09 febrero 2013

Las cuatro Blancanieves del 2012

Es curioso (o no tanto) cómo a menudo el séptimo arte tiene la casual habilidad de “sorprendernos” con varias películas iguales que aparecen “por casualidad” a la vez. En el caso de Bichos (Lasseter y Stanton, 1998) y Antz (Darnell y Johnson, 1998), dos alegres historias de hormigas animadas creadas por dos estudios enfrentados, todo se explica cuando descubrimos que DreamWorks (Antz) fue creada por Jeffrey Katzenberg, expresidente de Disney, nada más abandonar éste el estudio, probablemente con el tratamiento de Bichos en su haber. En otros casos, como el de El truco final (Nolan, 2006) y El ilusionista (Burger, 2006) todavía es un misterio que dos películas de magos con tal similitud de guión, tono y estética surgieran al mismo tiempo.

Blancanieves (izqda-dcha/arriba-abajo): Érase una vez,
Blancanieves y la leyenda del cazadorBlancanieves
& Mirror, Mirror (mismo orden en todas las imágenes)
El caso del poderío de Blancanieves en 2012 es distinto. Cuatro obras audiovisuales basadas en el cuento original de Grimm han visto la luz a la vez. Técnicamente, ninguna se ha copiado de las otras, porque todas parten de un cuento popular al que cualquiera puede acceder. Pero, aún así, cuatro Blancanieves surgidas a la vez setenta y cinco años después de la última Blancanieves destacada (la de Disney, por supuesto) no puede ser casualidad, ¿no creéis?

La primera Blancanieves se estrenó el 23 de octubre de 2011 en la ABC. No era una película, sino una serie titulada Érase una vez en la que los personajes de múltiples cuentos son maldecidos y convertidos en personas normales. De acuerdo, no es Blancanieves. Pero ¿quién creó la maldición? La madrastra de Blancanieves (fantástica Lana Parrilla). ¿Quiénes ocupan la historia de amor central? Blancanieves y el Príncipe Encantador (cursis y tontorrones Ginnifer Goodwin y Josh Dallas). Y, ¿quién debe acabar con la maldición? La hija de Blancanieves (rubia de bote Jennifer Morrison). Visto esto, poco importa que algún personaje de Pinocho, La bella y la bestia o Hansel & Gretel se cuele en la historia.

Eso sí, en este caso, ante la falta de carisma de los personajes “buenos”, el fruto de nuestra admiración es la malvada madrastra. Humanizarla sin perder la maldad imprescindible de tal personaje es el gran logro de un guión por lo demás convencional que se limita a dar vueltas sobre sí mismo y cae en el tópico y la tontería más de lo admisible. No obstante, la serie ha sido aplaudida por su feminismo, al presentar a personajes femeninos que toman sus propias decisiones y luchan por sus propios destinos en el, a menudo arcaico, mundo de los cuentos populares.

Los enanitos son sólo seis en Blancanieves, mientras que algunas
versiones explican que fueron ocho; en general son atléticos y activos
Mientras Érase una vez triunfaba entre el público de todo el mundo (no tanto entre la crítica), Blancanieves (Mirror, Mirror) se convertía en la tercera película más exitosa del día de su estreno mundial, el 30 de marzo de 2012 gracias a una portentosa campaña publicitaria y al tirón de Julia Roberts, quien, probablemente sin esfuerzo alguno, se convierte en una divertida madrastra más insegura y egocéntrica que malvada. Ella logra que admiremos a la villana más que a cualquier otro personaje, especialmente después de ver al Príncipe Encantador (Armie Hammer) humillantemente convertido en un chucho. Las escenas de la madrastra son tan absurdamente divertidas que la pobre Lily Collins apenas llama nuestra atención como Blancanieves.

Una historia floja se ve apoyada por algunos toques del guión realmente desternillantes, por desgracia acompañados de otros bastante vulgares. Su director, el indio Tarsem Singh (Inmortals) fue acusado de ser “más escaparatista que director” y la película de “tener el mismo problema que la madrastra: sólo se preocupa de ser hermosa”. En mi opinión, la crítica ha sido demasiado dura con el film, sólo admirando sus aspectos visuales. De todos modos, sólo por éstos vale la pena ver Mirror, Mirror. La dirección de arte y el diseño de vestuario son sencillamente maravillosos y, lo que es más difícil, enormemente originales; la grandiosidad de los palacios y los vestidos nos traslada a un mundo multicolor en el que todo parece posible.

Las nuevas Blancanieves muestran que ninguna mujer
necesita ya un príncipe azul para salir adelante... aunque
sí su beso, por supuesto (aunque no sea un príncipe)
Justo lo opuesto a la siguiente adaptación de Blancanieves, estrenada el 14 de mayo de 2012. Ésta era Blancanieves y la leyenda del cazador y fue más famosa por el idilio entre su director Rupert Sanders y su protagonista Kristen Stewart que por otra cosa. Sobre todo porque él era un hombre casado con dos hijos y ella la novia de su compañero de reparto en la saga Crepúsculo, Robert Pattison. Tampoco ayudó mucho la falta de talento general de los artífices del film, especialmente por culpa de la Blancanieves más sosa y frígida de la historia. Y, encima, pretendían hacernos creer que es más bella que la madrastra, interpretada nada más y nada menos que por una gloriosa Charlize Theron. Desde luego, es la primera versión del cuento con un espejito mágico tuerto.

No obstante, la película fue enormemente exitosa, alcanzando la posición 15ª en el ranking de recaudación del año. Además del absurdo filón de Stewart, sin duda ayudó la calidad técnica del film, con efectos visuales impresionantes, un vestuario medieval bastante cuidado y bellos paisajes rodados en Inglaterra. No obstante, todo luce artificiosidad y efectismo, dando lugar a un film bastante presuntuoso que podría haber dado más de sí con una protagonista que cambiase alguna vez de expresión. Queda la duda de qué vio en ella el director, quien habría hecho bien en prestar menos atención a la aprendiza de actriz crepuscular y más a los múltiples errores de raccord.

Las cuatro Blancanieves deben casi todo su éxito a la estética,
muy elaborada y distinta en cada uno de los films
Entonces, tras unos meses en los que algún director descubrió que había más cuentos adaptables que Blancanieves, llegó la cuarta película consecutiva sobre la joven de piel blanca. Y, en esta ocasión, española, muda, en blanco y negro y sin nada de magia. Aparentemente, Pablo Berger llevaba ocho años preparando su personal proyecto, pero desde luego sorprende su estreno justo ahora. Desde luego, es la Blancanieves más cuidada de las cuatro, con una ambientación gótica maravillosa y una música inolvidable que contribuyen a la estética de film antiguo que quiere recrear.

En esta ocasión, la historia se traslada a Sevilla en los años 20, donde la joven Carmen (Macarena García) vive una historia tan similar a la protagonista del cuento que termina bautizada como Blancanieves. Lo que no es idea de los hermanos Grimm es que el padre de la joven sea torero y, la ilusión de ésta, demostrar que ella también puede torear. La delicadeza del film por no ofender a los enemigos de la tauromaquia no esconde una percepción de esta horrible costumbre como arte, todavía más obvia teniendo en cuenta el cuidado artístico del film. Además, el guión no está tan cuidado como el resto de elementos de la película y la historia, aunque original, da comienzo de modo artificial y no parece ir a ninguna parte. Destaca, eso sí, el trabajo de su reparto, que sin duda obtendrá algún premio en la próxima ceremonia de los Goya, donde Blancanieves, como producto patriótico que es, se convertirá con gran seguridad en la vencedora.

Las fantásticas madrastras son los personajes más
atractivos e intrigantes de los cuatro films
Una vez más, la madrastra es el gran reclamo del film. Sólo hay que ver los carteles promocionales. Ella es la gran Maribel Verdú, que se come la pantalla en cada una de sus, tanto aterradoras, como divertidas apariciones.  Y esto, os suena, ¿verdad? Cuatro adaptaciones de Blancanieves y en ninguna nos preocupaba demasiado su protagonista… Al menos no más que la malvada madrastra. Las grandiosas Lana Parrilla, Julia Roberts, Charlize Theron y Maribel Verdú nos llevan a plantearnos si estas cuatro obras hacen honor a sus títulos o deberían simplemente llamarse “La madrastra”.

Por otro lado, el repentino éxito de Blancanieves tiene relación con el creciente interés que los cuentos populares despiertan en el público de todas las edades. Las adaptaciones modernas de cuentos populares combinan la nostalgia de las aventuras clásicas con la espectacularidad del cine moderno y son muy bien recibidas. De hecho, en estos momentos Guillermo del Toro prepara La bella y la bestia con Emma Watson, Robert Stromberg convierte a Angelina Jolie en Maléfica y dos versiones de Pinocho están en desarrollo, de manos de Tim Burton y, de nuevo, del Toro, ambas para 2014… Esto me suena de algo…

En cualquier caso, las diversas adaptaciones de Blancanieves han demostrado una vez más las múltiples posibilidades del cine y su capacidad para sorprendernos. La misma historia ha dado lugar a una serie fantástica, una comedia absurda, un film épico de aventuras y un drama patriótico español. Su denominador común es un mundo que nos envuelve y atrapa y personajes harto conocidos que, sin embargo, vuelven a sorprendernos. ¿Quién no se ha sorprendido ante las distintas versiones de los ¿seis? ¿siete? ¿ocho? enanitos de cada obra? Nos gusta crecer y disfrutar con productos para adultos, pero el aroma a la niñez de los cuentos nos atrapa. Y nos cuesta dejarlo escapar.


© El copyright del texto pertenece exclusivamente a Juan Roures
© El copyright de las imágenes pertenece a sus respectivos autores y/o productoras/distribuidoras

10 comentarios:

  1. EStá claro que los clásicos siempre están de actualidad.
    Sólo he visto la Blancanieves de Berger, que me ha entusiasmado (maravillosa Maribel Verdú!!!) y la versión con Charlize Theron, que me ha parecido totalmente prescindible.
    No tengo intención de ver las otras dos. Este año, para mi, Blancanieves tiene sangre española!
    Saludos.

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  2. A mi ninguna de las 4 me convencen demasiado. "Mirror, mirror" me parece un despropósito en todo menos en el terreno visual, aborrezco cualquier cosa donde salga en plan la seta Stewart (como ser fea, mala actriz, sin carisma... y convertirse en una estrella), "Érase una vez" me parece que parte de un planteamiento curioso pero acaba perdida en sí misma (aunque visualmente también me resulta muy atractiva), y en cuanto a la española me aburre tantoooooooo (aunque Verdú es maravillosa). Dentro de poco tendremos la versión de A3 en la serie "Cuéntame un cuento" con Blanca Suárez y Mar Saura en los papeles estelares... A ver qué tal

    Efectivamente, lo atractivo son las malas de cuento... Por eso han elegido a mi Jolie para ser Maléfica... ¡Qué ganas!

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  3. Sólo he visto una de las cuatro y este comentario me mató: "espejito mágico tuerto".Es real...aaajaj

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  4. No las he visto todas, sólo dos pero es verdad qué lo mejor son las madrastras!!

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  5. Pues es la que peores críticas ha recibido... Pero también es mi favorita de las cuatro, por chistosa y visualmente brillante. Aun así, todas son bastante mejorables.

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  6. Sin lugar a dudas Mirror Mirror es la mejor de todas, Julia Roberts hace un papel fabuloso y con semejantes palacios y vestidos da gusto ser malo!
    Kirsten Stewart, por otro lado, consigue hacernos dudar de si estamos viendo un final feliz o padece de indigestión.
    Ahora sólo queda esperar a la adaptación de La Bella y la Bestia con la siempre perfecta Emma Watson :)

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    1. ¡Las expresiones de Stewart son siempre un misterio! Yo también tengo muchas ganas de ver a Emma como La Bella más bella posible (no como la Stewart, que sólo quedaría creíble de Frankenstein).

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    2. En los últimos tiempos hemos asistido a la adaptación de todos los superhéroes del cómic (Marvel, DC Cómics...) al cine, que junto a las películas catastróficas de Roland Emmerich y el propio Lars Von Trier, (Melancolía), y el cine didáctico que nos ha iluminado respecto a la crisis económica que padecemos, tienen una explicación bastante lógica. En el caso de la adaptación del cuento de Blancanieves las causas son más oscuras, pero en estos tiempos, malos para la lírica, como tú bien dices, triunfa la madrastra ¿Por qué será? Luego está la magia del cine y la posibilidad de trasladarnos hasta donde nuestros sueños (o nuestras pesadillas) nos permitan.

      Un saludo.

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  7. Entre que confundo a Blancanieves con Caperucita Roja (no me preguntéis por qué) y tantos films con la misma temática, no me extraña que este año cada vez que alguien me ha hablado de "La nueva película de Blancanieves" nunca supiese de la que estaban hablando.
    Muy gracioso el artículo por cierto, tengo que admitir que en todos los films yo quería que ganase la madrastra, XD!

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  8. Yo también hace unos días me venía preguntando que fiebre actualmente por adaptar cuentos al cine.
    Saludos
    David

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