03 julio 2015

'Mad Max: furia en la carretera': cine de acción con mayúsculas

Mad Max: furia en la carretera (George Miller, 2015)
El 98% de los críticos y el 89% del público aplaude a
Mad Max: furia en la carretera en Rotten Tomatoes
Sabes que te encuentras ante una obra maestra cuando te expones a un film aparentemente opuesto a tus ideales y no puedes despegar la mirada de la pantalla. La postapocalíptica Mad Max: furia en la carretera, que incluye casi todo lo que un servidor detesta en el séptimo arte (mucha acción y poca conversación, más armas que personajes, interminables persecuciones y una estética insaciablemente violenta), es un perfecto ejemplo de ello. Tras dos décadas en el tintero (el 11-S y la posterior Guerra de Irak no parecían el mejor momento para producirla), la esperada cuarta entrega de la saga Mad Max vio finalmente la luz en el pasado Festival de Cannes, donde recibió las críticas más entusiastas del prestigioso certamen.

'Las Esposas', de Mad Max: furia en la carretera (George Miller, 2015)
Rosie Huntington-Whiteley, Abbey Lee, Zoë Kravitz,
Riley Keough y 
Courtney Eaton son 'Las Esposas'
Estrenada treinta años después de la última entrega de una saga que, hasta ahora, incluía Mad Max. Salvajes de autopista (1979), Mad Max 2. El guerrero de la carretera (1981) y Mad Max 3. Más allá de la cúpula del trueno (1985) —las tres dirigidas por George Miller y protagonizadas por Mel Gibson—, Mad Max: furia en la carretera (2015) mantiene el tema clave de la supervivencia en un mundo hostil pero cambia al ya sexagenario Gibson por el actor de moda del momento: un tierno pero vigoroso Tom Hardy al que conocemos por aclamadas cintas recientes como Warrior (Gavin O'Connor, 2011), Locke (Steven Knight, 2013) o La entrega (Michaël R. Roskam, 2014). El que no se ha apartado del proyecto es un George Miller en plena forma a sus setenta primaveras. Y eso que Las brujas de Eastwood (1987), El aceite de la vida (1992), Babe, el cerdito en la ciudad (1998, año en que Miller tuvo la idea de continuar la saga de Mad Max mientras paseaba por Los Ángeles) y Happy Feet (2006, Óscar regalado a mejor película de animación), aunque notables y dotadas del buen rimo que lo caracteriza, daban a entender que su hipnótica agresividad se había perdido para siempre.

Nicholas Hoult y Charlize Theron en Mad Max: furia en la carretera (George Miller, 2015)
La imagen de Theron recuerda a la protagonista de
La pasión de Juana de Arco (Carl Theodor Dreyer, 1928)
La experiencia de Miller tras la cámara es clave de la maestría de esta película, mas la principal culpable de su éxito generalizado no es otra que Charlize Theron, quien ya demostró hace años con su oscarizado papel en Monster (Patty Jenkins, 2003) que no es su belleza, sino su carisma, lo que la llevó al estrellato. Su icónica Furiosa —sobre la que el director quería lanzar un anime previo al film que nunca vio la luz— y el resto de féminas de la obra —compasivas princesas e intrépidas amazonas— propinan un certero puñetazo en el estómago a un machismo tristemente adherido al concepto de taquillazo. Valientes y altruistas, ellas ofrecen al régimen dictatorial establecido una alternativa basada en la vida —la Madre (Tierra)—, debiendo recurrir, eso sí, a la propia violencia para alcanzarla. De esta forma, lo que podría ser una película más repleta de hombres valerosos y mujeres bellas que proteger se torna en un audaz canto feminista que no ha sentado demasiado bien en determinadas esferas.

Imagen promocional de Mad Max: furia en la carretera (George Miller, 2015)
A nivel visual, Mad Max juega con el contraste de
fríos azules y agresivos rojos, símbolo de confrontación
A la altura del reparto (que también incluye a los jóvenes Nicholas Hoult y Riley Keough) está un excelente equipo técnico encabezado por el director de fotografía John Seale (Óscar por El paciente inglés, de Anthony Minghella, 1996), la montadora Margaret Sixel (colaboradora de Miller en Babe, el cerdito en la ciudad y Happy Feet), el diseñador de producción Colin Gibson (Babe, el cerdito valiente, escrita por Miller pero dirigida por Chris Noonan, 1995) y la diseñadora de vestuario Jenny Beavan (Óscar por Una habitación con vistas, de James Ivory, 1985, y nominada en otras ocho ocasiones). Excelentemente coordinados por Miller, los cuatro confeccionan una evocadora atmósfera futurista que sume al espectador en un sueño turbadoramente atrayente desde el primer fotograma. Aún más importante es la labor del director de la unidad de acción y coordinador de especialistas Guy Norris, quien da un paso de gigante tras su trabajo en Australia (Baz Luhrmann, 2008) y demuestra que su puesto no acreditado como director de la segunda unidad en la trilogía de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001-2003) dejó una profunda huella en él.

Cartel de Mad Max: furia en la carretera (George Miller, 2015)
A diferencia del desafortunado trailer,
este cartel revela la grandeza del film
La cuarta entrega de la saga Mad Max —secuela o reboot, según se mire— lleva la acción a niveles sin precedentes gracias a la infatigable originalidad de una puesta en escena que nunca deja de sorprendernos. Además, la cinta expande la profundidad psicológica de la trilogía original al explorar la venganza, la solidaridad, la redención y la búsqueda del propio hogar con un inusual carácter poético que resulta particularmente conmovedor por surgir de tal salvajismo. A este respecto, la clásica Bonnie & Clyde (Arthur Penn, 1967), paradigma del tratamiento de la violencia por el séptimo arte, resulta un claro precedente. Ambas obras comparten, incluso, un breve paréntesis en el que el ardor da paso a la introspección, recordándonos que no es la ferocidad, sino el amor por la vida, lo que da cuerda incluso a los relojes más incivilizados.


© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
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2 comentarios:

  1. Lo mismo me ocurrió a mí: al comenzar la película lo único que pasaba por mi cabeza era un "WTF" tras otro, pero al mismo tiempo me sentía hipnotizado.
    A partir de ahora espero que cada persecución tenga su propio cantante de heavy metal!

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  2. Juan Roures,
    no la he visto y de entrada,no es mi género predilecto(acción,violencia) ,sin embargo,precisamente por las críticas no cinematográficas despertadas en colectivos machistas y reaccionarios,me han entrado ganas de verla.
    La han tildado de comunista y feminista....qué rápidos son algunos con las etiquetas,tras siglos de machismo solapado en tantas y tantas producciones y su cómplice beneplácito.En fin,que la veré,que Charlize Theron es una actriz solvente y polifacética y como tu bien dices,ya lo demostró con MOnster,así que otro motivo más para darle una oportunidad.
    Saludos

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