Como el primer gran escaparate anual del cine
español, el Festival de Málaga siempre nos ofrece un par de joyas, generalmente
óperas primas, a las que seguir la pista hasta la entrega de los Goya. Este año
estas son indudablemente Verano 1933,
de Carla Simón, y No sé decir adiós, de Lino Escalera. Mientras esperamos a la
llegada a las salas de la primera, hablemos de la segunda, un excelente drama
que se alzó con el Premio Especial del Jurado (Biznaga de Plata) y una Mención
Especial del Jurado de la Crítica al trabajo actoral, así como
con reconocimientos individuales a mejor interpretación femenina (Nathalie
Poza), mejor actor de reparto (Juan Diego) y mejor guion (Pablo Remón y Lino
Escalera), todos ellos enormemente merecidos.
Los constantes fundidos a negro de No sé decir adiós nos recuerdan las eternas reaperturas de la vida |