrido de tal banal existencia, se emociona al conocer a Lisa, una mujer torpe, insegura… y diferente. Apodada “Anomalisa” como la anomalía que es, ella cuenta con la sugerente voz de Jennifer Jason Leigh (nominada este año al Óscar por su brutal papel secundario en la irregular Los odiosos ocho, de Quentin Tarantino), quien aporta la perfecta mezcla de ternura y peculiaridad que requiere el personaje. Entre otros innumerables honores, la cinta se hizo con el Gran Premio del Jurado del Festival de Venecia.

Originales y fascinantes de principio a fin, ambas películas admiten numerosas lecturas durante el visionado y con posterioridad al mismo, si bien la primera es apta para todas las edades y la segunda debe limitarse a los mayores de la casa dados sus adultos contenidos. Frente al carácter lúdico de las producciones de Disney, Pixar y DreamWorks, estas dos producciones independientes suponen, con sus ingeniosos comentarios sociales y personales diseños visuales, un bienvenido soplo de aire fresco para la próspera industria animada, cuyas fronteras son cada vez más borrosas.


© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
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