Antes del… amanecer, atardecer y anochecer, la trilogía del amor

El estreno de Antes del anochecer ha sido uno de los más esperados del pasado año y también uno de los mejor recibidos. Y no es para menos: quienes disfrutaron de Antes del amanecer en 1995 y Antes del atardecer en 2004 han tenido que esperar otros nueve años para ver continuado este romance único. La colaboración entre el director Richard Linklater y los actores Ethan Hawke y Julie Delpy ha dado lugar a una de las experiencias cinematográficas más especiales de todos los tiempos. Este artículo es mi regalo de Reyes para todos los enamorados de este gran romance.

"Considero el amor como un escape para dos personas
que no saben estar solas" (Jesse)

Todo surgió a partir de una experiencia personal de Richard Linklater, quien, habiendo dirigido su ópera prima It´s imposible to learn to plow by reading books (1988), conoció en 1989 a una mujer en una tienda de juguetes de Philadelphia con la que, pese a mantener una larga y profunda conversación hasta que el día dio paso a la noche, terminó perdiendo el contacto.

Fue así como dio comienzo la creación de Antes del amanecer (1995), para la que Linklater contó con Kim Krizan –actriz secundaria de sus dos films anteriores: Slacker (1991) y Movida del 76 (1993)– como co-guionista. El motivo fue que, al tratarse de un film centrado en la conversación entre un hombre y una mujer, parecía sensato que fuera escrito por dos personas de sexo opuesto. Linklater afirmó que amaba el modo en que funcionaba la mente de Krizan, “un constante flujo de ideas inteligentes”.

"¿Por qué todos piensan que el conflicto es malo?
Muchas cosas buenas nacen del conflicto" (Céline)

Linklater y Krizan hablaron de los conceptos y personajes del libro durante largo tiempo. Él quería “explorar las relaciones y presentar a dos personas totalmente anónimas para averiguar poco a poco quienes eran”, con lo que decidió situar a los protagonistas (Jesse y Céline) en una ciudad extranjera porque “cuando viajas, estás mucho más abierto a experiencias fuera de tu ámbito habitual”. Ambos guionistas dieron tantas vueltas a la idea que, cuando por fin se pusieron a redactar el guión –finalmente ambientado en la bella Viena–, sólo tardaron once días en terminarlo.

"La gente pone proyecciones
románticas en todo. No se basan en
ningún tipo de realidad" (Jesse)

Más costoso fue el proceso de casting, ya que ningún intérprete parecía el apropiado: los dos protagonistas debían ser suficientemente carismáticos para soportar solos el peso de la historia, pero, a la vez, poco conocidos para el público, ya que era imprescindible que sorprendieran poco a poco. La primera vez que Linklater vio al estadounidense Ethan Hawke, consideró que era demasiado joven para el papel, pero, tras verlo actuar en una obra de Nueva York, reconsideró su decisión. Hawke tenía ya una decena de films en su haber, algunos tan conocidos como El club de los poetas muertos (Peter Weir, 1989) y Colmillo Blanco (Randal Kleiser, 1991), pero aún no era una estrella. La elección de la francesa Julie Delpy fue más sencilla, ya que, además tratarse de una actriz muy interesante gracias a su participación en films europeos de prestigio como Europa, Europa (Agnieszka Holland, 1993) y Tres colores: Blanco (Krzysztof Kieslowski, 1994), a Linklater le agradó personalmente. Cuando ambos leyeron juntos el guión, quedó claro que eran las personas perfectas para el papel y, tras varios días de conversación entre guionistas e intérpretes, dio comienzo el rodaje.

La trama del film era sencilla pero eficaz: Jesse (Hawke) conoce a Céline (Delpy) en un tren. Ambos viajan por motivos muy diferentes: él vuelve a Viena para coger un avión rumbo a su EE.UU. natal y ella regresa a la universidad de París tras visitar a su abuela. Cuando llegan a la capital austriaca, él la convence para bajar del tren y pasar un día con él diciendo que dentro de unos años podría sentirse infeliz con su matrimonio y preguntarse qué habría sido de su vida de haber elegido a otro hombre, con lo que esta podría ser la ocasión de descubrir que él es tan aburrido y carente de motivaciones como cualquier otro y que, por tanto, puede ser feliz con su futuro marido. Esta premisa siembra la mezcla de profundidad filosófica y humor que caracterizaría toda la película (y la saga).

"Me asustan tanto esos segundos de conciencia antes
de morir, cuando ya sabes que vas a morir" (Céline)

Como Jesse no tiene dinero para alquilar una habitación, ambos deciden deambular por Viena hasta la llegada del amanecer, cuando él debe coger su avión. Poco a poco, descubrimos las personalidades de los dos protagonistas. Ambos son unos románticos, pero, mientras él se disfraza de cínico, ella no puede evitar plantearse serias dudas sobre el amor. “Últimamente me he preguntado. ¿Tú conoces a alguien que esté en una relación feliz?”, pregunta ella. “Sí, claro –contesta él–. Conozco parejas felices... Pero creo que se mienten el uno al otro”. El tema principal del film es el conocimiento de uno mismo, la posibilidad de alcanzar la satisfacción personal y la importancia del amor a este respecto.

Poco a poco, el sutil guión revela que ambos tienen sus motivos para ser como son: ella fue abandonada por su último novio por “quererle demasiado”, mientras que él compró un vuelo a Madrid para pasar tiempo con una novia que estaba estudiando allí sólo para descubrir que ella había perdido el interés en él por completo. Aunque ambos se besan, son conscientes de que lo más probable es que no vuelvan a verse, lo que les da más libertad para ser sinceros y abiertos. “Recuerdo que mi madre, en frente de mi padre, dijo que él no me quería. Que se enfadó cuando le dijo que estaba embarazada. Que yo era un gran error. Eso moldeó mi forma de pensar. Veía el mundo como un lugar donde no se suponía que estuviera”, afirma él en cierto momento. “Siempre he tenido este paranoico pensamiento, que el feminismo lo inventaron los hombres para tener más sexo”, comenta ella en otro. Y es que todo el guión está plagado de momentos únicos e inolvidables acerca del amor y el desamor, el sexo y la religión, la vida y la muerte, algunos de los cuales he querido recordar junto a las fotografías que acompañan este artículo.

"Voy a hacerte una foto para no olvidarme nunca de ti,
ni de todo esto" (Jesse)

Finalmente, ambos pasan la noche en un parque (si tienen o no sexo es dejado para nuestra imaginación) y al día siguiente deciden volver a encontrarse en la estación de tren de Viena seis meses después. No  intercambian dato de contacto alguno para evitar que el interés que sienten el uno por el otro se esfume poco a poco. El final no podría ser más abierto, ya que los espectadores se quedan con la duda de si ambos se encontrarán o no de nuevo.

La película fue estrenada en el Festival de Berlín, donde fue todo un éxito y obtuvo el Oso de Plata a mejor director.  Más tarde, fue recibida con una inusual unanimidad por parte de la crítica, alcanzando un 100% de críticas positivas en Rotten Tomatoes. Y, aunque su original carácter no la convierte precisamente en un blockbuster, pronto se convirtió en una película de culto muy querida entre el público. No obstante, ni siquiera logró así Linklater retomar el contacto con la mujer que dio origen a todo... Y es que él se enteró de que ella había muerto poco después de su mágico primer encuentro.

"Creo que la reencarnación es una expresión poética...
de lo que realmente es la memoria colectiva" (Céline)

En 2001, Delpy y Hawke encarnaron de nuevo a sus personajes en una escena de la película experimental Waking life, de Linklater. Ambos conversan en una cama, pero el carácter onírico del film lleva a pensar que dicha escena jamás tuvo lugar. Los ansiosos fans de Antes del amanecer tendrían que esperar nueve años para saber si Jesse y Céline se volvieron a ver. Pero la espera valió la pena.

En principio Linklater imaginó la secuela como una comedia romántica tradicional, filmada en cuatro localizaciones distintas y con un presupuesto mucho mayor. Sin embargo, los problemas para reunir fondos le obligaron a cambiar su concepción de la misma. Hawke y Delpy también trabajaron en otras versiones de la historia y, de haber contado con presupuesto, probablemente habrían rodado la secuela dos años después de Antes del amanecer. Pero los tres estaban decididos a crear una nueva película (“No es que nadie nos suplicara hacer una secuela, es que queríamos hacerla”, dijo Hawke) y, poco a poco, confeccionaron el guión definitivo que, esta vez, tendría lugar en una de las ciudades más bellas del mundo: París.

"¿No es todo autobiográfico? Vemos el mundo a través
de una pequeña cerradura personal" (Jesse)

El inicio de Antes del atardecer (2004) muestra a Jesse promocionando su libro en la capital francesa, donde, por supuesto, se encuentra con Céline, que ha leído sobre él en el periódico. Los brillantes momentos iniciales del film tienen al espectador en ascuas: ¿se volvieron a ver después de aquel mágico día o no? Pronto descubrimos que, aunque Jesse acudió a la cita, Céline tuvo que acudir al entierro de su abuela en su lugar y que el principal motivo de él para escribir el libro fue tratar de encontrarse de nuevo con ella.

Una vez más, el tiempo juega en su contra, ya que Jesse solo tiene unas horas para ponerse al día con Céline hasta la hora de su vuelo, al atardecer. Los dos personajes han crecido y cambiado desde la última vez, pero, en el fondo, siguen siendo los mismos. Y la química entre ellos sigue intacta. Ya no son tan libres (él es un escritor con mujer e hijo y ella es una activista medioambiental con un novio fotoperiodista), pero ambos demuestran sentirse insatisfechos con sus vidas, inconformistas y deseosos de obtener algo mejor. El romanticismo con el que tanto soñaban de jóvenes no se ha materializado en sus monótonas relaciones y en los nueve años que han transcurrido desde su primer encuentro nada ha igualado lo que sintieron aquellas horas. El film es, por tanto, una nueva reflexión sobre la relación entre el amor y la felicidad, la fugacidad de la vida y la necesidad de ser valientes a la hora de encontrar a la persona adecuada.

"A veces guardo cosas en rincones
de la memoria para olvidarlas" (Céline)

La película se rodó en sólo 15 días con un presupuesto de 2 millones de dólares (una quinta parte menos que la primera entrega). A nivel técnico, destaca el uso de largos planos (hasta 11 minutos seguidos) filmados con la Steadycam; de hecho, el film transcurre prácticamente en tiempo real. Al ser el director y los actores los tres guionistas del film, la historia iba modificándose conforme el rodaje avanzaba, ya que los tres iban añadiendo detalles de sus propias vidas (el propio Hawke estaba en proceso de divorcio de Uma Thurman en aquel momento). Los tres recibieron una merecidísima nominación al Oscar a mejor guión adaptado (pese a ser original, la película opta a premios en esta categoría por estar basada en personajes ya creados, una idea bastante disparatada pero fomentada por la propia productora), pero se lo arrebataría Alexander Payne por su también maravillosa Entre copas.

Antes del atardecer termina de un modo aún más abrupto e inesperado que la primera parte: Jesse, que ha insistido en acompañar a Céline hasta su hogar, pide a ésta que toque una canción para él con la guitarra. Ella acepta e interpreta un vals (compuesto por la propia Delpy) que resulta tratar sobre aquella maravillosa tarde que ambos vivieron juntos nueve años atrás. El momento no puede ser más mágico. Céline baila sinuosamente al ritmo de “Just in time”, de Nina Simone, mientras le dice a Jesse que va a perder su vuelo. “Lo sé”, responde él. Esa envolvente escena  refleja todo lo que ha avanzado la relación entre Jesse y Céline desde la última –y primera– vez que se vieron.

"Los recuerdos son maravillosos si no tienes que
afrontar el pasado" (Céline)

El éxito internacional de crítica (95% en Rotten Tomatoes) y público de Antes del atardecer (que, además, revivió el interés por Antes del amanecer) permitió a sus creadores plantearse una nueva secuela, pero, aunque Hawke afirmó que “quedaría en shock si no hicieran otra”, tardarían varios años hasta recuperar a los personajes de nuevo. En una entrevista de noviembre de 2011, el actor afirmó que Linklater, Delpy y ella habían hablado sobre ello y que sería bonito hacer una tercera parte exactamente nueve años después de la segunda.

En junio de 2012, Hawke confirmó que la nueva secuela sería filmada ese verano, pero poco después Delpy negó tal afirmación diciendo que todavía estaban inmersos en la escritura del guión. Sin embargo, se empezó a rumorear que la nueva película estaba siendo grabada en Grecia y, aunque, sin duda como estrategia comercial, esta vez el propio Hawke lo negó, Antes del anochecer (2013) fue anunciada el 5 de septiembre. Entonces Linklater reveló que el film fue rodado en 15 días con apenas 3 millones de dólares tras 10 semanas de redacción y ensayos.

"Creo que has de ser un poco ingenuo
para seguir motivado" (Jesse)

La película fue finalmente estrenada en el festival de cine independiente de Sundance el 20 de enero de 2013, aunque tuvo su estreno internacional fuera de competición en el Festival de Berlín. Finalmente, el público pudo empezar a disfrutarla en cines el 14 de junio. Y, por supuesto, fue todo un éxito, obteniendo más de 20 millones de dólares de taquilla y un 98% de valoraciones positivas en Rotten Tomatoes. Pero todos los halagos son pocos para este bello aunque crudo reflejo del matrimonio, comparable a clásicos como Te querré siempre (Roberto Rossellini, 1954), Dos en la carretera (Stanley Donen, 1967) y Secretos de un matrimonio (Ingmar Bergman, 1973).

En esta ocasión, los eventos narrados eran más serios que los de las dos primeras películas de la “saga”. Además, aparentemente se perdía la idea de actuar “contrarreloj”, ya que, para agradable sorpresa de los espectadores, Jesse y Céline han formado una familia. No obstante, la vida sigue sin ser fácil, ya que ella quiere seguir viviendo en Francia, en cuyo gobierno tiene posibilidades de encontrar un trabajo, y él se plantea mudarse a Chicago para poder pasar más tiempo con el hijo fruto de su primer matrimonio. Ya no es cuestión de tomar una decisión “antes del amanecer o del anochecer”, sino de tomarla antes de que sea demasiado tarde. “Sólo sé que, si me pierdo estos años, nunca volverán”, dice él. “Pensamos que vamos evolucionando, pero tal vez no cambiamos tanto”, afirma ella.

"La ventaja de tener más de 35 años
es que no te violan tanto" (Céline)

La idea de aprovechar el tiempo antes de que la juventud se esfume es central en  Antes del anochecer y ambos protagonistas hacen estragos en sus intentos de alcanzar la felicidad. En Antes del amanecer parecía que el amor era la clave; Antes del atardecer demostró que sólo serían felices el uno junto al otro; y Antes del anochecer deja claro que la felicidad es muy difícil de alcanzar, incluso cuando parece que ya se posee. Con sumo dolor, observamos a Jesse y Céline discutir duramente e incluso negarse el amor que todos sabemos –o creemos saber– que sienten el uno por el otro. Ethan Hawke y Julie Delpy prueban el crecimiento que han vivido como actores durante estos dieciocho años al bordar escenas realmente complicadas.

Otra de las diferencias entre Antes del anochecer y sus precuelas es que, si bien los únicos protagonistas siguen siendo Jesse y Céline, se reserva más tiempo en pantalla para otros personajes, en especial durante una agradable comida veraniega durante la que tres parejas discuten acerca de los tópicos del amor y el sexo. Aunque la conversación es, en apariencia, impersonal, los dos protagonistas desvelan sutilmente sus dudas y miedos, las cuales explotan después en la habitación de hotel. Aunque Céline es más cínica, afirmando que sus fantasías nunca igualarán la imperfecta realidad a la que su relación les lleva constantemente, Jesse proclama su amor incondicional hacia ella y, en un bellísimo momento, consigue animarla como solo las personas que más nos quieren podrían hacerlo. “Te aseguro que ese chico al que apenas recuerdas, el dulce y romántico que conociste en el tren, soy yo”, dice él, en  un pequeño homenaje al amor y a toda la saga.

"Te estoy dando mi vida entera, no tengo nada más
importante que darte, no se la doy a nadie más" (Jesse)

Crítica y público se han rendido ante Antes del anochecer más que ante cualquiera de sus predecesoras, sin duda porque el estatus de aquéllas le ha granjeado una posición especial como provisional cierre de la trilogía. La temporada de premios da comienzo y sería bonito ver a este excelente film ser galardonado en reconocimiento a toda la saga, al menos con el Oscar al mejor guión adaptado (al que una vez más opta pese a ser un libreto original), pero, por desgracia, se trata de un año especialmente competitivo.

De todos modos, premios aparte, estas películas se han hecho un hueco en el corazón de millones de personas gracias a su humorístico pero profundo tratamiento de las relaciones humanas, representadas con un increíble realismo sin dejar de lado por ello el romanticismo. Ethan Hawke y July Delpy ya han dejado caer que la creación de una nueva secuela es algo probable, pero que surgirá cuando menos lo esperemos (ellos y nosotros). Creo que no soy el único que espera con impaciencia esa nueva película, pero es posible que tengamos que aguardar otros nueve años para ello. Y es que una vez más la saga deja a los espectadores ante un final que puede dar lugar a cualquier tipo de desenlace. Pero, tratándose de una serie de películas tan poética y realista, cada film no podría acabar de otro modo. A fin de cuentas, la vida es un eterno final abierto.

© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures

© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras