03 marzo 2013

Efectos especiales: todo es posible


La bella estética de 300 es obra de un ordenador...
y de la persona que lo maneja, claro
“La mayoría de lo que veis es falso, es un efecto visual”, así empezó el discurso de aceptación de los ganadores del Oscar por los efectos visuales de La vida de Pi, que fue cortado antes de que aquéllos pudieran protestar por la situación de su estudio, el Rhythm n Hue, recién sumido en la bancarrota pese a que el film recaudase más de 600 millones de dólares. Toda una ironía considerando que son sus efectos visuales lo que han convertido a un film con un guión mejorable y una dirección menos acertada de lo que Ang Lee nos tiene acostumbrados (con Oscar o sin él) en una de las más taquilleras del año. Pero es que Rhythm n Hue no se lleva ni un céntimo de todo ello. En honor a esta absurda injusticia, dedico mi artículo de hoy a los efectos visuales.

Nunca hubo un tigre en el
set de La vida de Pi
Desde los orígenes del cine, los efectos visuales han jugado un papel muy importante a la hora de contar historias y atraer a los espectadores. Tal y como mostré en los artículos “Cómo triunfar en taquilla” y “las películas más exitosas de la historia”, los efectos especiales son clave a la hora de atraer al público a las salas. Aunque las nuevas tecnologías nos vuelven cada vez más difíciles de sorprender, el avance en los efectos visuales no deja de crecer y películas como Cleopatra (Joseph L. Mankievicz, 1963), Independence day (Roland Emmerich, 1996) o Los vengadores (Joss Whedon, 2012) nos impresionan precisamente debido a ello.

Sin embargo, los efectos visuales fueron descubiertos por accidente, o eso se cree. En 1895, el genio George Méliès estaba rodando una escena en la calle cuando su cámara se atascó por unos instantes. Cuando el aparato volvió a funcionar, el carruaje que ocupaba su ángulo de visión había sido sustituido por un coche fúnebre. Al ser proyectada, la película dio la sensación de que el primero se había transformado en el segundo por arte de magia. Fue eso lo que dio a Méliès miles de ideas que plasmaría en su obra maestra Viaje a la luna (1902), la primera película fantástica de la historia. Por eso se le conoció como “el mago del cine”.

Viaje a la luna demostró que el cine no tenía que ser
realista y abrió todo un abanico de posibilidades
Aunque no lo parezca, la creación del primer King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933) siguió un proceso similar al empleado por Méliès: el gorila era un muñeco de aluminio cubierto de piel de conejo de 60 centímetros que se movía manualmente. De este modo, se filmaba un fotograma, se movía el muñeco un poco y se filmaba el siguiente fotograma y así sucesivamente. Al verse todos los planos filmados seguidos, nuestra sensación era la de ver a King Kong en movimiento. Esta es la famosa técnica conocida como stop-motion, que en la actualidad se ha estilizado y perfeccionado.

Se trata del efecto visual más sencillo, pero con resultados fascinantes. Se considera que la primera película rodada enteramente con este efecto es la francesa El hotel eléctrico (Segundo de Chomón, 1908), en la que los objetos de un hotel cobran vida para peinar, afeitar y acomodar a sus huéspedes con gran realismo para la época.

Todos los elementos de un film como La novia cadáver
han sido construidos como si de juguetes se trataran
No obstante, alcanzar un grado de perfección absoluta es casi imposible, con lo que la técnica ha sido relegada al campo de la animación, donde pueden tomarse algunas licencias con el realismo. Sin duda, la figura más conocida a este respecto es Tim Burton, artista y máximo artífice de Pesadilla antes de Navidad (Henry Selick, 1993) y director de La novia cadáver (2005) y Frankenweenie (2012). Estos maravillosos films crean una atmósfera encantada que mezcla el terror gótico y la ternura nostálgica gracias a unos ambientes fascinantes construidos pieza a pieza y animados fotograma a fotograma. Increíble pero cierto.

En Harry Potter y el prisionero de Azcabán personajes
reales y ficticios interactúan gracias a la magia digital
Cuando el stop-motion hace uso de figuras moldeables creadas a partir de plastilina, arcilla u otro material maleable, se conoce como Plastimación o Claymation (nombre inglés, por el que es más conocido, como en la mayoría de los casos que estoy tratando). Experto en este campo es el estudio británico Aardman, cuyos míticos personajes Wallace y Gromit han dado lugar a múltiples cortometrajes y un largometraje. Aunque las historietas no son demasiado novedosas, una retrospectiva a las divertidas aventuras de estos personajes refleja los avances técnicos del estudio, desde la artesanal Wallace & Gromit: la gran excursión (1989), de 24 minutos de duración, hasta la sorprendente Wallace & Gromit. La maldición de las verduras (2005), ganadora del Oscar a mejor película de animación, la mejoría es impresionante. El director de todas ellas es Nick Park, quien también dirigió, junto a Peter Lord (creador de Aardman junto David Sproxton en los 70), la excelente Chicken Run: Evasión en la granja (2000), sobre unas gallinas que luchan por evitar convertirse en pastel de pollo.

Forrest Gump es insertado en los acontecimientos
históricos de los 60 y 70 con humor y realismo
No, no me estoy equivocando de artículo: la animación no es sino un efecto especial más. De hecho, los límites entre películas de acción real y películas de animación son difusos, o, si no, que se lo digan a Avatar, incluida en varios tops de películas animadas. Pero no avancemos tan rápido, porque esta impresionante película debe mucho a sus predecesoras, incluida Toy Story (John Lasseter, 1995), primer film generado por completo por ordenador.

Los paisajes de El Señor de los Anillos combinan
realidad, miniaturas, fondos matte y retoques digitales
Una de las técnicas más empleadas por los cineastas es el matte painting, que consiste, sencillamente, en dibujar los escenarios y utilizarlos de fondo. Al haber objetos tridimensionales y personajes reales en primer plano, la falsedad del segundo plano pasa desapercibida. Se trata de una técnica muy empleada en el sistema clásico de estudios, que grababan todas las escenas en interiores, aunque a menudo el efecto es tan obvio que la credibilidad se queda por el camino, como en el caso de los exagerados fondos campestres de Siete novias para siete hermanos (Stanley Donen, 1954). El truco está en dar perspectiva a la imagen, lo que puede crear efectos ópticos asombrosos, como en la escena final de Blade Runner (Ridley Scott, 1982), donde Harrison Ford parece colgar sobre el abismo cuando apenas le separan unos centímetros del suelo.

Los 4 Fantásticos y otros
superhéroes deben sus poderes
a la tecnología digital
Las superproducciones modernas utilizan esta técnica con tal cuidado que resulta complicado saber qué es real y qué no. Muchos se sorprenderán al saber que varios de los paisajes de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001-2003) son meros dibujos de los artistas conceptuales. No obstante, hay una diferencia importante: en el caso del musical de Donen, el fondo estaba literalmente colocado tras los actores, mientras que en la fantasía de Jackson está incrustado por ordenador. Esto es lo que se conoce como croma (en inglés, chroma key): la escena se graba con un fondo de un color uniforme que, en posproducción, es sustituido por el escenario que se desee. Dicho color suele ser el verde por ser el que menos existe en el cuerpo humano, pero también es muy utilizado el azul (por ejemplo, cuando se graban elementos vegetales), o incluso el rojo y el amarillo si procede. (A fin de cuentas, la posproducción convertirá en transparentes todos los elementos de dicho color para sustituirlo por el nuevo fondo, con lo que todo objeto o ser vivo de dicho tono también desaparecería.)

Los diez mandamientos no reparó en gastos para
conseguir los mejores efectos posibles en la época
Algo muy importante al usar el ordenador es la iluminación: ya que la escena se graba sin el fondo conveniente, hay que controlar que los actores reciban la misma iluminación que el fondo: no podemos ver una puesta de sol con personajes en primer plano que no se ven alterados por ella. La poesía visual 300 (Zack Snyder, 2006) fue grabada por completo en interiores, pero su resultado es excelente gracias al sumo cuidado de estos detalles. Y hablando de iluminación, no siempre fue fácil rodar de noche con la calidad actual: de hecho, hasta los años 50 la mayoría de las escenas nocturnas se grababan con el truco de “la noche americana”: filmar en un día soleado, cerrar un poco el diafragma de la cámara para que entre menos luz y poner un filtro azul al objetivo.

El imperio contraataca convierte unas miniaturas dignas
de exposición en amenazante maquinaria de guerra
Otro elemento importantísimo es el morphing, que surgió en los 80 y permite la metamorfosis de un elemento corpóreo en otro. Para ello, se fotografían el elemento de origen y el final y el programa de ordenador hace el resto. El primer ejemplo de la historia es la realista transformación de la hechicera Fin Raziel en una serie de animales en Willow (Ron Howard, 1988) gracias al trabajo de técnicos de Industrial Light & Magic (ILM). En 1991, el morphing dio un paso más con las transformaciones del malvado androide T-1000 de Terminator 2: el juicio final, con la que James Cameron consiguió, sorprendentemente, superar a su Terminator (1984) original, no sólo en efectos, sino también en profundidad de la historia.

Blade Runner crea una acertada ilusión óptica
gracias a
fondos matte con perspectiva
Y, hablando de ILM, esta empresa fue fundada por George Lucas en 1975 para alcanzar los efectos visuales que él buscaba para su famosa saga espacial, sobre la que acababa de obtener luz verde. Él era consciente de que La guerra de las galaxias (1977) no triunfaría sin universo creíble. Al final, se convirtió en una de las películas más taquilleras de la historia para sorpresa de todos (incluido el estudio). El desarrollo del control de movimiento (motion control) y el go motion (similar al stop-motion, pero fotografiando las figuras sin estar completamente inmóviles, lo que da realismo al movimiento) dio lugar a fascinantes naves espaciales, criaturas nunca vistas y mundos jamás imaginados. ILM tiene en su haber múltiples logros, como la primera secuencia generada totalmente por ordenador –Star Trek II: La ira de Khan (Nicholas Meyer, 1982)–, el primer personaje completamente generado por ordenador –el caballero de la vidriera en El secreto de la pirámide (Barry Levinson, 1985–, y el primer personaje creado 100% digital –Grievous, de Star Wars. Episodio III: La venganza de los Sith (George Lucas, 2005) –. No sin razón el estudio ha recibido 16 premios Oscar.

Jurassic Park combina tecnología
digital y animatronics
Aunque quizá el mayor avance del mismo fuera la creación de seres vivos de Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993), donde los dinosaurios se mueven con sumo realismo. Las mejoras en este ámbito llevaron a múltiples criaturas a cobrar vida en películas fantásticas, con creaciones tan fascinantes como el hipogrifo de Harry Potter y el prisionero de Azcabán (Alfonso Cuarón, 2004) o el gorila gigante de King Kong (Peter Jackson, 2005). Sin embargo, aunque parezca mentira, es más difícil todavía crear animales ya existentes: las criaturas fantásticas no tienen un “original" con el que compararse, pero el león de Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario (Andrew Adamson, 2004), sí, y la diferencia se percibe. Precisamente, uno de los grandes logros de La vida de Pi es hacernos creer que un tigre creado digitalmente es real, un efecto menos conseguido con otras de las criaturas del film, que, si bien son perfectas físicamente, carecen de vida.

Dentro del laberinto crea un
mundo de animatronics
Claro, que siempre serán más creíbles que los animatronics, es decir, máquinas robóticas que hacen pasarse por seres vivos. Quizá el más famoso sea el asesino protagonista de Tiburón (Steven Spielberg, 1975), cuya falta de realismo llevó a su director a recurrir al “terror por omisión” (lo que no vemos puede aterrarnos más que lo que vemos con claridad). También hay películas donde la práctica totalidad de los personajes está creada con este sistema, como la imaginativa Dentro del laberinto (Jim Henson, 1986), pero el efecto resulta bastante más curioso que realista. Incluso el mítico Yoda era bastante cuestionable pese al control de Frank Oz de la marioneta en El imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980) y, por ello, al realizar la nueva trilogía, Lucas decidió crearlo directamente por ordenador, lo que hace que el personaje ni siquiera parezca el mismo pero gane expresión y, sobre todo, movimiento (a fin de cuentas, la marioneta ni podía levantarse del suelo).

Piratas del Caribe: el cofre del hombre muerto utiliza el
control de movimiento para crear criaturas fantásticas
A este respecto, conviene destacar que hay dos tipos de efectos visuales. Por un lado están los efectos mecánicos, alcanzados con trucos en el momento del rodaje, y, por otro, los efectos fotográficos, conseguidos por manipulación de la imagen en posproducción. Los primeros han dado poco a poco paso a los segundos en las grandes producciones, pero todavía son muy empleados en todo tipo de films. De hecho, la propia lluvia es un efecto visual, ya que la lluvia real no es captada con realismo por las cámaras de cine y además un rodaje es demasiado caro para depender del tiempo atmósferico. De ahí viene el chiste de Los Simpson en el que unos cineastas afirman que, como las vacas no parecen vacas en pantalla, se utilizan caballos con cuernos, mientras que para crear caballos se atan varios gatos.

La nueva trilogía de Star Wars ha sido criticada por su
estética de videojuego y no ha recibido un solo Oscar
En la época dorada de Hollywood, en los estudios se creaba de todo, desde el terremoto de San Francisco (W. S. van Dyke, 1936) y el tornado de El mago de Oz (Víctor Fleming, 1939), hasta la impresionante apertura del Mar Rojo de Los diez mandamientos (Cecil B. DeMille, 1956), calificada por Spielberg como “la mejor secuencia de efectos especiales de la historia”. Sin reparar en gastos, el equipo de efectos especiales combinó pinturas mate, imágenes de personas diminutas y secuencias de miles de litros de agua cayendo en un tanque proyectadas al revés. El Oscar de efectos visuales fue el único alcanzado por el film, pero sin duda le ayudó a alcanzar la séptima posición en el top de películas más taquilleras de todos los tiempos.

También memorable es la escena de lucha contra los esqueletos de Jasón y los argonautas (Don Chaffey, 1963), aunque hoy en día resulta bastante anticuada. Y es que la tecnología digital nos ha llevado a rechazar todo efecto que “se note”. A fin de cuentas, Alien (Ridley Scott, 1979), X-Men (Bryan Synger, 2000), Inteligencia artificial (Steven Spielberg, 2001) o Los 4 Fantásticos (Tim Story, 2005) nos tienen mal acostumbrados.

Los maravillosos efectos visuales de Eva nos 
regalan escenas mágicas de gran belleza
Una vez más, EE.UU. es el líder indiscutible de los efectos visuales, única categoría de los Oscar por la que nunca ha perdido un solo premio a favor de otras cinematografías (apenas nominaciones siquiera, aunque esto es más producto del egocentrismo que de otra cosa). No obstante, poco a poco otros países van aprendiendo de él y aportando su propia contribución. Nuestro país puede estar especialmente orgulloso de los efectos de las exitosas El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006) y Lo imposible (J. A. Bayona, 2012), aunque personalmente me quedo con Eva (Kike Maíllo, 2011), cuyo mejorable guión no empaña unos efectos robóticos, que son, no solo impresionantes, sino de las visiones más bellas que ha regalado el cine.

Nada es real en Matrix, ni dentro
ni fuera de la historia
De hecho, los mejores efectos visuales no son los más impresionantes, sino los que se insertan con tal perfección en la historia que nos hacen dudar de que realmente sean falsos, como en el caso de la espectacular Matrix (Andy & Lana Wachowsky, 1999), pionera en el bullet time (ralentización de tiempo para poder ver movimientos tan veloces como el de una bala gracias a registrar el movimiento desde distintos puntos de vista a partir de una batería de cámaras fotográficas sincronizadas). Hay que tener cuidado con las nuevas tecnologías, porque pueden dar lugar a una estética más propia del videojuego que de la realidad. Así, si bien los efectos visuales de Star Wars. Episodio I: La amenaza fantasma (George Lucas, 1999) y El Hobbit (Peter Jackson, 2012) son superiores a los de sus predecesoras (La guerra de las galaxias y El Señor de los Anillos) técnicamente hablando, resultan menos realistas y, por tanto, peores. De hecho, las tres películas de El Señor de los Anillos obtuvieron este Oscar precisamente por convertir la Tierra Media en un lugar fantástico, asombroso, inimaginable… pero creíble.

En esta saga fue también imprescindible el uso de la captura de movimiento (motion capture), que permitió aplicar los gestos y movimientos de Andy Serkis a la criatura Gollum con sumo realismo. Al contemplar a Gollum, vemos el toque humano de Serkis, pero también el misterio que una criatura así conlleva gracias a la magia del ordenador. El mismo proceso se utilizó en la impresionante Avatar (James Cameron, 2009) para convertir a todo el reparto en criaturas Na´vi. Esta última fue también pionera en el uso del 3D, que nos permite vivir los efectos visuales con más intensidad que nunca.

En la visualmente brillante Avatar, la 
captura de movimiento permite traspasar
expresiones reales a personajes digitales
De todos modos, los efectos visuales no surgen, ni por arte de magia ni por creación de un ordenador. Aunque la sofisticación de los efectos visuales actuales lleva a creer que son el resultado de un simple programa informático, lo cierto es que detrás de las inserciones de Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994) en distintos periodos históricos, los monstruos marinos de Piratas del Caribe: el cofre del hombre muerto (Gore Verbinski, 2006) o el decrecimiento de Brad Pitt en El curioso caso de Benjamin Button (David Fincher, 2008) hay un equipo de expertos dedicando horas y horas a cada fotograma. Una vez más, la magia del cine nace del duro trabajo de personas que dedican horas, días, meses e incluso años a crearla. Y a regalárnosla.


© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras

14 comentarios:

  1. Me ha gustado el artículo, pero me gustaría matizar un aspecto desde el punto de vista técnico.

    Como bien dices, los efectos visuales no surgen por arte de mágia y son fruto de un equipo de trabajo y del esfuerzo. Quiero destacar que este esfuerzo no es solo de la gente que trabaja en los estudios de cine, sino que hay una tecnología detrás que ingenieros y científicos han ido desarrollando a lo largo de los años.

    Cuando hacemos mención a programas, software y técnicas debemos tener en cuenta los años de esfuerzo que se han dedicado a desarrollar esas tecnologías por parte de los ingenieros y científicos de otras áreas. Por ejemplo, el software capaz de aplicar cambios de iluminación independiente a cada objeto de una escena, es algo que se ha estado desarrollando durante décadas por expertos en visión por computador del área de color en contexto.

    Tecnologías de motion capture son otro ejemplo. Luego los estudios de cine tienen que saber llevar esas técnicas a su límite, pero no dejemos de lado el esfuerzo de esos muchos otros que trabajan más en las sombras si cabe.

    Saludos!

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    1. Tienes muchísima razón; ¡muchas gracias por tu comentario!

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  2. ¡Como siempre, debemos felicitarte por tu estupendo artículo! Muy buen homenaje a los efectos especiales y, por supuesto, la animación no podía faltar!!

    Cada vez que vemos '7 novias para 7 hermanos' nos reímos de sus fondos, haha, mira que nos gusta la peli, pero sí que son muy evidentes -claro que eran otros tiempos-.

    Nos ha gustado mucho también la mención de 'Dentro del laberinto', ver a Bill Nighy sin los efectos transformadores de Davy Jones y, por supuesto, la mención al grandísimo Andy Serkis y a la técnica para convertirlo en Gollum.

    Y por último, no podíamos estar más de acuerdo contigo en lo de la ILM, que ya esperamos verla en los títulos de crédito de casi cada película.

    ¡Saludos y felicidades por el artículo!

    P.D. Aún siendo marioneta, continuamos prefiriendo el Yoda de la trilogía original, que era una absoluta monada. En 'La amenaza fantasma', además de no parecerse, no nos gustó nada. Eso sí, en 'La vengaza de los Sith' ya consiguieron asimilarlo mucho más al original.

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  3. Siempre me han fascinado los efectos visuales/especiales. Para mi fue un punto de inflexión Terminator 2. Aquel tipo de metal líquido me fascinó y pensé: Buah, esto ha llegado al tope, esto es insuperable!!! Y poco tiempo después vi que estaba equivocado, que había mucho camino todavía por recorrer y que nos seguirían (y nos siguen) sorprendiendo (mi siguiente punto de inflexión fue Matrix).
    Ultimamente se a "democratizado" (y sobre todo abaratado) el uso de la tecnología y eso también ha llevado a algunas utilizaciones bastante mediocres de los mismos, sobre todo ultimamente.
    Una película que me sorprendió y me maravilló por su imaginación a la hora de hacer efectos visuales innovadores fue Vampyr, de 1932, de Carl Dreyer, una maravilla en cuanto a sombras, luces y perspectivas, y del año 32!!! Te la aconsejo.

    Gran post, por cierto.

    Saludos.

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  4. Hola Juan,lo que se aprende y se recuerda contigo. Leyendo sobre Segundo de Chomón, los efectos en los inicios del cine me ha traído recuerdos de mis clases de Historia del Cine. :D
    Gran repaso por una categoría que muchos creen que es reciente, pero que siempre ha estado ahí, solo que sin la ayuda del ordenador.
    Un abrazo!

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  5. Si, desde luego, quien se dedique a los efectos especiales debe tener pacienciam mucha. Pero... son tan genial, ¿verdad?

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  6. Ha sido sorprendente!
    Yo creía que todo era tan "sencillo" como hacerlo con un ordenador!
    No sabía que hubiera tantas maneras de engañarnos ;)

    PD: yo solo supe que Aslan no era un león de verdad cuando empezó a hablar, hasta entonces a mí me dio el pego!

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  7. La forma es el discurso ¿No? Ésto es como el desnudo en el cine: responde a exigencias del guión. Podemos imaginar lo que hubiera disfrutado George Méliès si hibiera podido servirse de los prodigios de la ciencia y de la tecnología actuales para su viaje a la luna. Cada vez irán ocupando más espacio en las fichas técnicas los expertos en las nuevas tecnologías. El problema reside en cuándo y cómo usar los nuevos recursos, como sucedía con los antiguos. Llegará un día en que nuestra discursión será obsoleta. Nadie discute hoy la introducción del sonido en el cine.

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    1. Muy interesante apreciación. No obstante, en mi opinión la diferencia radica en que el sonido y el color se pueden (y en principio deben) emplear en todos los tipos de cine, mientras que los efectos visuales no son imprescindibles para gran cantidad de historias. En cualquier caso, el discurso no debe ser si a favor o contra los efectos visuales, sino cómo y dónde emplearlos para obtener los mejores resultados.

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  8. Maravilloso artículo, mi enhorabuena. Me has recordado a un artículo que intenté escribir hace un tiempo, mucho mejor desarrollado en tus líneas. Aquí te lo dejo, un abrazo y felicidades por la página.

    http://azulinarium.com/labutacaazul/archives/1283

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    1. Muchas gracias por el comentario! Me he pasado por tu blog y es muy interesante, aunque no he encontrado forma de comentar. Un saludo.

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  9. Es cierto que abusar de los efectos visuales no es bueno, sobre todo cuando se les da más importancia que a la propia historia. No obstante, films como Avatar se basan en ellos y consisten sencillamente en una nueva forma de emplear el séptimo arte que no debe ser menospreciada. No obstante, lo ideal sería que películas como Avatar atrajeran al público por la calidad del guión además de impresionar con sus efectos, hazaña que films como El Señor de los Anillos sí han conseguido.

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  10. Un artículo muy interesante, aprendí mucho.

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  11. Tremendo el artículo Juan. Enhorabuena. revisando mi post de FX he visto tu comentario y efectivamente es interesantísimo.Olé!

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